Israel: protestas ponen contra las cuerdas a Benjamin Netanyahu. ¿Vienen cambios con Palestina?

Israel cumple más de 3 semanas de protestas históricas. Los sindicatos del país se manifiestan en contra de una controvertida reforma judicial que muchos catalogan como una afrenta contra la democracia y la justicia. Pero esta protesta no es solo una victoria contra estas políticas, sino una muestra del malestar del pueblo israelí contra el gobierno de coalición que lidera el Benjamin Netanyahu y su gobierno ultranacionalista.

Los movimientos organizados por sindicatos, movimientos de izquierda y opositores al gobierno han logrado convocar a cientos de miles de manifestantes, en un país con cerca de 10 millones de habitantes. Incluso, según la BBC, reservistas (el grueso de las fuerzas armadas de Israel) han demostrado su descontento y se han negado a reportarse al servicio militar.

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¿Qué dice la reforma?

La reforma judicial y política es de suma importancia para el Gobierno de Netanyahu. No solo porque tenga importantes políticas en su favor, sino porque son la piedra angular que le permitió una coalición con los movimientos más ultranacionalistas. La reforma tiene varios puntos críticos que son los que espera pasar el Gobierno, pero son los que mayor rechazo encuentran en las calles.

Por ejemplo, la nueva norma permitiría al ejecutivo tener influencia directa en la elección de jueces y limitar la capacidad de autonomía de la Corte Suprema. Le daría mayor poder al Knesset (legislativo de Israel) sobre el poder judicial, pudiendo tumbar cualquier fallo de la Corte Suprema con una mayoría simple en el Parlamento.

Un revés al hombre fuerte de Israel

Netanyahu no solo es el Primer Ministro actual, también ha ocupado el cargo desde 1996 a 1999 y desde 2009 a 2021. Es el presidente del partido Likud, de orientación derechista, sionista y conservador. Bajo su gobierno, se ha adelantado varios programas de asentamientos ilegales en territorio palestino. Quién ha sido parte de la élite política israelí por más de 3 décadas, hoy enfrenta una clara muestra de oposición.

Un gobierno poco negociador

En la noche del domingo, el gobierno israelí anunció la salida del ministro de Defensa Yoav Gallant, quién anteriormente había criticado la reforma. En estos momentos, los analistas creen que Netanyahu no tiene una salida y cualquier opción tendría costos políticos. Por un lado, está proseguir con la reforma, lo que podría llevar a protestas mucho más numerosas. Pero si da el brazo a torcer, su gobierno de coalición estaría en peligro y podría salir del poder.

Consecuencias con el Estado palestino

Aunque hoy el debate se enfoca en política interna, las consecuencias o resultados podrían influenciar el conflicto o las relaciones entre Israel y Palestina. Una victoria del ala más extremista del Gobierno le daría mayor fuerza al conflicto. Cuando se refiere al ala más extrema, se habla de políticos que proponen anexar de forma definitiva Cisjordania. Hoy, el territorio de Cisjordania le pertenece al gobierno palestino y es reconocido por todos los países como un territorio ajeno a Israel. Sin embargo, desde hace varios años (décadas) el gobierno israelí ha patrocinado asentamientos ilegales de sus ciudadanos en esta zona. Una anexión sería un último golpe a la posibilidad de una salida negociada con Palestina.

Por ahora, Netanyahu debió ceder, pero aún no se puede interpretar como una derrota del Likud y sus aliados de ultraderecha. “Por responsabilidad nacional, decidí suspender la segunda y tercera lectura de la ley en esta sesión de la Knéset para dar tiempo a tratar de llegar a un acuerdo amplio”. Esto demuestra que no ha renunciado a su proyecto, pero sí sabe que no está en una posición favorable.