La agitación política de Guatemala por la lucha de Arévalo contra la corrupción
En un giro dramático, el presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, enfrenta desafíos legales por supuesta incitación a protestas universitarias, lo que genera preocupaciones sobre la democracia y la corrupción .
Foto: 16/11/2023.- El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, y la vicepresidenta electa, Karin Herrera, participan en una manifestación para denunciar los más recientes actos antidemocráticos del Ministerio Público, en la Plaza de Derechos Humanos en la Ciudad de Guatemala, Guatemala. EFE/Edwin Bercián
The Latin American Post Staff
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Campaña anticorrupción de Arévalo
El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, y varios miembros de su partido Movimiento Semilla están actualmente envueltos en una batalla legal que amenaza el tejido mismo de la democracia de la nación. Los fiscales, encabezados por el fiscal de Patrimonio Cultural, Ángel Saúl Sánchez, buscan despojar a Arévalo y a los miembros de su partido de su inmunidad. ¿Las acusaciones? Alentar a los estudiantes a ocupar la Universidad de San Carlos, la única universidad pública del país, a través de publicaciones en las redes sociales en 2022.
El telón de fondo de este drama que se desarrolla es un ataque legal contra Arévalo, un defensor de la lucha contra la corrupción que, contra todo pronóstico, ganó las elecciones presidenciales en agosto. Esta victoria, sin embargo, no estuvo exenta de controversias. El gobierno de Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos han insinuado la posibilidad de que estas acciones legales sean una estratagema para impedir que Arévalo asuma el cargo en enero.
El movimiento de semillas enfrenta múltiples cargos
Desde la sorpresiva victoria de Arévalo, los fiscales han perseguido agresivamente a su partido por varios cargos, incluidas presuntas irregularidades en la recolección de firmas requeridas para el registro del partido. La fiesta fue suspendida temporalmente por un juez a instancias del fiscal.
El nuevo caso contra Arévalo y otros incluye cargos de usurpación agravada, sedición y asociación ilícita. Estas acusaciones surgen de un hecho significativo ocurrido en abril de 2022 cuando los estudiantes ocuparon la Universidad de San Carlos. Los estudiantes protestaron por lo que percibieron como una elección fraudulenta de Walter Mazariegos como rector, alegando que sólo sus seguidores podían votar. Posteriormente, el Departamento de Estado de Estados Unidos sancionó a Mazariegos, condenando las elecciones como antidemocráticas.
La protesta estudiantil, que duró hasta junio de este año, recibió aparente apoyo de Arévalo. En un mensaje en una plataforma de redes sociales, Arévalo elogió a los manifestantes y afirmó: "La USAC está haciendo posible ver un rayo de esperanza en Guatemala". Este mensaje es ahora un punto central del caso de los fiscales.
La respuesta de Arévalo y la división política
En respuesta a estas acusaciones, Arévalo ha denunciado las acciones del Fiscal General como "espurias e inaceptables", lo que refleja una división cada vez más profunda en el panorama político de la nación. Este choque se produce a raíz de una resolución del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, que criticó a la Fiscalía General de Guatemala como un actor antidemocrático que intenta "desacreditar e impedir" la transición democrática del poder.
En medio de este tumulto, jóvenes activistas del partido como Marcela Blanco han recurrido a las redes sociales para expresar su angustia. Blanco afirma que los agentes llegaron a su casa para arrestarla, lo que aumentó la atmósfera de intimidación y miedo. En una conmovedora publicación en las redes sociales, escribe: "Soy ciudadana, soy del pueblo y me están haciendo esto por hablar contra la corrupción".
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Esta situación en Guatemala es más que una mera riña política; es una prueba del compromiso de la nación con los principios democráticos y la lucha contra la corrupción. El viaje de Arévalo de un cruzado anticorrupción a un presidente electo asediado por problemas legales simboliza las luchas más importantes de Guatemala. La comunidad internacional observa de cerca cómo la nación se encuentra en una encrucijada, esperando una resolución que defienda los valores democráticos y la justicia.