Elecciones en España: ¿Europa muestra un claro giro a la derecha?
Las recientes elecciones en España muestran un movimiento a la derecha que se viene replicando en otros países europeos.
Foto: TW-sanchezcastejon
LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández
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España dio un mensaje al mundo en las últimas elecciones regionales. El pasado fin de semana, los españoles le dieron un importante golpe a la izquierda, y no solo el Partido Popular se queda como la principal fuerza política, sino que Vox llega al tercer lugar, y desplazó a la izquierda de Podemos. Esto generó que Pedro Sánchez, líder del partido oficialista PSOE, anunciara la disolución del parlamento y convocara a elecciones generales para el 23 de julio.
La victoria del PP se da luego de absorber los votos que tenía Ciudadanos. De aquel partido político de centro-derecha que llamó la atención nacional, hoy no queda casi nada y sus electores se aproximaron más al partido conservador. El PP se consolidó fuertemente en Madrid. El partido de derechas arrebató cerca de 10 gobernaciones regionales al PSOE, y le dió un mensaje claro al Gobierno de Pedro Sánchez: que hoy su coalición con Podemos tambalea. Es por esto que los socialistas irán al todo o nada en julio para ver si pierden la presidencia o logran revertir este revés electoral.
Pero esto no es un caso anecdótico o aislado. En recientes elecciones europeas, la derecha y la extrema derecha parecen aumentar en preferencia, lo que demuestra un claro giro de todo el continente hacia posturas más conservadoras en temas sociales y liberales en temas económicos.
En Europa occidental hay liderazgos de derecha
La victoria del PP y el buen resultado de VOX demuestra que en muchas comunidades autónomas pueden formar gobierno. El partido de ultraderecha desplazó definitivamente a Podemos como tercera fuerza política y confirmó la pérdida de poder de partidos más progresistas. Este hecho puede compararse con lo ocurrido en Italia. No solo porque en 2022 Giorgia Meloni de Fratelli d’Italia llegó a la presidencia, sino porque el fin de semana pasado, la derecha también arrasó en las elecciones provinciales.
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Pero a la par, también se pueden comparar casos como en Francia, donde Marie Le Pen en su Agrupación Nacional representaa la segunda fuerza política y que, en elecciones nacionales, amenaza con arrebatarle la primera posición al presidente Emmanuel Macron. O el caso de Alemania, en el cual, una derecha tradicionalmente progresista a la cabeza de Angela Merkel, hoy pierde apoyos en zonas claves ante el movimiento de extrema derecha Alternativa para Alemania.
Al norte la realidad es similar
Recientemente, la popular y mundialmente conocida Sunna Marin, quien fuese la jefa de Estado más joven, quedó en tercer lugar en las elecciones parlamentarias. Por encima de ella quedaron Petera Orpo de Coalición Nacional (derecha conservadora) y Riikka Pura de Finlandeses (ultraderecha). Orpo ahora intentará conformar gobierno.
Mientras que en Suecia, la derecha populista de Demócratas, con Jimmie Akesson como líder, es la segunda fuerza en el Parlamento. A los ultraderechistas los superan los Socialdemócratas, y están por encima de Moderado e Izquierda.
Las derechas tradicionales no ceden
A todos estos resultados recientes, se suman los partidos y gobiernos derechistas que parecen consolidarse en las posiciones de mando. Polonia y Hungría, pese a las críticas internacionales y el rechazo de los liberales de Occidente, se consolidan en sus feudos. Tanto Andrzej Duda como Viktor Orban mantienen sus gobiernos tradicionales en los que reprimen y eliminan espacios para comunidades LGBT o discursos progresistas.
Sin embargo, uno de los principales discursos que unen a las derechas mediterráneas, occidentales, del este o escandinavas es su discurso antimigratorio. El rechazo a las políticas de cuotas, en favor de políticas estrictas para reducir la migración ilegal (principalmente de África y Asia), demostró que la crisis migratoria por las guerras en Medio Oriente o la pobreza en África subsahariana fueron capitalizadas por estos grupos políticos.