Tiananmen: La matanza fue mayor
Un documento desclasificado eleva los muertos hasta 10.000. El régimen chino solo reconoció 200 víctimas
Casi 30 años después, la imagen de un solitario hombre plantando de cara a una fila de tanques chinos en la Plaza de Tiananmen, no ha perdido importancia ni vigencia. Por el contrario, sigue siendo uno de los íconos más reconocidos de resistencia pacífica ante una autoridad opresora.
Entre abril y junio de 1989, pese a la censura comunista, el mundo fue testigo de cómo miles de estudiantes y trabajadores protestaban en las calles de Pekín en contra de un régimen al que consideraban represor y corrupto.
Con la Unión Soviética agonizando y tan solo cinco meses antes de la caída del Muro de Berlín, China estaba inmersa en un proceso de reformas. El proceso inició tras la muerte de Mao Tse Tung en 1976. El gigante asiático avanzaba hacia un modelo capitalista pero controlado por una base política comunista, este sistema contradictorio hizo que dos grandes grupos de la sociedad china mostraran su descontento. Por un lado, intelectuales y estudiantes, quienes consideraban que las reformas impulsadas por el Gobierno eran insuficientes. Por otro lado, obreros industriales de varias ciudades, quienes consideraban que las reformas habían ido demasiado lejos ya que elevaban la inflación y el desempleo.
Por aquel entonces, el principal apoyo del régimen chino estaba en los campesinos, quienes habían visto cómo sus ingresos y condiciones de vida mejoraron notablemente durante la década de los 80. Sin embargo, los agricultores se encontraban repartidos por todo el país, principalmente en las zonas rurales, por lo que no tenían la fuerza y la organización de los trabajadores y estudiantes de las ciudades para defender las reformas impulsadas por el Gobierno.
Fue una web hongkonesa, HKo1, la que publicó recientemente un desclasificado que puede dar otra dimensión a lo ocurrido en la Plaza de Tiananmen entre el 3 y el 5 de junio de 1989. El documento es concretamente un telegrama del entonces embajador de Reino Unido en Pekín, Alan Donald. En la misiva, el diplomático habla de “al menos 10.000 muertos” y amplía las protestas a otros lugares hasta ahora desconocidos, como el barrio de Shilipu, en las afueras de la capital china.
Según Donald, su afirmación está sustentada en una fuente fiable; a saber, un miembro del Consejo de Estado Chino, al que considera “un amigo confiable y capaz de separar los hechos de la especulación y los rumores”. El telegrama señala directamente al Ejército 27 de las Fuerzas Armadas de Chinas de ser el autor material de la matanza. Esta división, normalmente destinada en la provincia interior de Shanxi, estaba formada, en palabras de ese miembro del Consejo de Estado Chino, por soldados “analfabetos y primitivos” que ordenaron disparar a la multitud que se manifestaba.
El resto del documento se centra en describir las atrocidades cometidas durante aquellos días, que incluyen atropellos indiscriminados con vehículos blindados y asesinatos de mujeres, niños e incluso soldados ejecutados por sus propios compañeros.
Una de las revelaciones más sorprendentes indica que pudo haber enfrentamientos entre varias facciones del Ejército chino que hasta ahora se desconocían y que dejan entrever que algunos militares se solidarizaron con los manifestantes y les intentaron prestar ayuda trasladando a los heridos. El documento finaliza señalando que podía haber un “riesgo real” de guerra civil entre los militares y varios grupos opuestos al régimen.
LatinAmerican Post | José María González Alonso
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