La poco convencional campaña presidencial de Javier Milei en Argentina atrae a multitudes diversas y coloridas, lo que refleja su enfoque poco ortodoxo y su creciente popularidad .
Foto: 14/11/2023.- Simpatizantes asisten hoy a un mitin de campaña del candidato presidencial argentino Javier Milei, en el Monumento Nacional a la Bandera en Rosario (Argentina). EFE/Franco Trovato Fuoco
Latin American Post Staff
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Un fenómeno populista
En las bulliciosas calles de Buenos Aires, un escenario que podría parecer más apropiado para una convención de cómics que para un mitin político. Personajes como Batman y un hombre disfrazado de león se mezclan con sus seguidores, todos reunidos para apoyar al candidato presidencial menos convencional de Argentina, Javier Milei.
Milei, un populista de derecha y ex personalidad televisiva, se ha transformado rápidamente de un controvertido personaje parlante a un serio contendiente para el cargo más alto de Argentina. Conocido por sus feroces críticas a la " casta política" responsable de los problemas económicos crónicos de Argentina, Milei ha tocado la fibra sensible de un segmento de la población frustrado con el status quo.
Sus mítines son un espectáculo de devoción y teatralidad. Los partidarios, atraídos por su estilo sensato y sus ideales libertarios, a menudo visten disfraces y accesorios que encarnan la personalidad más grande del candidato y sus críticas al gasto gubernamental. Un seguidor, vestido como Batman, simboliza el espíritu justiciero que ha adoptado la campaña de Milei.
El general simbólico AnCap
La pieza central de estas manifestaciones es a menudo el propio Milei, conocido por disfrazarse de "General AnCap" (abreviatura de anarcocapitalista) en un guiño a su filosofía política. Su enfoque de campaña contrasta marcadamente con los eventos políticos tradicionales y más serios típicos de Argentina. Esta ruptura con las convenciones le ha granjeado un culto entre aquellos cansados de la política convencional.
El ascenso de Milei de figura televisiva a peso pesado político refleja una tendencia más amplia en la política global, donde figuras carismáticas capitalizan el descontento público para derribar al establishment político. En Argentina, un país que lucha contra una inflación de tres dígitos y una pobreza creciente, el mensaje de cambio drástico de Milei resuena con fuerza. Sus seguidores, a menudo desilusionados con la clase dominante, lo ven como un faro de esperanza y un catalizador para reformas significativas.
Las políticas económicas de Milei, una mezcla de ideales capitalistas y posiciones socialmente conservadoras han generado comparaciones con el expresidente estadounidense Donald Trump. Al igual que Trump, Milei tiene talento para lo dramático y una habilidad especial para dominar la cobertura mediática. Sus partidarios a menudo usan gorras que dicen "Hacer que Argentina vuelva a ser grande", en paralelo directo con el famoso eslogan de Trump.
El diverso tapiz del apoyo
Lo que es particularmente sorprendente de la campaña de Milei es la diversidad de sus seguidores. Van desde jóvenes libertarios hasta votantes desencantados de todas las edades. En sus mítines se puede ver una mezcla de disfraces y accesorios, desde máscaras de leones (un guiño a la autocomparación de Milei con el rey de la selva) hasta motosierras de cartón que simbolizan su deseo de recortar el gasto estatal.
Las encuestas previas a la segunda vuelta electoral del 19 de noviembre muestran a Milei en una reñida carrera con el ministro de Economía, Sergio Massa. Muchos votantes indecisos desempeñarán un papel crucial a la hora de determinar el resultado. Independientemente del resultado de las elecciones, el impacto de Milei en la política argentina es innegable.
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Su campaña ha revitalizado el discurso político en Argentina, aportando energía y compromiso que habían faltado durante años. Ya sea vestidos como héroes de cómic o empuñando motosierras simbólicas, los seguidores de Milei están unidos en su deseo de un alejamiento radical de la norma. Ven en Milei un líder capaz de marcar el comienzo de una nueva era para Argentina, una era en la que el ciudadano común y corriente se sienta escuchado y representado. Este sentimiento captura la esencia de la campaña de Milei: un grito de batalla por el cambio en un país que anhela una nueva dirección.