Medicina ancestral: ¿por qué incluir los saberes tradicionales en un sistema de salud?
En LatinAmerican Post hacemos un análisis de la importancia de incluir la medicina ancestral en el sistema de salud, como forma de dar reconocimiento y valor a las culturas tradicionales en la región.
Foto: Flickr-Agencia de Noticias ANDES
LatinAmerican Post | Christopher Ramírez
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Read in english: Traditional Medicine: Why Include Traditional Knowledge in a Health System?
Colombia se ha convertido en centro de polémicas y debates en los últimos meses en Latinoamérica, especialmente por las controversiales reformas que el gobierno del presidente Gustavo Petro ha puesto en conversación pública. El líder de izquierda ha querido instaurar grandes cambios en temas como las pensiones, el trabajo y la política. Sin embargo, la salud se ha convertido en un talón de Aquiles que ha puesto al Gobierno nacional entre la espada y la pared.
La reforma que busca transformar el sistema de salud del país sudamericano ha suscitado varias polémicas entre la clase política colombiana e incluso ya le ha costado el puesto a Carolina Corcho, quien hasta hace poco ofició como ministra de Salud. Entre las discusiones que se han dado en torno a esta situación, una de las más importantes gira alrededor de la inclusión de la medicina ancestral (sabedoras, curanderas, parteras, yerbateros, taitas, sobanderos, pulsadores, guaraleros, entre otros) en el Plan Nacional de Salud de ese país.
A pesar de que estas prácticas han sido parte de las culturas ancestrales colombianas durante siglos, solo recientemente se han comenzado a discutir en términos más amplios, teniendo en cuenta que la medicina ancestral se ha vuelto cada vez más popular. Mientras algunos argumentan que deben ser consideradas como prácticas médicas legítimas y se les debe permitir operar legalmente, otros advierten que su falta de regulación puede poner en riesgo la salud de las personas. También se debate sobre si las personas que realizan estas prácticas deben ser consideradas como "curanderos" o "chamanes", o si deben tener algún tipo de acreditación oficial.
¿Cómo abordar el tema de la medicina ancestral?
Ahora, el hecho de que en Colombia hasta ahora se esté generando esta discusión, no quiere decir que no sea un tema que ya se haya debatido a nivel mundial y regional en el pasado. De hecho, la mayoría de los puntos controversiales ya han tenido una respuesta por parte de organizaciones internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el primer caso, existe un informe desarrollado en agosto de 1997 titulado como “Fortalecimiento y Desarrollo de los Sistemas de Salud Tradicionales”, en el que, en pocas palabras, se establece la necesidad de instaurar, regular y practicar una estrategia de “organización y provisión de servicios de salud en poblaciones multiculturales”.
Para la OPS es claro que “los procesos históricos de colonización y la tendencia a homogenizar a los pueblos de la región, han impedido considerar en serio la característica multicultural del continente. En este sentido, han sido dejados de lado, tanto el real valor de las culturas que han sobrevivido y están vigentes, como la presencia de nuevas expresiones culturales que nacieron como resultado del mestizaje y de la interacción entre las culturas”.
Por esto, es importante, según esta organización, cubrir y propagar el conocimiento propio de las culturas tradicionales que han visto en sus costumbres y formas la manera de cubrir lo que la OMS define como salud: “bienestar biológico, psicológico y social de un individuo”.
“El concepto específico de salud, que sigue un paradigma predominantemente "occidental", debe evolucionar a una concepción que abarque y respete otros conceptos de salud igualmente válidos y probados en la práctica. La complementación entre los sistemas médicos tradicionales y occidentales, en el marco de la integralidad e interculturalidad, se daría tanto en el plano intelectual – la teoría, los conceptos – como en la constatación de que las soluciones identificadas en este trabajo conjunto son válidas y permanentes – la práctica”, añade la OPS.
En ese sentido, se puede decir que ya existe un marco de contexto y conocimiento con el cual los gobiernos latinoamericanos se pueden guiar para el establecimiento de conceptos y regulaciones frente a la medicina ancestral en sus respectivos territorios.
La idea es ver la medicina tradicional no como un conjunto de saberes místicos del pasado, sino como una serie de conocimientos perfectamente vigentes que explican la forma cómo las etnias (indígenas, afro, gitanas, entre otras) ven la salud, y aún más importante, tratan de forma exitosa los problemas relacionados con esta área fundamental del ser humano.
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Ejemplos de su implementación
Aunque la reforma a la salud en Colombia ha sido determinante para volver a hablar de la medicina ancestral como un sistema que encaja perfectamente en un plan de salud nacional, lo cierto es que esta conversación ya se ha tenido en varios países de la región como Ecuador y México. En estos territorios ya se han establecido estrategias para hacer de este tipo de medicina una opción válida y real para el tratamiento de sus habitantes.
Por ejemplo, en el caso de Ecuador, el Gobierno de ese país ha venido trabajando de la mano con la población indígena para acercar sus saberes médicos tradicionales a la población acostumbrada a la medicina occidental. De acuerdo con el Ministerio de Salud, en 2022 ya se había avanzado en pro de esta meta, por medio de proyectos que buscan adaptar los conocimientos de comunidades de la Amazonía, Sierra y Costa al modelo de salud ecuatoriano.
“La medicina tradicional y la occidental son complementarias. Estamos dando valor a estas prácticas culturales y ancestrales que tienen las comunidades”, explicó el ministro de Salud Pública, José Ruales.
Por su parte, México ya cuenta incluso con una “Guía de Implantación” desarrollada por la Secretaría de Salud de ese país, que ha servido de ruta para fortalecer los servicios de salud con medicina tradicional. Los mexicanos ya cuentan con una red de servicios de salud con estos saberes ancestrales, en los que se destacan hospitales y unidades de salud con base en estos conocimientos.
Igualmente, han instaurado módulos de partería tradicional (que según la ONU pueden proporcionar el 90% de todos los servicios de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal), así como un modelo de “Farmacia Verde” en el que se ofrecen algunos remedios de la medicina tradicional indígena en las unidades de salud nacionales.