Lula vs. el Congreso: los pueblos indígenas y el medio ambiente van perdiendo en Brasil
La lucha medioambiental de Lula da Silva, que impulsó su llegada al poder, ha tenido muchos traspiés. Sin embargo, el mandatario de Brasil acaba de presentar un paquete de medidas climáticas y de protección ambiental.
Foto: TW-MarinaSilva, Pixabay
LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos
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El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, presentó un ambicioso plan para frenar la deforestación y recuperar la Amazonía. Este proyecto, que presenta de la mano de su ministra Marina Silva, es una nueva versión del plan que tuvo durante su primer gobierno, que resultó exitoso en ese entonces. De esta forma, el Gobierno pretende crear nuevas reservas naturales que abarque más de tres millones de hectáreas y proteger 230.000 kilómetros de ríos. Asimismo, busca poner frenos a los actores que causan la deforestación. Para este fin, plantea confiscar terrenos a quienes deforesten sus tierras. Sin embargo, no solo pretende penalizar a los delitos ambientales, sino también fomentar un uso adecuado de los recursos naturales con economías sostenibles.
Durante el evento de presentación del paquete de propuestas, se rindió homenaje al periodista británico Dom Phillips y al activista indígena Bruno Araújo, quienes fueron asesinados hace un año en la Amazonía mientras investigaban las amenazas de las organizaciones criminales que operan en la región y afectan a las comunidades indígenas.
La batalla con la oposición y el congreso causa escepticismo
Pese a las buenas intenciones y a las metas favorables que traza el plan ambiental de Lula, la noticia no se recibe con tanta esperanza como debería suscitar. Desde que Lula llego al poder se ha enfrentado a una gran oposición, mucha de corte bolsonarista, que mantiene un gran poder dentro del congreso. Solo una semana antes de que el presidente de Brasil presentara sus nuevas propuestas ambientales, en el Día Mundial del Medio Ambiente, el Congreso le había dado dos duros golpes. Estos se presentan tras meses de un constante forcejeo entre el gobierno progresista y la oposición de derecha en cuanto al otorgamiento de licencias de explotación de recursos.
La oposición consiguió restar poder a los ministerios de Medio Ambiente y de Pueblos Indígenas, sobre todo en temas de supervisión de las políticas medioambientales y en la demarcación de tierras indígenas. "Con los cambios, la ministra de Medio Ambiente brasileña, Marina Silva, perdió poderes sobre el Registro Ambiental Rural (CAR), un registro de tierras defectuoso y autodeclarativo que se utiliza para facilitar la apropiación de tierras. Silva también perdió la autoridad sobre la gestión del agua", señala Mongabay. Asimismo, el ministerio de Silva perdió control sobre la Agencia Nacional del Agua y la gestión de residuos y servicios de saneamiento. Por otra parte, el congreso aprobó el proyecto de ley PL490, que tiene a Brasilia llena de manifestaciones en contra.
Así, los planes ambientales de Lula llegan en momentos difíciles, pues en congreso tiene el poder de frenarlos e, incluso, revertir decisiones beneficiosas para la protección del medio ambiente. No hay que olvidar que las agroindustrias, petroleras y mineras tiene un poder económico enorme y fuertes relaciones con políticos. Más de 800 organizaciones han firmado un manifiesto para señalar que lo que está haciendo el Congreso es dar un tiro en el pie a Brasil.
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Proyecto de ley PL490: un ataque a los pueblos indígenas
Uno de los mayores reveses que ha sufrido el gobierno de Lula da Silva tuvo lugar el pasado 30 de mayo, cuando la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que limita el reconocimiento de las tierras ancestrales de los pueblos indígenas. Con 283 votos a favor, 155 en contra y una abstención se aprobó el polémico proyecto PL490. Este proyecto genera conflicto por diversas razones. La más fuerte es que deja desprotegidas a las comunidades que han hecho reclamos sobre tierras y permite que grandes organizaciones agricultoras, mineras o petroleras continúen explotando la selva sin muchas regulaciones.
La organización defensora de los derechos de los pueblos indígenas Survival lo ha llamado como el ataque más grave contra los derechos indígenas en décadas. “Todo esto es una violación flagrante de la Constitución brasileña y del derecho internacional, pero nada de esto le importa lo más mínimo al poderoso lobby del agronegocio en el Congreso”, señaló Survival. De hecho, tienen activa una petición ciudadana para hacer presión al Senado, para que no sea aprobado en esta instancia, de forma definitiva.
"El PL490 ha sido aprobado por la Cámara: un grave ataque a los pueblos indígenas y al medio ambiente. Seguimos luchando por la vida. Aun en el Senado, dialogaremos para evitar que se negocie nuestra vida a cambio de lucro y destrucción. ¡No nos rendiremos!", manifestó en redes sociales la ministra de Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara. Esta política, activista y defensora de derechos es la primera ministra indígena del país.
Uno de los puntos más controvertidos del proyecto es el Marco Temporal. Se trata de una forma de poner límite al reconocimiento de los territorios indígenas. Aquellos que no puedan demostrar que estaban en sus tierras cuando se promulgó la constitución de 1988, no tendrán derechos sobre las tierras. Sin embargo, esto desconoce los procesos de violencia que han vivido estos pueblos y cómo los intereses por los recursos naturales han expulsado a miles de personas de sus tierras. En consecuencia, durante lo que va de junio diversas comunidades indígenas han estado en protestas para exigir que no se apruebe este Marco Temporal de forma definitiva.