¿Guatemala podrá cumplir acuerdo migratorio con EEUU? Carencias lo ponen en duda
La agencia para los refugiados de Guatemala se reúne sólo esporádicamente y opera sobre una base mínima, lo que aumenta las dudas sobre cómo el empobrecido país centroamericano, castigado por el crimen, enfrentará un aumento en el número de solicitantes de asilo bajo un acuerdo firmado con Washington
Manifestantes realizan una protesta frente a un hotel donde los legisladores están trabajando en un acuerdo de "tercer país seguro", que requiere que los solicitantes de asilo que viajan a los Estados Unidos busquen refugio en los países de América Central, en la ciudad de Guatemala, Guatemala. REUTERS
Reuters | Sofia Menchu
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Bajo el pacto anunciado el viernes, Guatemala se vuelve un llamado "tercer país seguro", convirtiéndose en una zona intermedia para los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos, lo que potencialmente elevaría las solicitudes de asilo en el país centroamericano de unos cientos a decenas de miles al año.
Read in english: Guatemala's shortcomings raise doubts about U.S. migration deal
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha presionado a México y Guatemala para que firmen tales acuerdos para que los solicitantes de asilo que pasan por su territorio pidan refugio seguro en esos países y no en Estados Unidos.
Hasta ahora, México se ha negado, pero bajo la presión de Trump ha aceptado acoger a migrantes centroamericanos mientras sus solicitudes de asilo son procesadas por los tribunales estadounidenses.
Guatemala sólo aceptó después de que Trump amenazó con imponer lo que el presidente Jimmy Morales describió en Facebook como "drásticas" sanciones económicas contra el país, que depende en gran medida de los miles de millones de dólares en remesas enviadas por los guatemaltecos en Estados Unidos.
Solicitantes de asilo, expertos en migración y críticos del acuerdo coinciden en que Guatemala tiene poca capacidad para atender a los migrantes pero, sobre todo, no cuenta con condiciones para mantenerlos a salvo.
"La infraestructura de asilo en Guatemala y en otras partes de la región continúa en desarrollo", dijo William Spindler, coordinador de participación externa para América Latina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
"Por lo tanto, el número de solicitantes de asilo que pueden ser recibidos y tratados con garantías de protección adecuadas sigue siendo limitado", añadió.
Las decisiones sobre el otorgamiento de asilo recaen en la Comisión Nacional de Refugiados de Guatemala (CONARE), una agencia en la que participan funcionarios de la cancillería, del interior, trabajo y migración que se reúnen periódicamente para decidir sobre las solicitudes.
Pero la CONARE "no es una oficina como tal, y se reúne solo para analizar, otorgar y negar refugio", dijo la portavoz de Dirección General de Migración de Guatemala, Alejandra Mena.
En comparación con Estados Unidos y México, que han recibido decenas de miles de solicitantes de asilo, el número de peticiones en Guatemala ha sido insignificante.
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El CONARE se reunió sólo dos veces entre 2013 y 2014, según un documento del ACNUR de 2018. Las reuniones desde ese año han aumentado después de un alza en las solicitudes.
Entre 2002 y 2014, según el documento, el CONARE analizó un promedio de siete casos por año. A partir de 2015, las solicitudes comenzaron a acelerarse y en lo que va de 2019, ha recibido 226. Pero ninguno de ellos ha sido aprobado todavía, dijo Mena. "Si ahora va muy lenta, imagínese sino logran resolver 60, 100 solicitudes ¿qué van a hacer cuando reciban cientos?", dijo Mauro Verzeletti, director de un refugio para migrantes en Ciudad de Guatemala.
¿PAÍS SEGURO?
Óscar, de 47 años, un técnico de salud pública de Honduras que se negó a dar su apellido por temor a represalias, dijo que había estado esperando seis meses el asilo en Guatemala.
Dijo que dejó San Pedro Sula, en Honduras, luego de que autoridades lo acosaron por investigar asesinatos de personas LGBTQ, incluido un amigo.
En México, se unió a una caravana de migrantes, pero enfermó y no pudo lidiar con las largas caminatas diarias hacia la frontera con Estados Unidos por lo que terminó en Guatemala, donde asegura enfrenta los mismos riesgos que en su país.
"Un país seguro es: un país sin corrupción, sin violencia, que nos dé trabajo, casa y comida, pero Guatemala no tiene trabajo para los guatemaltecos, menos para los refugiados", dijo Óscar. "No es que yo sea malagradecido, pero Guatemala está en las mismas condiciones que Honduras", agregó.
Personas de Honduras, Guatemala y El Salvador, la zona conocida como "Triangulo Norte", constituyen la mayoría de los migrantes capturados en la frontera entre Estados Unidos y México. Desde enero, Óscar ha tenido dos entrevistas en la dirección de migración de Guatemala, que le otorgó un permiso de residencia provisional que debe renovar cada mes. Sin embargo, los refugios para migrantes sólo permiten estancias de tres días y el técnico asegura que encontrar trabajo ha sido difícil.
El 14 de julio, la Corte Constitucional de Guatemala dictaminó que Morales no podía firmar un acuerdo de tercer país seguro sin la aprobación del Congreso.
"No fuimos coaccionados, presionados, ni obligados a firmar absolutamente nada", dijo el ministro del Interior, Enrique Degenhart, quien firmó el acuerdo en Washington.