El afortunado viaje de Columbus: el escape por los pelos de los huracanes
El primer viaje de Cristóbal Colón a través del Atlántico estuvo marcado por una fortuna extraordinaria. A pesar de cruzar el Atlántico durante la temporada de huracanes, Colón y su tripulación se enfrentaron a menos de un 2,5% de probabilidades de toparse con un huracán, un evento que podría haber cambiado la historia.
Los peligros ocultos del Atlántico
El viaje de Cristóbal Colón a través del Atlántico en 1492 fue un momento histórico crucial. Sin embargo, podría haber sido una historia muy diferente si el explorador y su tripulación se hubieran topado con uno de los huracanes que regularmente azotan el Atlántico durante la época del año en que navegaron. Según un artículo reciente del meteorólogo español Benito Fuentes López, Colón tuvo una suerte excepcional al evitar estas tormentas devastadoras en su primer viaje al Nuevo Mundo. El análisis revela que la expedición de Colón tenía menos de un 2,5% de probabilidades de toparse con un huracán, un evento que probablemente hubiera significado un desastre para la tripulación y un curso completamente diferente para la historia.
La información meteorológica se publicó en el artículo de Fuentes López, “La suerte de Colón en su viaje: ¿qué probabilidades tenía de toparse con un huracán?” a través de la Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET). El estudio detallado utiliza datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y modelos climáticos modernos para evaluar lo cerca que estuvo Colón del desastre.
La temporada oficial de huracanes en el Atlántico Norte va del 1 de junio al 30 de noviembre, y la actividad máxima suele ocurrir entre agosto y octubre, precisamente cuando Colón se embarcó en su viaje. Sin embargo, los registros históricos no muestran evidencia de que Colón y su tripulación se encontraran con un huracán. La tripulación se enfrentó a vientos tranquilos y constantes mientras cruzaban el Atlántico, con solo desafíos climáticos menores.
Según Fuentes López, la expedición fue afortunada. Si se hubieran encontrado con un huracán, es poco probable que hubieran sobrevivido para contarlo. Los barcos de madera de la época no estaban construidos para soportar el poder destructivo de los huracanes, y las técnicas de navegación eran primitivas, lo que dejaba a las tripulaciones a merced de los elementos. Las probabilidades de supervivencia en una tormenta importante eran escasas.
Los relatos contemporáneos de la tripulación describen un clima agradable durante la mayor parte del viaje sin mencionar huracanes o tormentas severas. A medida que la expedición se acercaba al continente americano, incluso se encontraron con el Anticiclón de las Azores, un sistema meteorológico que provoca mares tranquilos y vientos suaves, condiciones favorables para la exploración pero inusuales para esa época del año.
La visión de un meteorólogo sobre el viaje
Aunque la calma del mar puede haber parecido un golpe de suerte para Colón, Fuentes López ofrece una explicación científica moderna para este fenómeno meteorológico. Su análisis, basado en los datos de huracanes de la NOAA, sugiere que las condiciones en septiembre y octubre de 1492 eran típicas para el desarrollo de huracanes en el Atlántico Norte, pero que la tripulación de Colón no se topó con ninguno.
Fuentes López va más allá y calcula la probabilidad precisa de que Colón se topara con un huracán. Sus hallazgos muestran que de los 576 huracanes registrados en el Atlántico Norte durante el período que cubrió el viaje, solo 17 ocurrieron en el momento y lugar adecuados para cruzarse con los barcos de Colón. De ellos, 10 fueron huracanes de categoría 1, la más baja de la escala, mientras que el resto llegó a la categoría 4. Sin embargo, incluso con estos 17 huracanes, la probabilidad de una colisión directa con uno era de solo el 1%. A medida que los barcos se acercaban al Caribe, ese riesgo aumentaba ligeramente, pero se mantuvo sorprendentemente bajo.
La investigación de Fuentes López también empleó técnicas avanzadas de reanálisis, en concreto el sistema ModE-RAclim, para recrear los patrones meteorológicos de la época. Esta herramienta le permitió confirmar que los vientos de superficie, la cizalladura vertical del viento y las temperaturas del mar estaban dentro del rango normal para la formación de huracanes. No se registraron anomalías extremas durante el viaje de Colón, lo que explica aún más por qué no se desarrollaron huracanes en la trayectoria de los barcos.
