Consecuencias de la reforma tributaria de Trump
La decisión afectaría a las clases populares, la seguridad social, las finanzas de la región y a América Latina
Read in English: Controversy over Trump’s tax reform
En la madrugada del sábado 2 de diciembre, el senado norteamericano aprobó la reforma tributaria impulsada por la administración Trump. La reducción de impuestos, la mayor en ese país en los últimos 30 años y, repleta de correcciones de última hora, ha sido criticada por economistas y sectores demócratas. Los detractores sostienen que la medida está pensada para favorecer a los más ricos. La medida también aumentaría el déficit presupuestario en más de un billón y medio (trillón y medio en números estadounidenses) de dólares durante la próxima década. Esto se traduciría en recortes en seguridad social y servicios de salud; a saber, la eliminación de la obligación de los usuarios a asegurarse en programas como Obamacare, lo que llevaría a que trece millones menos de personas tendrían seguro médico en 2027.
Chuck Schumer, líder demócrata del senado norteamericano afirmó que la reforma solo beneficia a las grandes corporaciones y los estratos más ricos de la sociedad. De hecho, la parte central de la ley establece que el impuesto corporativo tendrá una reducción permanente del 35 al 20 por ciento. Sin embargo, también incluye otros aspectos controversiales como eliminar los impuestos a las herencias de más de US$22 millones y reducirlos para los propietarios de aviones privados, productores de bebidas alcohólicas, usuarios de colegios privados y dueños de campos de golf.
Además, la reforma fiscal simplifica los tramos de impuestos de renta individual al pasar de los siete actuales a cuatro. Las reducciones para los contribuyentes de la clase media expirarían después de ocho años, lo que significa que en 2027 la gente que gane entre 40 y 50 mil dólares anuales pagarían US$5,3 billones más en impuestos. Por el contrario, quienes ganen más de un millón de dólares al año gozarían de un recorte tributario de US$5,8 billones.
Por su parte, los defensores de la medida, como el senador republicano Mitch McConnell argumentan que la ley se pagaría por sí misma, ya que estimularía la economía. Adicionalmente, el senador considera que gracias a la disminución en tributaciones, las empresas podrán generan más empleos; no obstante, no hay garantía de que las compañías esten dispuestas a hacerlo. Igualmente, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, sostuvo que el plan fiscal equivale a un ahorro de US$1.182 para las familias norteamericanas. Ahora, para que se convierta en ley, la iniciativa pasará a la firma del presidente Trump, quien se ha anotado una victoria política al lograr aprobar una de sus propuestas más representativas.
De acuerdo con analistas económicos, la reforma fiscal estadounidense afectaría negativamente a América Latina ya que se depreciarían sus monedas debido a que Estados Unidos sería más atractivo para la inversión. Del mismo modo, algunos gobiernos latinoamericanos, como México, se podrían ver impulsados a recortar también sus impuestos, afectando su consolidación fiscal.
La situación podría repetirse en Colombia, según Alejandro Torres, jefe del departamento de economía de la universidad Eafit. Torres señala que las mejores condiciones tributarias en Estados Unidos desplazarían el interés de inversionistas hacia ese mercado. Al tener una tasa impositiva más baja, la producción sería relativamente más barata por lo que las multinacionales establecidas en Colombia y otros países tendrían más incentivos para relocalizarse allí. Sin embargo, para Camilo Silva, socio de Valora Inversiones, también habría consecuencias positivas, como las mayores exportaciones de productos colombianos hacia el mercado estadounidense. Cabe agregar que las empresas con gran exposición en Estados Unidos, por ejemplo Cementos Argos y Tecnoglass, se beneficiarían de la ley.
Latin American Post | Javier Rodríguez Sotomayor
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