¿Es la seguridad alimentaria un reto de América Latina?
La región, aunque se encuentra mejorando sus índices, sigue preocupando a expertos
El Reporte Global sobre Crisis Alimentarias, publicado por la Unión Europea, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alientos (WFP) señala que 108 millones de personas padecían inseguridad alimentaria hasta el 2016. Situación que representa un aumento de 35% respecto a 2015. En cuanto a Latinoamérica y el Caribe, el estudio muestra a Haití como el país más vulnerable debido a una serie de desastres naturales, como el huracán Matthew del año pasado.
Sin embargo, la baja presencia de países latinoamericanos no es fortuita, pues desde la década de los noventa la región ha presentado nutridos esfuerzos para hacer frente a las dificultades en materia de malnutrición y estabilidad en el acceso y abasto de alimento. Por ejemplo, mediante el programa mexicano Prospera, con el cual se benefician cerca de 25 millones de ciudadanos, o el proyecto brasileño Hambre Cero, reconocido internacionalmente. Aunado al aumento de 360 dólares per cápita en 1990 a 540 en 1999, según datos publicados por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en el Panorama Social de América Latina 2000-2001.
Aunque la comunidad latinoamericana ha demostrado su compromiso en el combate a la inseguridad alimentaria, como demuestra la firma en 2005 de la Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre (IALCSH), reducir drásticamente el gasto social en la región podría significar un obstáculo para cumplir su meta de erradicar el hambre en 2025; resulta conveniente que ésta continúe acompañada de políticas públicas y económicas enfocadas al desarrollo integral de la ciudadanía, motivando la inclusión estratégica del sector privado a través de centros productivos con organizaciones civiles y académicas supervisando los resultados.
Latin American Post | Aarón Zadig Zamacona Ochoa
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