Detectan hambre severa en el Corredor Seco de Centroamérica
Más de cuatro millones de personas en El Salvador, Guatemala y Honduras (países que forman el Corredor Seco Centroamericano) enfrentan necesidades urgentes de asistencia alimentaria debido a las sequías prolongadas causadas por El Niño, que devastaron su agricultura de subsistencia.
En el Corredor Seco Centroamericano, que abarca El Salvador, Guatemala y Honduras, más de cuatro millones de personas están lidiando con la dura realidad de una grave inseguridad alimentaria. Esta crisis se ha visto exacerbada por el fenómeno conocido como El Niño, que ha provocado condiciones de sequía prolongadas, diezmando los cultivos de subsistencia de los que dependen muchas familias agrícolas vulnerables.
La creciente crisis de inseguridad alimentaria en Centroamérica
Iván López, director humanitario de Oxfam en Centroamérica, destacó que la necesidad de asistencia alimentaria en estas regiones es más aguda durante el período de hambruna estacional de mayo a agosto. Lamentablemente, la situación no sólo se está deteriorando en las zonas rurales tradicionalmente afectadas por estos fenómenos climáticos. Aún así, también se extiende a zonas urbanas y áreas que antes no se veían afectadas por las duras condiciones del corredor seco.
El número de personas que enfrentan inseguridad alimentaria de moderada a grave (aquellos que han tenido que reducir tanto la cantidad como la calidad de su ingesta de alimentos) ha aumentado un 21,4% en los tres países, llegando a más de cuatro millones de personas este año, frente a 3,3 millones en 2023.
Guatemala es la más afectada por esta crisis, con 2,5 millones de personas que carecen de acceso regular a alimentos suficientes, seguida de Honduras con un millón y El Salvador con más de 590.000. Muchas de estas familias viven en condiciones precarias, exacerbadas por vulnerabilidades estructurales que no han sido abordadas, incluidos los bajos ingresos y la dependencia de una frágil agricultura de subsistencia altamente susceptible a los impactos climáticos.
López enfatizó el efecto desproporcionado de la inseguridad alimentaria en los hogares liderados por mujeres. Hay una disparidad notable en Honduras, donde la tasa es un 7,7% más alta que en los hogares liderados por hombres, seguida de Guatemala con un 5,2% y El Salvador con un 3,3%. Estas cifras reflejan problemas sistémicos más amplios que afectan la distribución y el acceso a los alimentos dentro de estas comunidades.
Impacto del cambio climático en la producción agrícola
Según el informe de Oxfam, “El Niño: Un sueño incumplido en el Corredor Seco de Centroamérica”, hasta el 56,9% de los hogares del Corredor Seco perdieron más del 70% de su producción de maíz, y el 57,4% experimentó pérdidas similares en sus cultivos de frijol. , alimentos básicos que constituyen la piedra angular de su dieta y estabilidad económica.
El papel de El Niño como causa de estas sequías prolongadas, junto con el aumento de los precios de los alimentos, es fundamental para comprender por qué tantas personas ahora necesitan urgentemente asistencia alimentaria. López señaló que el cambio climático complica cada vez más la producción de alimentos, especialmente en regiones que carecen de sistemas de riego adecuados o de tecnología adecuada.
La respuesta de los gobiernos locales de El Salvador, Guatemala y Honduras ha sido criticada por ser ineficaz en términos de inversión y focalización de recursos para mitigar esta crisis alimentaria. Actualmente, sólo el 15% de la población de estos países recibe algún tipo de ayuda humanitaria o protección social, pero el 85% de quienes no reciben ayuda la necesitan desesperadamente.
López advierte que si las condiciones actuales persisten, la desnutrición crónica entre los niños menores de cinco años podría aumentar, e insta a los gobiernos a implementar programas de transferencia de efectivo para ayudar a aliviar las necesidades inmediatas.
Promoción de soluciones sostenibles
Además, aboga por fortalecer la agricultura de pequeña escala y de subsistencia para ayudar a los productores a hacer frente a crisis climáticas cada vez más frecuentes y mejorar su resiliencia. Este enfoque aborda los problemas inmediatos de seguridad alimentaria y contribuye al desarrollo sostenible a largo plazo al garantizar que los agricultores locales puedan continuar cultivando sus tierras y apoyando a sus comunidades.
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La crisis en el Corredor Seco de Centroamérica es un crudo recordatorio de los desafíos más amplios de la región en términos de cambio climático, vulnerabilidad económica y seguridad alimentaria. A medida que estos países sigan afrontando estos desafíos, la cooperación internacional y una gobernanza local eficaz serán cruciales para apoyar a quienes corren mayor riesgo.