AMÉRICAS

Atención médica crea tensiones entre Argentina y Bolivia

Macri amenaza con cerrar los hospitales a los bolivianos y Morales pretende llegar a un acuerdo

Atención médica crea tensiones entre Argentina y Bolivia

A pesar del importante crecimiento económico que ha experimentado Bolivia en los últimos años, sus habitantes siguen emigrando en masa a Argentina atraídos por su oferta de trabajo y una educación y sanidad gratuitas y de calidad. Pero es bien sabido que algunos sectores de la sociedad del país austral no quieren bolivianos en su país y no tienen problema en expresarlo abiertamente.

Las tensiones entre los dos países vienen de lejos, pero se acrecentaron el año pasado cuando Argentina quiso establecer una ley que aumentara el control fronterizo con la nación andina, algo que Bolivia calificó de “injusto y racista”. Ahora la controversia viene por la intención del gobierno de Mauricio Macri de hacer pagar a los bolivianos no residentes que vayan a hospitales argentinos a someterse a tratamientos complejos, algo muy habitual en provincias norteñas como Salta o Jujuy y también en Buenos Aires.

El problema viene porque Argentina no rechaza a ningún extranjero que decida usar su sistema sanitario y, además, no cobra nada por ello. Sin embargo, Bolivia sí cobra a los pocos argentinos que utilizan su sanidad, a todas luces más deficiente que la de su vecino del sur. Al principio el país andino se indignó y protestó la decisión, pero poco después Evo Morales reculó y solicitó llegar a un acuerdo que no es otro que dejar de cobrar a los argentinos que van a los hospitales de su país. “Macri tiene toda la razón al pedir que sus ciudadanos sean tratados de igual manera que los nuestros en su país”, dijo Morales.

Este asunto ha generado una gran repercusión en Argentina, donde el 30% de sus habitantes rechaza la inmigración de bolivianos, una cifra que se dispara hasta el 50% en el Gran Buenos Aires, zona en la que más se concentra la pobreza y la presencia de ciudadanos de la nación andina. Algo contradictorio si se tiene en cuenta que prácticamente todos los argentinos son hijos, nietos o biznietos de inmigrantes y su propia constitución habla de fundar un país “para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”. Pero la situación económica de este país es más grave de lo que se proyecta en el exterior y los inmigrantes son vistos como competencia directa en los barrios más pobres de las ciudades argentinas, y son muchos los políticos que se aprovechan de este asunto para sacar rédito político.

Fue precisamente en gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien prendió la mecha al afirmar que “la sanidad no es gratuita, alguien la paga. En mi provincia entre el 7% y el 10% de las consultas y tratamientos son disfrutados por no residentes que cruzan la frontera para tal efecto”. Si bien Morales no habla de cortar la sanidad gratuita a los bolivianos sí exige reciprocidad con los argentinos que residen en Bolivia. “Argentina destina un 10% de sus PIB a sanidad, eso es mucho y deberíamos tener mejores resultados”.

El ministro argentino de Sanidad, Rodolfo Rubinstein aseguro que “nunca vamos a negar asistencia sanitaria a un extranjero en caso de emergencia pero si deberíamos tener un mayor control en operaciones y tratamientos ya programados”. Incluso la oposición boliviana criticó a Evo Morales diciendo que no estaba en posición de exigirle nada a Argentina en materia de sanidad.

Los embajadores de ambos países se han encargado de rebajar la tensión afirmando que las relaciones entre ambos países “son muy buenas” y que esperan que tanto argentinos como bolivianos tengan los mismos derechos sanitarios.

 

Latin American Post | José María González

Copy edited by Susana Cicchetto

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