Aunque parezca increíble, las monarquías perduran
La boda entre el Príncipe Harry y Meghan Markle nos recuerda que los príncipes y reinados existen más allá de la fantasía, y aunque su rol ha cambiado durante las últimas décadas, existen todavía varias monarquías en el mundo
A nivel mundial, los procesos de descolonización y la democratización de las naciones condujeron a una reducción en el número de monarquías y poderes absolutos. De hecho, hoy en día se cuenta con poco más de 20 naciones consideradas monárquicas, y el nivel de injerencia de los reyes en su política varía en cada caso.
Lo primero que hay que entender es que es diferente ser Rey en Suecia que en Brunei. No solo por las diferencias culturales y religiosas, sino también porque mientras el Rey de Suecia tiene limitadas funciones ceremoniales como Jefe de Estado, el sultán de Brunei es también primer ministro, ministro de defensa y ministro de economía. Existen adicionalmente reinos que se salen de las categorías de monarquía absoluta o parlamentaria, y son considerados híbridos. Ejemplo de esto es el Reino de Marruecos, donde Mohamed VI ha tenido que ceder parte de sus poderes al sistema democrático, pero sigue ostentando importantes funciones políticas, muy por encima de las obligaciones de un rey en una monarquía parlamentaria.
El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte es hoy en día la monarquía parlamentaria mejor conocida a nivel mundial. En su cabeza se encuentra la Reina Isabel II, quien ostenta la corona desde 1952. Como monarca, la Reina Isabel II es Jefa de Estado, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y cabeza de la iglesia anglicana. Al ser la cabeza de la Mancomunidad Británica de Naciones, Isabel II es reconocida como jefe de estado en 16 países, entre ellos Canadá, Australia y Jamaica. Sin embargo, su poder encabezando la corona británica es limitado por la existencia de un parlamento bicameral (Cámara de los Lores y Cámara de los Comunes) que elige al Primer Ministro.
Por su parte, la familia real de Dinamarca es la más antigua del continente europeo, pues está en el poder desde hace más de mil años. Como monarquía constitucional conformada por Dinamarca, las Islas Feroe y Groenlandia, Margarita II ostenta el trono danés desde 1972, y es también comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y cabeza de la iglesia en este país. Si bien la casa real danesa es una institución respetada en el país, comparte sus obligaciones con un sistema constitucional, conformado por un Parlamento y un Jefe de Gobierno elegidos popularmente.
El Reino de Suecia, popularmente asociado al estado de bienestar característico de los países nórdicos, es regido actualmente por Carlos XVI Gustavo de Suecia, soberano desde 1973. Siendo Suecia una monarquía parlamentaria, el poder de Carlos XVI Gustavo como Jefe de Estado está limitado a ceremonias y actos oficiales, lo mismo que sucederá con su hija la princesa Victoria cuando herede la corona. Asimismo, el vecino Reino de Noruega es liderado por Harald V, quien ejerce como Jefe de Estado y Rey desde 1991. A diferencia de los monarcas mencionados hasta ahora, Harald V no es cabeza de la iglesia en su país, pues los roles eclesiástico y monárquico fueron separados mediante una enmienda constitucional en 2012.
Fuera de Europa, una de las monarquías más conocidas es el Reino de Japón, liderado por el Emperador Akihito desde 1989. Si bien Su Majestad ha indicado que abdicará al trono en el 2019 y será reemplazado por su hijo el príncipe heredero Naruhito, Akihito sigue siendo una importante figura ceremonial en el Japón, y ha pasado parte de su vida intentando acercar la monarquía nipona al pueblo.
Si bien los casos mencionados hasta ahora representan monarquías parlamentarias y constitucionales que limitan los poderes de los soberanos reales, existen aún hoy en día en el mundo cinco naciones consideradas como monarquías absolutas: Arabia Saudita, Suazilandia, Omán, Brunei y Qatar. A estas naciones se suma el Estado Vaticano, pues el Papa Francisco es considerado monarca absoluto teocrático de la Ciudad del Vaticano.
Latin American Post | Laura Delgado
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