Escapando por los pelos del desastre
La suerte de Colón se hace aún más evidente si tenemos en cuenta el momento de su partida. Un timón dañado en uno de los barcos, La Pinta, retrasó la expedición, obligándolos a esperar en las Islas Canarias. Este evento aparentemente desafortunado puede haber salvado la expedición. Según Fuentes López, si Colón hubiera partido el 15 de agosto como estaba previsto originalmente en lugar del 6 de septiembre, la probabilidad de encontrarse con un huracán habría aumentado al 5%. Aunque sigue siendo baja, esto habría aumentado significativamente el riesgo de desastre.
Más sorprendente aún es que Fuentes López estima que si el viaje hubiera comenzado al principio de la temporada de huracanes, a finales de mayo, la probabilidad de encontrarse con un huracán se habría cuadriplicado hasta llegar a cerca del 10%. Estas cifras revelan lo cerca que estuvo Colón de la catástrofe.
El meteorólogo también destaca la importancia de los tres meses que Colón y su tripulación pasaron explorando las islas del Caribe, incluidas Bahamas, Cuba y La Española. Si bien no se registró ningún huracán durante este período, Fuentes López enfatiza que si la tripulación se hubiera topado con uno, es posible que hubieran sobrevivido, pero probablemente no hubieran regresado para informar de sus hallazgos. El viaje de regreso también fue peligroso, pero la temporada de huracanes estaba llegando a su fin para entonces y la probabilidad de una tormenta había disminuido a solo el 1,5%.
En total, Fuentes López calcula que la probabilidad general de encontrarse con un huracán durante todo el viaje, desde la salida hasta la exploración y el regreso, fue de poco menos del 2,5%.
Tormentas más allá de los huracanes
Aunque Colón y su tripulación tuvieron la suerte de evitar los huracanes, su viaje de regreso no fue nada fácil. Los desafíos climáticos más importantes a los que se enfrentaron no fueron los huracanes, sino otras tormentas poderosas que azotaron el Atlántico a principios de 1493. Como señala Fuentes López, aunque los huracanes pueden haber estado ausentes, los barcos no fueron inmunes a otros fenómenos meteorológicos extremos.
Durante la primera quincena de diciembre de 1492, los barcos de Colón soportaron muchos días de fuertes lluvias y vientos desfavorables, lo que dificultó la navegación. Aunque estas condiciones eran menos peligrosas que los huracanes, aún amenazaban considerablemente a la tripulación y sus embarcaciones. El nuevo análisis de Fuentes López confirma que febrero de 1493 fue particularmente tormentoso, con múltiples tormentas registradas en todo el Atlántico. Estas tormentas, con fuertes vientos, poca visibilidad y enormes olas, estaban lejos de las condiciones tranquilas y favorables experimentadas al comienzo del viaje.
Irónicamente, no fueron los huracanes sino estas tempestades las que representaron el mayor peligro para la tripulación de Colón. Fuentes López describe cómo estas tormentas crearon enormes olas que azotaron los barcos y redujeron la visibilidad, haciendo peligrosa la navegación. El reanálisis avanzado de los patrones meteorológicos de ModE-RAclim muestra que febrero de 1493 fue inusualmente prolífico en cuanto a actividad de tormentas, lo que creó dificultades adicionales para los marineros que regresaban.
A pesar de estos desafíos, Colón regresó a España sano y salvo, lo que marcó el final de su primer viaje. Después de meses de explorar nuevos territorios, este regreso fue tan afortunado como el viaje de ida. El hecho de no encontrarse con huracanes o tormentas mortales le permitió a Colón regresar con noticias que marcarían la historia.
La historia del viaje de Colón no es solo una historia de exploración y descubrimiento, sino también de increíble fortuna. Evitar huracanes durante un viaje tan arduo fue un golpe de suerte que pocos en ese momento podrían haber apreciado. Gracias a los conocimientos del meteorólogo Benito Fuentes López, ahora entendemos cuán estrecho fue el escape de Colón del desastre. Su éxito, en muchos sentidos, dependió de los caprichos del clima: caprichos que, si se hubieran vuelto contra él, podrían haber alterado el curso de la historia.