Aborto en Chile: ¿Quién protege a quién?
La iniciativa comprende que las mujeres pueden interrumpir su embarazo bajo tres causales en las que se incluye el riesgo de la madre, inviabilidad del feto y violación
Actualmente, Chile atraviesa momentos complejos debido a que la Ley de Aborto, que está siendo actualmente tramitada en el Congreso y que ha estado en la agenda política hace muchos años, aún tiene un futuro incierto ya que existen detractores y partidarios muy enérgicos.
La situación no dista de ser compleja pero la opinión pública está fuertemente a favor y quienes están en contra se reducen a partidarios de derecha radical. La postura de la presidenta Michelle Bachelet frente al proyecto es a favor, la mandataria declaró, “[este cambio] permite que seamos un país donde las mujeres frente a tales situaciones puedan tomar la mejor decisión posible”.
La discusión del proyecto de ley sobre despenalización de la interrupción del embarazo bajo tres causales en el Congreso ha sido un largo y mediático proceso en donde se aprobó en primera instancia (por el Senado) el proyecto, mientras que fue rechazado hace unos días por la cámara baja (los diputados). Esto provocó descontento general por cuanto se confiaba dentro de los parlamentarios que la iniciativa sería aprobada sin problemas.
El panorama actual, tras el rechazo en la cámara baja, la votación pasará a Comisión Mixta del Congreso con un equipo conformado por diputados y senadores. El problema de la dilatación del proceso es que, además de retrasar su aprobación en un par de semanas, es que el 29 de agosto, el Tribunal Constitucional cambiará de presidente.
Existió un periodo de años en Chile que data desde 1931, en donde el aborto estuvo permitido en casos de peligro para la madre o inviabilidad del feto. Sin embargo, el ex dictador Augusto Pinochet lo prohibió completamente antes de terminar su mandato.
Se calcula que en Chile se producen 30.000 abortos provocados o espontáneos. Mientras que los abortos clandestinos podrían llegar a 160 mil cada año. La oposición conformada por personeros de derecha y conservadores han expresado que, de ser aprobado en esta última instancia, apelarán al Tribunal Constitucional por considerarlo “inconstitucional”.
El TC es el organismo al que se recurre para revisar leyes aprobadas que tuvieran conflictos con artículos de la Constitución chilena, redactada por Augusto Pinochet, cuyo texto expresa que: “protege la vida del que está por nacer”.
Según la mandataria chilena, a pesar de que el 80% pudiera estar a favor de las tres causas, la discordia perdurará. Bachelet declaró, “Hay temas donde no es factible llegar a acuerdo, porque sencillamente hay una mirada, o desde la ideología o desde la religión, que tienen puntos de vista que son diferentes”.
Hoy en día, la ley prohíbe, sin excepciones, realizar ningún tipo de interrupción del embarazo. Chile forma parte de los 9 países en el mundo que penaliza esta práctica en cualquier forma y por cualquier motivo. Entre ellos están: Ciudad del Vaticano, Malta, Surinam, República Dominicana, Nicaragua, El Salvador, Haití y Honduras.
El problema actual, tanto en Chile como en el mundo, es que los abortos se realizan de forma clandestina; los procedimientos son riesgosos y muchas veces hechos por personas no calificadas para este tipo de intervenciones quirúrgicas. Muchas mujeres fallecen o tienen secuelas.
En un panorama a favor del proyecto y que se apruebe en la comisión mixta, existirá un periodo de 5 días en que sea despachado al parlamento. Si dentro de este plazo no se presentan objeciones, pasa inmediatamente a la Contraloría para decretar la promulgación de la ley. Por contrario, y tal como han manifestado los detractores, se presentan recursos en contra del proyecto, podría incluso frenar toda iniciativa con respecto a esta iniciativa.
Latin American Post | Daniella Páez Otey
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