La tragedia golpea nuevamente en el pico más alto de México: un duro recordatorio de los crecientes riesgos
Dos escaladores han muerto y otro está desaparecido en el Pico de Orizaba de México, el pico más alto del país, lo que pone de relieve los peligros inherentes al montañismo y se hace eco de tragedias similares en los formidables paisajes de América Latina.
Tragedia golpea el Pico de Orizaba
Una expedición de escalada resultó trágica a la sombra del majestuoso Pico de Orizaba de México, el pico volcánico más alto del país. Las autoridades de Puebla confirmaron la muerte de dos individuos de un grupo de 12 miembros que intentaban conquistar al gigante de 5,675 metros (18,619 pies), también venerado por su nombre indígena, Citlaltépetl. Entre los fallecidos se encontraba un guía que lideraba el ascenso, encontrado a una altitud de 4.600 metros (15.000 pies). El incidente ha reavivado las preocupaciones sobre la seguridad del montañismo en la región mientras continúa la búsqueda de un tercer escalador desaparecido.
El desafortunado viaje comenzó con una nota esperanzadora el sábado pasado, pero pronto se topó con condiciones climáticas desafiantes que desorientaron a los escaladores. Si bien cinco lograron descender sin ayuda el domingo y cuatro fueron rescatados, la montaña se cobró dos vidas y dejó a una persona desaparecida. Esta reciente tragedia se suma a una lista de accidentes en el Pico de Orizaba, incluido el descubrimiento de escaladores momificados de una avalancha de 1959 y las muertes de escaladores en los últimos años, lo que pone de relieve la naturaleza peligrosa del pico.
Pico de Orizaba no está solo en su notoriedad dentro de América Latina. La cordillera de los Andes, que se extiende a lo largo de la columna vertebral de América del Sur, alberga muchos de los picos más altos y traicioneros del mundo, como el Aconcagua en Argentina y el Huascarán en Perú. Si bien ofrecen vistas impresionantes y escaladas desafiantes, estas montañas también han sido escenario de numerosos accidentes y muertes. En Argentina, el Aconcagua se cobra varias vidas cada año, con causas que van desde el mal agudo de montaña hasta caídas fatales. El Huascarán de Perú ha sido testigo de una de las avalanchas más mortíferas de la historia, el desastre provocado por el terremoto de Ancash en 1970, que mató a miles de personas.
Riesgos inherentes al ascenso a gran altitud
Estas tragedias en América Latina subrayan los importantes riesgos de escalar grandes altitudes, incluidos el mal de altura, el clima impredecible y las avalanchas. A pesar de los avances en equipos de escalada y pronóstico del tiempo, las montañas siguen siendo adversarios formidables. El atractivo de alcanzar la cumbre, de estar sobre estas antiguas formaciones geológicas, a menudo eclipsa los peligros inherentes, lo que lleva a muchos a subestimar el poder de la montaña.
Para mitigar los riesgos se han implementado medidas de seguridad en los países desarrollados, como permisos de escalada obligatorios, visitas guiadas con montañeros experimentados y capacitación rigurosa. Sin embargo, la implementación de tales medidas varía en América Latina, donde el terreno accidentado y las ubicaciones remotas complican las operaciones de rescate. Las tragedias en el Pico de Orizaba resaltan la necesidad de mejorar los protocolos de seguridad, incluida una mejor preparación para los escaladores, mejores pronósticos del tiempo y una regulación más estricta de las actividades de escalada.
Lea también: Los cargos de fentanilo del mexicano El Mayo y la batalla en curso contra el legado venenoso del Cartel de Sinaloa
Los recientes acontecimientos en el Pico de Orizaba son un conmovedor recordatorio del respeto y la preparación que exigen las montañas. Piden una reevaluación colectiva de cómo los escaladores, las autoridades y las comunidades locales abordan los peligros inherentes al montañismo. Mientras lamentamos la pérdida de vidas, que sea también una oportunidad para abogar por medidas de seguridad y educación más sólidas para los escaladores, garantizando que la belleza y el desafío de los picos de América Latina no se produzcan a costa de vidas humanas.