Reseña de “La Sirenita”: Mejor de lo que se esperaba… pero no lo suficiente
Esta película, vapuleada por los fanáticos y por la crítica previo a salir, hace repensar hasta qué punto conviene evaluar una película sin haberla visto previamente. Esta es nuestra reseña de "La Sirenita".
Foto: Estudios Disney
LatinAmerican Post | Ariel Cipolla
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Disney parece tener un serio embrollo con las adaptaciones en imagen real de sus clásicos animados. Algunos las aman y otros las odian, no ha habido punto medio. Si bien la nueva película de Peter Pan parecía haber roto con los malos resultados recientes, ya que respetaba bastante el espíritu original de la obra, en otros casos no parece existir una adecuada interpretación del trabajo de base.
"La Sirenita" es uno de estos casos. Nadie en internet parecía conforme con la reinterpretación, porque había nuevos rediseños de los personajes más importantes, como Flounder y Sebastian. Pero también la propia protagonista era bastante diferente a su contraparte animada, lo cual generó una lluvia de críticas y de defensas de la nueva "Ariel".
También había diferencias notorias en cuanto a las extensiones de estas adaptaciones. Las cintas originales no solían sobrepasar los 90 minutos, mientras que sus contrapartes en versión “real” normalmente pasan las 2 horas. Esto significa que los live actions incluyen tramas “de relleno” o alargan innecesariamente las escenas.
"La Sirenita" hace algunas cosas bien, aunque otras no tanto. Primero, sigue el mismo argumento de la cinta clásica. Ariel es una sirena que está enamorada de la especie humana. Un día, salva a uno de ellos. Luego, acepta un trato que le ofrece la bruja Úrsula… y esto desatará una serie de complicaciones.
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¿Qué hace bien y en qué falla "La Sirenita"?
Durante la primera hora de metraje, se rinde un tributo a la película animada. Un ejemplo claro son las primeras escenas, que se parecen mucho en cuanto a estética y planos a la animada de 1989. Pero en el apartado visual hay problemas, pues se nota que es algo 100 % computarizado, lo que genera problemas de iluminación.
Esto da como resultado que la cinta original refleje mejor el diseño del mundo “bajo el mar” que este nuevo remake, incluso con la diferencia de presupuesto entre ambas adaptaciones. Como contrapartida, en esta nueva versión hay una buena integración de los actores en relación con el entorno acuático.
También hay un rasgo que aquí destaca más que en la película “base”: el personaje de Eric. La figura del enamorado de la Sirenita es mucho más profundo que en la cinta animada. Allí era solamente una excusa para comenzar la historia. Sin embargo, aquí tiene sus propias motivaciones. Si bien la labor no es brillante, sí que mejora en relación con la película de 1989.
Ahora, lamentablemente esto no sucede con todos los personajes. Melissa McCarthy, la actriz que se pone en la piel de la villana Úrsula, no logra hacer un trabajo sólido. Principalmente, porque no logra el mismo aspecto terrorífico que en la versión animada. Tampoco es un personaje divertido.
El personaje de Úrsula nos causaba un efecto ambivalente en la versión animada: era terrorífica a la vez que divertida. Por eso, aquí hay una clara derrota en relación con esta adaptación. Como la villana es uno de los motores de esta producción, está claro que la obra pierde dramatismo.
Para salvar la adaptación más reciente, diremos que los números musicales ayudan a acelerar el ritmo de la película. Se mantiene la esencia de las canciones originales con algo de nueva sensibilidad para el público adulto. Pero también serán pegadizas para los más pequeños, así que esta ha sido una decisión acertada.
Otra de las cosas que hace bien esta adaptación es que la historia de romance se siente mucho más madura. Al ser Eric un personaje con más capas, la relación amorosa no se interpreta como un flechazo mágico, sino como una construcción afectiva real. Así, la relación se vuelve más fuerte a medida en la que avanza el metraje.
Y el mensaje es claro: Eric y Ariel no están predestinados a estar enamorados el uno del otro, sino que así lo deciden. En el live action, Ariel desea vivir una aventura de libertad en la que el amor es una compañía. En la cinta original era a la inversa, pues el amor era el que desataba la aventura.
Todo esto modifica la historia, y le da nuevas dimensiones, pero sin necesidad de que se sienta como una trama diferente. Esta actualización es orgánica, no es forzada. No obstante, no llega a ser una cinta que supere o se acerque a la original, excepto en algunos aspectos específicos.
Entonces, ¿es recomendable verla? Si te ha gustado la cinta original, sí; puesto que añade nuevas capas narrativas. Pero si nunca has visto la obra animada, sin dudas es preferible comenzar por esa. En cualquier caso, ha sido un resultado mucho más positivo del que se esperaba después de haber visto solo los tráilers.