Conoce el posible futuro de Brasil en manos de Bolsonaro
Algunos sectores temen que el presidente electo de Brasil castigue minorías y se aleje de sus aliados
Jair Bolsonaro, como presidente electo de Brasil, recibe un país profundamente dividido. Según el diario El País, el 95% de los distritos ricos votaron por el ultraderechista, mientras que un 90% de los distritos empobrecidos eligieron al candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad. Estas cifras demuestran las divisiones políticas, económicas y sociales, que fueron transversales en la intención de voto.
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¿Por qué sucede esto? Tras trece años de hegemonía del PT de Lula da Silva y Dilma Rousseff, existe la posibilidad que todos los avances en materia social se vean amenazados. Según la Organización Internacional del Trabajo, durante la presidencia de Lula -entre 2003 y 2010- 29 millones de personas salieron de la pobreza. A base de programas sociales como Bolsa Familia, la desigualdad en el país sudamericano se redujo drásticamente.
Sin embargo, en los últimos años, desde el inicio de la recesión en Brasil, la pobreza aumentó. Según una consulta de la firma LCA publicada en abril de 2018, la pobreza aumentó un 11%, dejando 14 millones de personas en condiciones viviendo en condiciones de miseria.
¿Cómo planea el presidente electo afrontar esta problemática?
Si bien en el programa de propuestas de Bolsonaro no hay un plan definido para enfrentar la pobreza extrema, según el diario El Clarín, en campaña este aseguró que mantendrá programas como Bolsa Familia para combatir dicha problemática. Puede sonar esperanzador, pero durante tal tiempo de campaña también sugirió esterilizar a la población más pobre para enfrentar el alza demográfica, como si eso contribuyera a la reducción directa de la pobreza y el crimen.
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Durante la campaña, algunas de las mayores preocupaciones frente a la posible elección del ultraderechista de Bolsonaro eran los rubros sociales. En primera instancia, de las características que resaltaban del presidente electo eran sus duras posiciones machistas y homófobas. Las frases “no podría amar a un hijo homosexual” y “eres demasiado fea para que te violen” sonaron en todos los medios del mundo. Aun así, el candidato parecía imparable hacia el final de la campaña.
No obstante, hace días se ha mostrado más amable con las minorías. El 6 de octubre, Bolsonaro dijo que está dispuesto a gobernar para todos, “incluyendo a los gais”. Retóricamente, quiere abrirse a los LGTBI, pero al final sus declaraciones podrían significar nada. En tanto a las mujeres es algo más difícil de leer. No hay propuestas en su programa con un enfoque diferencial. Evidentemente no le da importancia al tema.
Lo social no es la única preocupación de algunos sectores no conservadores. Después de trece años de alineamiento con la izquierda latinoamericana de Chávez, Correa, Kirchner y Mujica, el gobierno de Bolsonaro parece que dará la espalda a gobiernos como esos.
“Dejaremos de encomiar a dictaduras asesinas y de despreciar y atacar a democracias importantes como las de Estados Unidos, Israel e Italia”, ha dicho el presidente electo, en una clara afrenta al gobierno de Nicolás Maduro. Lo interesante es su aprecio por los EE.UU de Trump y el Israel de Netanyahu, gobiernos muy conservadores que estiman los valores nacionalistas.
¿Qué efectos puede tener el debilitamiento de las relaciones con gobiernos de izquierda para Brasil?
Teniendo en cuenta que Argentina, Chile, Paraguay y Colombia cuentan con gobiernos de corte conservador, podría incluso fortalecer los vínculos con estos países. En cuanto a Venezuela o incluso Bolivia, será difícil predecir, en la medida que no se establezca un diálogo con gobiernos de valores opuestos.
De relaciones como las que plantea Bolsonaro se puede beneficiar en gran medida Brasil, sobre todo en términos económicos, pero aún queda por ver su habilidad para sellar dichos vínculos.
LatinAmerican Post | Iván Parada Hernández
Copy edited by Marcela Peñaloza
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