El rey de MercadoLibre en Argentina da un paso al costado mientras la fintech latinoamericana enfrenta a los gigantes
Desde una calle tranquila en Montevideo, Marcos Galperin se prepara para entregar el cargo de CEO de MercadoLibre a Ariel Szarfsztejn, mientras Mercado Pago persigue licencias bancarias y Amazon, Temu y Shein acechan. Argentina observa, contando empleos, crédito y política en una región volátil.
Silencio en Montevideo, ruido en Buenos Aires
En una mañana húmeda en Montevideo, Uruguay, Marcos Galperin camina junto a los reporteros de Bloomberg Businessweek Brad Stone y Patrick Gillespie. Nadie custodia al cofundador de 54 años de MercadoLibre Inc., la empresa más valiosa de América Latina. Con un valor de aproximadamente 10 mil millones de dólares según el Bloomberg Billionaires Index, parece disfrutar de una tranquilidad poco común.
Señala un club de tenis, una feria de agricultores y la playa sobre el Río de la Plata. En la feria, los vendedores que antes solo aceptaban efectivo ahora aceptan Mercado Pago. Dice que vino por privacidad: “En Argentina, te piden fotos, esto y lo otro. Uruguay es un paraíso para mí.” Él mismo maneja su auto.
La distancia es corta—unos treinta minutos de vuelo desde Buenos Aires—y Galperin llama a su barrio “como un pequeño Palo Alto”, y agrega: “Aquí puedo vivir libremente.” En el Río de la Plata, cruzar el agua puede ser una válvula de escape: lo suficientemente lejos para pensar.
Un mercado libre construido sobre fricciones
Pensar ahora incluye la sucesión. Al final del año, Galperin dejará el título de CEO en MercadoLibre y pasará a ser presidente ejecutivo, entregando el puesto a su adjunto Ariel Szarfsztejn, otro MBA de la Stanford Graduate School of Business. “El verdadero poder es elegir cuándo dar un paso al costado”, dice.
Stone y Gillespie informan que la decisión le costó lágrimas y preguntas complejas. Quería irse mientras el desempeño era fuerte. Dice que MercadoLibre acaba de registrar su 27º trimestre consecutivo de crecimiento de ingresos del 30% o más, y agrega: “Quería controlar el proceso.” El Strategic Management Journal ha estudiado a los fundadores como motor y como cuello de botella.
El motor arrancó en 1999, después de pasar por la Wharton School de Penn y Stanford en Palo Alto, California, cuando regresó a Argentina para construir un mercado al estilo eBay; eBay invirtió desde el principio. Más tarde creó Mercado Pago, que ahora usan más de 70 millones de personas para pagar en tiendas, administrar dinero y comprar a crédito. Dice que permite a clientes lejanos “comprar el mismo producto al mismo precio”, “un sueño hecho realidad para decenas de millones.” World Development ha debatido qué desbloquea esa inclusión—y qué concentra.

Poder después de las ganancias en Argentina
La escala de la plataforma es continental. Con una capitalización bursátil cercana a los 105 mil millones de dólares, MercadoLibre opera en 18 países, tiene aviones en Brasil y México, y emplea a más de 100,000 personas—alrededor de diez veces más que antes del Covid-19. Mercado Pago está buscando licencias bancarias en Argentina y otros países; sin una, dice, “no se pueden pagar salarios en una billetera digital”, lo que califica de “bastante indignante.”
La competencia se intensifica. Amazon.com Inc. se asoció con Nu Holdings Ltd. en pagos y préstamos, y las acciones de MercadoLibre cayeron un 8% ese día. Galperin dice que enfrentarse a Jeff Bezos hizo que su empresa fuera “mucho mejor”, impulsándola a construir más de 30 centros de distribución. Temu y Shein suman otra amenaza, enviando productos baratos directamente desde fábricas asiáticas, a menudo libres de impuestos. No dirá si instó al presidente argentino Javier Milei a intervenir: “Se podría argumentar que es injusto”, dice, pero “no nos corresponde a nosotros presionar a los gobiernos por eso.”
Al preguntarle cómo se siente su esposa, Karina, y sus tres hijos adultos sobre la semijubilación, hace una pausa: “Quizás esa sea la pregunta más difícil que me has hecho.” Predice que Szarfsztejn seguirá tomando su dirección: “todo lo que yo considere importante, él me escuchará y actuará en consecuencia.” Galperin promete seguir enfocado en MercadoLibre al menos los próximos cinco años, persiguiendo la inteligencia artificial—un asesor dentro de Mercado Pago que paga cuentas e invierte lo que sobra, “el mejor banquero privado del mundo”, para “la persona promedio.”
La política se ha vuelto parte de la marca. Stone y Gillespie informan que recibió a Milei en la oficina de MercadoLibre en Buenos Aires, apoya sus reformas de libre mercado y profundos recortes de gasto, y espera que reformas más amplias sean aprobadas por el Congreso de Argentina. Califica el respaldo de 20 mil millones de dólares de la administración Trump y un marco de libre comercio como “muy positivo”, diciendo que reducirá aranceles y “mejorará la competencia.” En X, promueve las criptomonedas mientras critica el wokeismo, el periodismo sesgado y las políticas migratorias. “La meritocracia es la forma de dirigir una empresa y de dirigir un país”, afirma.
No descarta la política para sí mismo: “He aprendido a evitar ciertas palabras como ‘nunca’ o ‘siempre’.” Dice que la ideología siempre estuvo implícita en el nombre MercadoLibre, “mercado libre”, y agrega: “siempre ha estado bastante claro cuál es nuestra ideología.” En una región donde las apps pueden convertirse en infraestructura de la noche a la mañana, su sucesión es más que teatro corporativo. Esta nota es una adaptación del reportaje de Bloomberg Businessweek realizado por Brad Stone y Patrick Gillespie.
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