2018: Latinoamérica quiere cambio
Nueve países irán a las urnas para solicitar una nueva visión gubernamental
La temporada electoral de 2018 viene bastante ocupada para Latinoamérica. Las quejas por corrupción y la necesidad de cambio auguran 12 meses de mucho movimiento en el continente. Además, la desilusión con los partidos políticos sugiere que habrá un cambio en las propuestas, en los candidatos y, más importante aún, en los electores. Cada país enfrenta un desafío diferente, pero que en general se traduce en lo mismo: ganar la confianza en el electorado, de ahí que los movimientos independientes tomen fuerza para el siguiente año.
De manera más concreta, la temporada electoral inicia en noviembre del presente año y se extenderá hasta diciembre 18 del próximo año. Los países que se verán involucrados son Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Honduras, México, Paraguay y Venezuela.
Chile iniciara la jornada con la primera vuelta de la elección presidencial, allí el mayor reto es la economía. Durante los últimos cuatro años, la tasa de crecimiento chilena se enmarca en el 1.8%, siendo baja comparada con el inicio del milenio hasta 2013. Para el sucesor de Bachelet, un buen programa de economía para ejecución puede garantizarle una segunda vuelta. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los escándalos de corrupción agobian a los candidatos y partidos políticos de siempre.
Honduras, el 26 de noviembre, juega su futuro presidencial. Juan Orlando Hernández, actual presidente, correrá para la reelección. Sin embargo, los tres partidos políticos opositores crearon una alianza con el fin de sacarlo del poder. Hernández y la Alianza Opositora, con Salvado Nasralla como candidato, saben que los problemas sociales y la violencia serán las cuestiones vitales en el momento de votar.
Hernández en su periodo presidencial ha visto la violencia incrementar, por lo cual una mala intervención podría sacarlo del palacio presidencial.
Cuba, y aunque suene raro mencionarlo, estará también entre los países que deciden su futuro en las urnas. El 26 de noviembre de este año inicia su proceso electoral al escoger los representantes municipales. De estos se escogerán los 612 miembros de la asamblea nacional quienes en febrero de 2018 escogerán al sucesor de Raúl Castro. Después de 60 años una persona ajena a la familia Castro regirá el país. Estas elecciones significan el primer paso de transición del régimen cubano a la democracia.
Los ticos en febrero del próximo año irán a las urnas para escoger los nuevos miembros del poder legislativo y al nuevo presidente. La fragmentación en el congreso es notoria debido a los escándalos que se han descubierto en los últimos tres meses. Tanto el poder legislativo como el ejecutivo tienen el reto de corregir la deuda pública que tiene al país sumido en problemas, así como el crecimiento de la tasa de criminalidad. El reto para los ciudadanos de Costa Rica es poder armonizar los dos poderes que se someten a elección.
En marzo y mayo de 2018, Colombia ira a las urnas a escoger los legisladores y a su nuevo presidente. Serán las primeras elecciones con las FARC como grupo político
El legislativo colombiano se ha visto en los últimos cuatro años salpicado por escándalos fuertes de corrupción, así como también la presión que hay en su interior por el manejo de los acuerdos de paz. A nivel presidencial, las opciones son un completo abanico, desde partidos políticos tradicionales hasta candidatos que esperan obtener un espacio en el tarjetón por medio de firmas. Los candidatos aún no han mostrado sus cartas fuertes para combatir con todos los retos que exige el país ahora que la guerrilla hace una fuerza política.
Los paraguayos en abril harán la elección del poder legislativo y del ejecutivo. Quien gane la presidencia se enfrenta a los retos del manejo de la agricultura, la pobreza y la pobre infraestructura con la que cuenta el país. A nivel legislativo, el común denominador de Latinoamérica, la corrupción será la apuesta más grande a vencer por parte de los electores.
México, en julio se enfrenta al cambio legislativo y a la elección del sucesor de Enrique Peña Nieto. El gobierno actual enfrenta su crisis más grande con la popularidad más baja del PRI en todos sus años en el poder. El tema de violencia, seguridad, y economía dominaran la agenda electoral. Además, los movimientos independientes cobran fuerza; en el caso de la elección presidencial, se muestran como una opción diferente y de cambio positivo
Brasil, por su parte, hará cambio del legislativo y del presidente también. Durante los últimos tres años, los escándalos de corrupción han sacudido fuertemente al país.
Finalmente, Venezuela tiene programado elecciones presidenciales en diciembre de 2018. Sin embargo, para la Unidad de Inteligencia de The Economist, dichas elecciones no podrían realizarse. El régimen autoritario de Nicolás Maduro, quien además cuenta con el auspicio de la Asamblea Nacional Constituyente, podría simplemente cancelar las elecciones, aunque dicha situación podría degenerarse en una crisis más pronunciada de la que se vive actualmente.
Latin American Post | Carlos Eduardo Gómez Avella
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