El difícil papel de la oposición en Venezuela
La figura de Guaidó constituye una imagen de optimismo, pero la incertidumbre sobre si es él el elegido para derrocar a Maduro crece cada vez más
LatinAmerican Post | Laura Viviana Guevara
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La puya por el poder entre la oposición venezolana y el actual gobierno de Maduro, tomó un giro inesperado, cuando al inicio de 2019, Juan Guaidó se autoproclamó presidente interino de Venezuela. A pesar de que varias personas manifestaron desconocer su nombre o importancia dentro del partido opositor, el 5 de enero de 2019 tomó el control de la Asamblea Nacional y el 23 de enero, este ingeniero venezolano se declaró presidente interino de Venezuela.
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Desde ese día, Guaidó mostró su potencial para que la oposición volviera a tomar el control del país, recibiendo el apoyo de más de 50 países y de varias organizaciones internacionales. Desde enero de 2019, Guaidó comenzó a ser una esperanza y una opción de salida para la grave crisis política y humanitaria que vive Venezuela.
Para María Clara Robayo, investigadora del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, y cuando se habla con migrantes venezolanos, “la figura de Juan Guaidó sí constituye una figura de optimismo frente a lo que puede pasar en Venezuela (…) es una figura que cohesiona voluntades positivas frente a Venezuela dentro de una oposición que, como hemos visto en los últimos años, se ha visto muy fragmentada y es él quien llega a recuperar el liderazgo”.
No obstante, la incertidumbre alrededor de sí Guaidó es la figura necesaria para derrocar al chavismo, se ha ido tejiendo no solo para varios analistas sino para varias comunidades internacionales. La falta de políticas claras o de un liderazgo contundente son algunos de los principales argumentos que rondan el dubitativo papel auto otorgado por Guaidó. Para el investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, Ronald Rodríguez, en diálogo con LatinAmerican Post, el líder opositor venezolano puede tener un límite el 5 de enero del 2020.
Es importante recordar que el 5 de enero de 2019 fue juramentada la directiva del Poder Legislativo para el período 2019-2020. Con esto, un año después de llegar al poder, Guaidó podría perder protagonismo. Sin embargo, se espera que para esta fecha se haya planteado una negociación con el gobierno de Maduro, producto de las constantes presiones internacionales, las cuales han sido acompañadas por diferentes sanciones con el fin de ir desmantelando el régimen chavista. Bajo esta misma línea, la oposición tendrá que decidir si continua con el liderazgo de Guaidó o si, por el contrario, cambiará de figura.
Una decisión que resultará complicada, puesto que a pesar de ser “nuevo” dentro de la política Venezolana, la figura de Juan Guaidó demostró ser importante para Venezuela no solo al ser reconocido internacionalmente por encima del gobierno de Maduro sino de ser estipulado como la figura de salvación para los venezolanos.
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La oposición con pocas salidas
A pesar de que se ha pensado que la oposición, liderada por Guaidó, no ha avanzado nada en términos de recortar camino al régimen venezolano, lo cierto es que es un proceso que no se puede dar de inmediato. Hay que tener en cuenta que desde el 2008, la oposición venezolana ha venido ganando terreno al régimen chavista, sobretodo en términos electorales. 2015 fue la oportunidad en la que más se vieron los frutos de esta lucha, pues es en ese año cuando se queda con la Asamblea Nacional, que si bien no fue reconocida en absoluto por el régimen chavista, sí dio pasos firmes ante una necesidad de cambio en la oposición.
Al respecto, Rodríguez afirma que llegar al poder “no va hacer una tarea fácil, porque el régimen todavía tiene el control efectivo del Estado y la oposición juega con una dinámica que tiene a su favor la desesperación de la población, pero esa misma desesperación es la que juega en su contra porque el ciudadano no le permite entender que es un proceso largo y que puede tardar varios años”.
Los mismos que tardó el régimen chavista en tomar el control de Venezuela. Rodríguez afirma que “lo que hizo el chavismo fue llenar unos espacios vacíos. Poco a poco, logró asegurarse que todo el aparato estatal estuviera dominado por una única fuerza política. Logró borrar las diferencias entre líder, partido político, gobierno, estado, todas esas categorías que están definidas en los estados democráticos. Eso es un proceso que no es fácil de desmontar”.
De esta manera, bajo la premisa de que el gobierno chavista controla los diferentes poderes públicos, la oposición no ha podido arrebatar el control estatal, y cuando lo ha conseguido (por ejemplo, ganar las elecciones en diferentes estados), el régimen chavista le ha impuesto sanciones que no permite la gobernabilidad del territorio, y como consecuencia para compensar estos castigos, tienen que subir impuestos, generando el descontento de la población.
“No hay una oportunidad para que la oposición responda de una manera efectiva ante las demandas de los ciudadanos y en ese sentido se generan dinámicas y confrontaciones que lo hacen muy difícil”. Finalmente, para Rodríguez, “es importante que la oposición vaya dando demandas a los ciudadanos, no dentro de Venezuela porque el chavismo tiene el control, sino a los más de 4 millones de venezolanos que han tenido que salir por culpa de la crisis. Es en este marco que debería concentrar su liderazgo”.