AMÉRICAS

Cae la franquicia europea del Cártel de Jalisco en operación al Estilo Peaky Blinders

La policía española, respaldada por la DEA y autoridades holandesas, desmanteló discretamente una “oficina” del Cártel Jalisco Nueva Generación en Europa, incautando cocaína, metanfetaminas y lingotes de plata de una mezcla surrealista de operadores de la Camorra, enviados mexicanos y mensajeros de santería movidos por la superstición en España.

Una franquicia de Jalisco con ambiciones europeas

El plan sonaba a algo a medio camino entre una serie de crimen de prestigio y una junta directiva de cártel. En anodinos polígonos industriales en el corazón de España, el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) supuestamente intentaba abrir su primera verdadera “franquicia” europea. En el centro del intento, según fuentes policiales citadas por EFE, estaba la mano derecha de uno de los capos más poderosos de la Camorra napolitana y cuatro mexicanos que preferían las boinas planas popularizadas por la serie “Peaky Blinders”.

Esto no fue improvisado. Los investigadores afirman que la red formaba parte de una estructura del CJNG que traía grandes cantidades de cocaína y metanfetaminas desde Latinoamérica, especialmente desde Costa Rica, ocultas dentro de maquinaria industrial pesada. Las drogas estaban destinadas a España y, de manera crucial, al mercado europeo en general. Los puertos de Oporto, Portugal, y Róterdam, Países Bajos, estaban siendo “explorados” como puntos de entrada para futuros envíos, según funcionarios que informaron a la prensa y fueron citados por EFE.

Pero antes de que la franquicia pudiera asentarse realmente, fue desmantelada. En una operación conjunta que involucró a las unidades especializadas antidrogas y contra el crimen organizado de España, la Administración de Control de Drogas de EE. UU. (DEA) y la policía holandesa, los agentes actuaron. El resultado: 20 detenidos, con 15 sospechosos ya en prisión, un elenco multinacional de españoles, mexicanos, colombianos e italianos repentinamente cortados de su línea de suministro de Jalisco.

Para Estados Unidos, que considera formalmente al CJNG como una organización terrorista, el golpe representa un cambio significativo en la dinámica de seguridad internacional, resaltando cómo las organizaciones de narcotráfico están expandiendo su alcance en Europa y desafiando los esfuerzos policiales a nivel mundial.

Doble logo, maquinaria pesada y una ruta de cocaína

La historia no comenzó con una espectacular incautación, sino con pequeños decomisos en Bilbao y Valencia hace más de un año. Esos modestos alijos contenían una pista muy inusual: los fardos de cocaína llevaban dos logotipos en lugar de uno, lo que indicaba una empresa conjunta o alianza entre diferentes organizaciones de tráfico, algo raro y que señala una mayor cooperación entre cárteles.

Siguiendo esa pista de etiquetas y polvo, los agentes españoles, trabajando estrechamente con sus homólogos extranjeros, rastrearon la cadena de suministro hasta varias naves industriales en el centro de España. Estas instalaciones, anónimas para los transeúntes, supuestamente servían como centros de coordinación y almacenes donde se recibía, guardaba y custodiaba la droga.

Desde otras instalaciones en Talavera de la Reina, en la provincia de Toledo, la organización recibía y luego reexportaba maquinaria industrial pesada cargada con narcóticos ocultos. Las máquinas se enviaban a Italia, donde, según los investigadores, la red tenía vínculos directos con la Camorra. Allí apareció otra figura clave: la mano derecha de Raffaele Imperiale, uno de los narcotraficantes más notorios vinculados a la Camorra, durante mucho tiempo en la lista de los más buscados de Italia hasta su arresto en Dubái en 2021.

En septiembre, las autoridades detectaron el primer envío de cocaína canalizado a través del lugarteniente de Imperiale, según los detalles hechos públicos y reportados por EFE. Ese cargamento, sumado a las incautaciones previas y la vigilancia en los polígonos industriales, dio a los investigadores el patrón que necesitaban. Cuando se lanzaron los operativos, el guion que los traficantes habían escrito para su expansión europea ya estaba en manos de la policía.

EFE/Joebeth Terriquez

Rituales de santería, boinas Peaky y un empresario limpio

Junto a la logística y los lazos mafiosos, la operación destapó los extraños rituales y creencias que rodean el crimen de alto riesgo. Entre los detenidos había personas involucradas en prácticas religiosas, como el ‘santero’ que creía que su sombrero era un escudo espiritual, resaltando los elementos personales inusuales de las operaciones criminales.

Cuando los agentes detuvieron al santero, lo encontraron usando un sombrero especial que, supuestamente, creía que no podía quitarse durante un año. Según fuentes policiales citadas por EFE, él afirmaba que el accesorio era una especie de escudo espiritual que lo protegería de ser arrestado y garantizaría que los envíos llegaran a su destino sin incidentes. La superstición falló en ambos frentes.

No fue el único cuyo tocado llamó la atención de los agentes. Los cuatro sospechosos mexicanos, identificados como emisarios del CJNG que rotaban por España solo tres o cuatro meses a la vez, también destacaban. Según los reportes, les gustaba llevar las icónicas boinas planas con visera asociadas a la banda “Peaky Blinders” de la serie de la BBC ambientada en el Birmingham de principios del siglo XX. La imagen de enviados del cártel mexicano con boinas de gánster británico, moviéndose entre almacenes españoles y puertos europeos, parecía casi demasiado literal hasta que las detenciones la convirtieron en prueba.

La figura más crucial en la supuesta franquicia era un empresario español sin antecedentes penales, quien proporcionaba apoyo logístico a través de varias empresas comerciales y jugaba un papel clave en el blanqueo de las ganancias del narcotráfico, ilustrando cómo los negocios legítimos pueden facilitar redes de tráfico internacionales.

Para ilustrar la magnitud de la operación, la policía incautó alrededor de 70 kilos de lingotes y monedas de plata, cada uno valorado en hasta 2.000 euros por kilo. Esto resalta los importantes activos financieros involucrados y el esfuerzo por lavar las ganancias de las actividades del cártel.

Lingotes de plata, cripto y un sueño jalisciense incautado

El balance final de la operación es contundente. Según cifras de la policía española compartidas con la prensa y reportadas por EFE, las autoridades confiscaron 1.870 kilos de cocaína, 375 kilos de anfetamina, 275.000 euros en efectivo, criptomonedas por valor de unos 15.000 dólares, tres armas cortas y 15 vehículos, además de los 70 kilos de plata.

Para las fuerzas del orden, esto representa un golpe significativo contra una organización que ya había pasado de “explorar” rutas a utilizarlas activamente. Para el CJNG, es un recordatorio costoso de que Europa puede ser lucrativa, pero está bajo estrecha vigilancia, y las alianzas con la Camorra y otras mafias no garantizan invisibilidad.

El caso es también una instantánea de cuán globalizado se ha vuelto el narcotráfico. Un cártel mexicano, una organización criminal napolitana, intermediarios colombianos, un empresario español, puertos en Portugal y Países Bajos, polígonos industriales en el interior de España y un sombrero espiritual que nunca debía quitarse: todos colisionaron en una sola investigación.

Al final, las boinas inspiradas en la ficción no convirtieron a sus portadores en intocables Peaky Blinders, y los rituales del santero no mantuvieron a la policía alejada. El sueño jalisciense de una sucursal europea se disolvió bajo las luces fluorescentes de los calabozos policiales, dejando solo procesos judiciales, plata incautada y el recordatorio de que, en este negocio, el mito viaja más rápido que la cocaína, pero nunca logra superarla del todo.

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