Obsesión por Pablo Escobar: el género de narcos se expande globalmente

En junio del año pasado, en Medellín, Colombia, se llevaron a cabo las grabaciones de la nueva película de comedia y acción de Prime, que además lleva por título el mismo nombre que la ciudad. “Medellín” es una cinta francesa dirigida y protagonizada por Franck Gastambide, reconocido por “Taxi 5”. Esta cuenta la historia de un joven YouTuber francés que, obsesionado con la figura de Pablo Escobar, decide viajar a la ciudad natal del narcotraficante y es secuestrado por un peligroso cartel. Su hermano reúne un grupo para hacer una redada en Colombia, pero el plan se le sale de las manos cuando secuestran al hijo del líder del cartel. La película cuenta con la participación del actor Raymond Cruz (Tuco Salamanca en “Breaking Bad”) y del exboxeador Myke Tyson.

La expansión del género de narcos

El estreno de la película llamó la atención porque, si bien es de comedia, se sirve de la temática de los narcos para su desarrollo. Además, fue grabada en una ciudad que es internacionalmente reconocida por su relación con Pablo Escobar, figura que es explotada en la industria audiovisual latinoamericana. De hecho, puede que esta decisión sea consecuencia del éxito que tuvo el género de narcos en los últimos años.

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Las narco-series, o narco-novelas, no son un fenómeno relativamente nuevo. Podemos rastrear su origen al 2006, año en el que se estrenó “Sin tetas no hay paraíso”, novela colombiana que tuvo una gran acogida en el país. Al profundizar tan abiertamente sobre el narcotráfico y todo lo que lo atraviesa, tuvo un alto impacto y, en cuestión de tan solo dos años, fue distribuida a casi todos los países de Latinoamérica.

A esta, le siguieron títulos como “Escobar, el patrón del mal”, “El Capo” y “Las muñecas de la mafia”, todas colombianas. Asimismo, el género fue acogido por productoras mexicanas y eventualmente estadounidenses. “El señor de los cielos” fue una colaboración entre México y Colombia, mientras que “La reina del sur” fue México-estadounidense. La temática terminó de solidificarse con la serie estadounidense “Breaking Bad”, que fue grabada en inglés y sentó un precedente para la audiencia no latinoamericana.

Netflix se aprovechó de la tendencia y supo apostarle al género con una producción que lanzó las narco-series a la fama a nivel internacional. Se trata de “Narcos”, una serie colombo-mexicana de tres temporadas que se centra en el ascenso y la caída de Pablo Escobar y en su lucha con el Cartel de Cali y la DEA. Luego vino “Narcos: México”, colaboración entre México y Estados Unidos, que explora los orígenes de la guerra contra las drogas en el país latinoamericano, el surgimiento y desarrollo del Cártel de Guadalajara. Ambas series tuvieron un gran éxito a nivel internacional. Según Statista, “Narcos” fue la serie más vista en noviembre de 2021 en Estados Unidos.

¿De dónde viene el éxito del género de narcos?

Más allá de la producción, de los actores y actrices que participan en este tipo de producciones, su éxito reside en el interés que existe por conocer más de fondo un problema que atraviesa radicalmente a varios países latinoamericanos. De ahí su éxito en la región, en la cual la cultura narco fue engrandecida a nivel artístico. Por otro lado, su éxito en Estados Unidos podría estar relacionado con el hecho de que la mayor demanda de sustancias ilícitas venga directamente de este país. Fue allí en que nació la fallida guerra contra las drogas y en la que los carteles latinoamericanos facturan más.

Si bien hay muchas otras producciones estadounidenses que giran alrededor del narcotráfico, son particulares aquellas que se centran en los países productores y en las repercusiones culturales, políticas y sociales que hay en estos.

“Medellín” vendría a ser una de las primeras películas extranjeras que habla del tema desde el país en el que surge el narcotráfico. Si bien no promete explorar las problemáticas que hay detrás de ello, demuestra la influencia de las narco-series en las producciones audiovisuales alrededor del mundo y trae sobre la mesa un formato híbrido.