Sembrado de nubes: una técnica polémica que implementa México para causar lluvias
Ante una de las peores sequías de la década en México, el gobierno ha tomado medidas para frenar el desastre. Una de ellas, conocida como sembrado de nubes, causa incertidumbre. ¿Cómo se provoca lluvia de forma artificial y por qué genera debate?.
Foto: Pixabay
LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos
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México está involucrado en el sembrado de nubes desde la década de 1950, y el gobierno ha llevado a cabo programas de siembra de nubes en varias partes del país en un esfuerzo por aumentar la precipitación y combatir la sequía. En marzo, la Comisión Nacional para Zonas Áridas (Conaza), una dependencia del Ministerio de Agricultura, anunció que lanzaría un nuevo programa de estímulo de lluvias en los estados de Tamaulipas y Baja California. Sin embargo, es una práctica que se implementó también en 2021 en Coahuila, Zacatecas y Durango, y que a lo largo de la última década ha ido en aumento.
La siembra de nubes en México se utiliza principalmente en áreas agrícolas y de bosques. Una de las más sonadas es la que se hizo cerca de ciudad de México, para aumentar la precipitación en la presa El Bosque. Sin embargo, es una técnica controvertida contra la cual se han opuesto diversos científicos.
¿Cómo funciona el sembrado de nubes?
La siembra de nubes es un método para modificar las precipitaciones en una zona mediante la inducción artificial de lluvias o nevadas a partir de una estimulación de las nubes. La técnica consiste en añadir determinadas sustancias, como yoduro de plata, yoduro de potasio o hielo seco, en las nubes para favorecer la formación de precipitaciones.
Cuando el agente sembrador (sustancia bombardeada a la nube) se introduce en las nubes, actúa como agente nucleante, promoviendo la formación de cristales de hielo o gotas de agua. A medida que estas partículas se hacen más grandes y pesadas, acaban cayendo al suelo en forma de lluvias. Factores como la temperatura de la nube o el viento pueden variar los efectos.
La siembra de nubes se utiliza a menudo en zonas que sufren sequía o escasez de lluvia, pero también para fines agrícolas, de apagar incendios o para controlar las cenizas de un volcán. También se usa para favorecer las condiciones en aeropuertos y dispersar la niebla. Aunque la eficacia de la siembra de nubes y sus efectos a largo plazo es objeto de debate, su uso está extendido en lugares como Estados Unidos, China, Australia y Rusia.
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¿Por qué sembrar nubes es un método controvertido?
Aunque el sembrado de nubes es un método que no solo se implementa en México, tiene sus contradictores. Los países que lo implementan argumentan que es una técnica segura para frenar la sequía y estimular las lluvias. Sin embargo, hay varios riesgos asociados a esta práctica. Algunos de los posibles riesgos son:
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Impacto en el medio ambiente: La siembra de nubes puede afectar el equilibrio ecológico de una región y la calidad del aire, dependiendo de la técnica utilizada y la sustancia o químico "sembrado" en la nube. Realmente, los peligros también están en que no se ha estudiado en profundidad el impacto de esos químicos en el suelo, el agua, los ecosistemas, etc.
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Efectos en la salud: Algunas sustancias empleadas en la siembra de nubes, como el yoduro de plata, pueden resultar tóxicas tanto para los seres humanos como para los animales. Esto depende de las concentraciones y cantidades. Sin embargo, hay muchas dudas sobre esa regulación y cómo se miden esas cantidades.
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Costo económico: La siembra de nubes puede ser costosa, y algunos críticos argumentan que el dinero invertido en la técnica podría ser usado de manera más efectiva en otros programas de conservación y manejo del agua.
Estas variaciones, que hasta ahora son imprevisibles, suscitan dudas en la comunidad científica. "Puedo modificar [una nube]. Lo que no sé es si voy a aumentar las lluvias o incluso a suprimirlas, porque eso también puede pasar”, señala Fernando García, físico de nubes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para la Revista Nature.
De acuerdo con la Revista Nature, en México este servicio lo provee la empresa Renaissance, que usa la tecnología RainMate. De acuerdo con una investigación realizada por la misma revista científica: "En 2022, un comité científico asesor del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) de México desaconsejó a Conaza implementar proyectos de siembra de nubes sin completar tareas como un análisis de costo-beneficio, una verificación del éxito de la tecnología en el aumento de las precipitaciones y estudios para evaluar el impacto ambiental del yoduro de plata". Por esta razón, a pesar de que hay fuentes de peso que sostienen que es un método eficaz y seguro, sigue existiendo dudas sobre su conveniencia.
¿Realmente vale la pena hacer un plan de sembrado de nubes?
Aunque la siembra de nubes puede tener un resultado inmediato aparentemente efectivo que es producir lluvia, los riesgos son altos. En primer lugar, parece una forma "fácil" de lavarse las manos ante responsabilidades de preservación del agua y lucha contra el cambio climático mucho más profundas. De hecho, como ya señalamos, se trata de un método costoso, cuyos recursos podrían invertirse en planes a largo plazo.
Asimismo, se alteran los procesos naturales sin conocer bien sus implicaciones a largo plazo, lo que ya se ha demostrado en la historia que no suele tener buenos resultados. Por otra parte, aún resulta impredecible conocer cómo se pueden afectar las áreas cercanas, por las variaciones climatológicas. En resumen, pese a que es un método novedoso que parece ser una solución perfecta a los problemas de sequía, tiene diversas "trampas" que es preciso sopesar a nivel mundial. Al parecer, las pruebas de su efectividad aún no son determinantes, así como no lo son los análisis de sus posibles consecuencias.