Arquitecta chilena Cecilia Puga: pionera en la restauración de ecosistemas y comunidades a través de la arquitectura
Cecilia Puga, una reconocida arquitecta chilena, aboga por un modelo de construcción que sane los edificios, los ecosistemas y las comunidades, integrando cuestiones sociales y soluciones a la crisis climática en sus proyectos globales, incluidos los roles de liderazgo de los museos.
Reconocimiento global y compromiso con la reparación
Cecilia Puga, una distinguida figura de la arquitectura de Santiago, Chile, se ha hecho un nombre mucho más allá de sus fronteras nativas. Su trabajo innovador celebrado en los Estados Unidos y en la Bienal de Venecia, y su papel de liderazgo en el Museo Precolombino de Chile ejemplifica un profundo compromiso con un paradigma de construcción que busca erigir estructuras y reparar ecosistemas y comunidades. “Reparar”, como afirma Puga a Efe, se ha convertido en un término obligatorio en el mundo actual, ampliando los límites de la arquitectura para abordar las crisis entrelazadas del cambio climático y la desigualdad social.
El recorrido arquitectónico de Puga está marcado por numerosos reconocimientos internacionales y un rol dual único que abarca su práctica arquitectónica, codirigida con Paula Velasco, y su asociación de dos décadas con el Museo Precolombino. Su enfoque defiende el concepto de “reparación” sobre el de “creación”, aunque considera que ambos son complementarios. Esta filosofía fue compartida con el arquitecto español Benjamín Gallegos en la Real Academia de España en Roma, enfatizando la urgente necesidad de centrarse en reparar nuestro medio ambiente y tejido social tanto como en la innovación y la creación.
Equilibrando los desafíos con la innovación
Este cambio hacia la reparación implica reconocer los daños y las fracturas dentro de nuestros entornos y sociedades, pero ver en estos desafíos el potencial de innovación y las posibilidades futuras. El trabajo de Puga ejemplifica este equilibrio, combinando el diseño contemporáneo y el avance tecnológico con la reparación ambiental y los principios económicos circulares.
El problema crítico de la escasez de vivienda, particularmente grave en países como Chile, que enfrenta un déficit de 500.000 unidades para sus 17 millones de habitantes, subraya la complejidad de aplicar discursos europeos, como el cese de toda construcción, al contexto latinoamericano. Puga destaca la importancia del respeto medioambiental en todo proyecto arquitectónico, algo que, en su opinión, debería ser un axiomático y no un tema de debate.
Puga también se aventura más allá del diálogo simplista sobre conservación de energía y respeto ambiental, abogando por un enfoque matizado de los desafíos arquitectónicos. Su liderazgo en el Museo Precolombino ha guiado a la institución a través de las crisis financieras exacerbadas por la pandemia de COVID-19, destacando su experiencia multifacética.
Abordar las narrativas coloniales y la influencia cultural
Además, la influencia cultural de Puga se extiende al abordar las narrativas coloniales dentro de las prácticas museísticas, un tema de importante debate en América Latina tras la iniciativa de España de trascender un marco colonial en sus museos. Si bien Puga valora el gesto, sostiene que superar las perspectivas colonialistas implica algo más que devolver artefactos, señalando la necesidad de una reevaluación más profunda, liderada por el Estado, de las narrativas de los museos.
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Desde sus diseños arquitectónicos hasta su liderazgo en museos, el trabajo de Puga representa una visión holística del papel de la arquitectura en la sociedad. Es una visión que trasciende la mera creación de espacios y aboga por un compromiso profundo con los tejidos culturales, ambientales y sociales de nuestras comunidades. Mientras América Latina se enfrenta a desafíos similares en sus diversos paisajes, figuras como Puga iluminan el camino a seguir, mostrando cómo la arquitectura puede servir como un conducto para la curación, la innovación y el desarrollo sostenible.