Colombia: Reviven los diálogos de paz con el ELN
La escogencia de La Habana como nueva sede de los diálogos de paz puede ser la oportunidad definitiva para que el gobierno colombiano y el ELN lleven este proceso a un término
La decisión de las delegaciones del gobierno de Colombia y el ELN (Ejército de Liberación Nacional) de ir a Cuba para sentarse nuevamente a conversar y buscar salidas con el fin de lograr a un acuerdo de paz, tiene un significado especial considerando que fue precisamente en La Habana donde se selló el acuerdo de paz con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Y teniendo en cuenta que Cuba, en su rol de país garante, ha sido uno de los actores que más ha apoyado los esfuerzos para lograr el fin del conflicto con las dos principales guerrillas de Colombia.
Probablemente fue esto, o quizás también las agudas y recurrentes crisis por las que ha pasado el proceso de paz, lo que influyó para que ambas delegaciones determinaran que por encima de los otros países garantes (Brasil, Chile y Noruega), nuevamente Cuba fuera la sede escogida para la mesa de conversaciones, con miras a lograr un nuevo acuerdo de paz para terminar otra confrontación armada.
Cuba, el 'antagonista' de la paz en Colombia
El proceso de paz con el ELN ha sido más complejo que el que se hizo con las FARC. Situaciones como el surgimiento de nuevas violencias, la aparición de nuevos grupos armados ilegales e incluso los problemas con la implementación del acuerdo con las FARC, han puesto este proceso al borde del abismo en más de una ocasión.
El clima de desconfianza generado entre las partes trascendió a los países garantes. Ecuador declinó seguir siendo la sede de la mesa de conversaciones debido al conflicto existente en la frontera con Colombia, lo que significa que la cercanía geográfica terminó incidiendo para que los problemas internos de Colombia afectaran a Ecuador. Y con ello, que el proceso de paz con el ELN también se viera afectado y profundizara la crisis que ya sufría este proceso.
Con este nuevo panorama, el gobierno y el ELN necesitaban actuar rápido para evitar que la desconfianza siguiera creciendo y que la fragilidad del proceso de paz terminara por sepultar definitivamente este nuevo intento por terminar el conflicto. Según BBC en Inglés, Cuba emergió como la respuesta a estos dilemas no sólo por el antecedente de haber sido el lugar donde se hizo el acuerdo con las FARC, sino porque allí se encontraron unas garantías que Ecuador ya no podía ofrecer. Esto se debe a que, al estar lejos (pero no al margen) de los problemas internos de Colombia, el clima para reiniciar las conversaciones no sería favorable en Ecuador.
En primer lugar, porque lo sucedido en la frontera colombo-ecuatoriana es una sólida justificación para haber decidido que los diálogos de paz no continuarán realizándose en Ecuador. En segundo lugar, porque al no tener que lidiar con un problema como ese, Cuba puede ofrecer las garantías que se requieren en este momento para que los diálogos avancen y se logre el objetivo principal: terminar la guerra y desmovilizar al ELN.
Los retos
En el Comunicado Conjunto No. 11 divulgado el pasado 5 de mayo, mediante el cual se anunció la escogencia de La Habana como nueva sede para reanudar el quIGNORE INTO ciclo de conversaciones, las delegaciones del gobierno y el ELN señalaron que esta ronda tendrá el objetivo de “acordar un nuevo cese al fuego y el diseño de la participación de la sociedad, que impulsen el desarrollo de la agenda y la posibilidad de llegar a un acuerdo marco”.
En ese sentido, la búsqueda del cese al fuego debe considerar otros aspectos fundamentales que ayuden a construir confianza. Por ejemplo, el fin de los atentados y el hostigamiento del ELN a la población civil en regiones como el Catatumbo en medio de sus enfrentamientos con el EPL (Ejército Popular de Liberación), del asesinato de líderes sociales y defensores de los Derechos Humanos que el gobierno de Juan Manuel Santos ha sido incapaz de enfrentar, y el accionar del Clan del Golfo y otras bandas criminales, así como las llamadas ‘disidencias’ de las FARC, que tampoco han sido enfrentados eficazmente por el gobierno colombiano.
Los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y el ELN reiniciarán esta semana. Con ello, el proceso de paz revivirá y tendrá un aire nuevo que ayudará a que esta vez las crisis no sean más que el objetivo de terminar otra parte del conflicto armado interno de Colombia.
Latin American Post | Samuel Augusto Gallego Suárez
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