¿Israel en contra de Al Jazeera?
El ministro de comunicaciones israelí acusó a la agencia de noticias de “incitar a la violencia”
Ayoub Kara, ministro de comunicaciones de Israel, anunció los planes que tiene el gobierno para cerrar la oficina de Al Jazeera en Jerusalén, además de tener en mente la revocación de las credenciales de todos los periodistas que colaboren con la cadena de noticias. La decisión de Israel sigue pasos similares a los adoptados por cuatro países árabes que tienen un bloqueo sobre Qatar por su supuesto apoyo a extremistas.
Los problemas entre Al Jazeera y el gobierno de Israel comenzaron el pasado junio después de que la cadena diera cobertura a las protestas que surgieron luego de que dos agentes de la policía fueran abatidos a tiros en la zona Monte del Templo, uno de los lugares más sagrados tanto para musulmanes como para judíos. Para el gobierno de Israel, la cobertura de dichas protestas incitó la violencia y de ahí el deseo de controlar cualquier posibilidad de conflicto, aunque para la agencia de noticias, de dar paso a la censura, no habría información verídica ni real de los acontecimientos que ocurran en los territorios palestinos ocupados.
Por su lado, el titular de la cartera de Comunicación precisó que las medidas anunciadas para Al Jazeera iban encaminadas a reforzar la seguridad de Israel de manera que “los canales presentes en el país informen con objetividad”. El delegado de la cadena en Jerusalén, Walid Omal, indicó por su parte que no ha recibido una notificación oficial. “Estas medidas, que no son inminentes, parecen obedecer a un intento de desviar la atención sobre los escándalos de corrupción en los que está implicado el primer ministro y sobre el desenlace que tuvieron las protestas”, el político enfatizó.
El ministro israelí Kara declaró en una rueda de prensa que pidió a las redes de cable y satélite bloquear las transmisiones de Al-Jazeera y que promoverá leyes que les prohíban trasmitir, pero los especialistas en comunicaciones y derecho de la Universidad de Tel-Aviv han dicho que implementar esto sería legalmente improbable. El canal qatarí advirtió en un comunicado que la medida “no es democrática” y que tomará acciones legales en su defensa.
El canal ha sido criticado por un supuesto apoyo a los Hermanos Musulmanes. Egipto ha acusado a Al Jazeera, en general, y a su filial egipcia, Al Jazeera Mubasher Misr, en particular, de servir bajo las órdenes de Doha como vocero de los islamistas; esto ocurrió cuando el Gobierno de El Cairo lanzaba una fuerte represión contra sus partidarios. El canal negó todo tipo de parcialidad, argumentando que solamente cubría las protestas de los islamistas.
Para el analista político Marwan Bishara de la cadena qatarí, “las dictaduras le dictan ahora a Israel qué hace con la prensa y las acreditaciones de la misma, algo que va en contravía al hecho de que el gobierno israelí siempre se ha querido mostrarse en la región como el único país democrático”. El canal y sus afiliados están bloqueados en Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Jordania y Bahréin, como medida necesaria para levantar el Boicot al que se encuentra sometido Qatar”.
La Asociación de Prensa Extranjera en Israel criticó las medidas planeadas. “Modificar la ley para cerrar una organización mediática por razones políticas es una decisión peligrosa”, dijo Glenys Sugarman, secretario ejecutivo del grupo. La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional condenó la decisión del gobierno israelí de cerrar las delegaciones de la televisión Al Jazeera y prohibir sus emisiones en el país. “Es un ataque descarado a la libertad de prensa”, dijo en un comunicado Magdalena Mughrabi, subdirectora de la organización para Medio Oriente y África.
Al Jazeera es uno de los canales de noticias más notorio del mundo árabe; se estima que su audiencia alcanza los 270 millones de hogares, posee cerca de ochenta oficinas en todo el mundo y transmite en varios idiomas. Es una de las pocas agencias árabes que están dispuestas a transmitir desde Israel.
Latin American Post | Carlos Eduardo Gómez Avella
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