Francisco, el Papa de los pobres
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Lea sobre el jesuita que ha roto estereotipos
El máximo jerarca de la Iglesia Católica es un hombre tímido y de pocas palabras que goza de gran prestigio entre sus seguidores, pues aprecian su forma de vida alejada de toda ostentación. Atrás quedaron los lujos, las estolas, tronos y joyas de oro. Bajo llave se guardó la vestimenta ostentosa y el imponente rojo del calzado que se utilizaba para distinguir al emperador del Imperio Bizantino. Jorge Mario Bergoglio, el primer papa americano en la historia, sabe bien cómo llevar un estilo de vida de austeridad y, como lo ha manifestado desde su primer día de pontificado: “dirigir una Iglesia de pobres para pobres”. Por ello, no es raro que como sacerdote jesuita haya tomado la decisión de vivir con votos de castidad, pobreza y obediencia. Así, renunció a la suntuosidad y riqueza que como máximo representante de Dios en la tierra y jefe de estado de la ciudad del Vaticano se le confiere.
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Francisco siempre ha manifestado que "en un mundo en que las riquezas hacen tanto daño, los curas y las monjas tenemos que ser coherentes con la pobreza. Cuando vemos que el primer interés de una institución parroquial o educativa es el dinero, esto es una gran incoherencia”. Cambió su tronó de oro, en el que varios papas se habían sentado, por una silla de madera, considerando que era lo más apropiado para un “discípulo del Carpintero”. Se rehusó a que el Vaticano le fabricara una cruz de oro y diamantes para colgar en su cuello, eligiendo llevar la misma cruz de metal de cuando era cardenal.
Rara vez se le ve portando su Anillo de Pescador, máximo símbolo del jerarca de los católicos y el cual, en el caso de Francisco, es elaborado en plata dorada y no en oro macizo, petición que él mismo hizo como una muestra más de renuncia a toda riqueza.
Cuestionado, defendido, de odios y amores. Lo cierto es que Jorge Mario Bergoglio llegó al Vaticano “no sólo para traer un mensaje de paz y esperanza al mundo”, como él mismo lo asevera, sino para que las personas entiendan que “el papa ama a todos. ricos y pobres. Pero tengo la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos y promoverlos”.
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Latin American Post | Juan David Morales Gaviria
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