Bogotá: Así va la indiscriminada tala de árboles
A finales del 2018 habrán sido talados 10,000 árboles en Bogotá, según el Jardín Botánico de la ciudad
El árbol ha sido históricamente un símbolo, un objeto y un ser vivo central en las culturas del mundo. Se usan cotidianamente metáforas sobre las ramas, las raíces o el tronco y además nuestro modo de comprender la totalidad de algo tiene que ver con las bases de lo que un árbol es.
En las últimas semanas, en Colombia ha habido un sobresalto en la opinión pública por la tala de varios árboles en la ciudad de Bogotá, la capital del país. La protesta más fuerte se dio cuando a finales de agosto 46 árboles fueron talados en el corredor de la carrera 9ª entre calles 72 y 85.
Los vecinos se quejaron no solo por la mala logística, por haber realizado las operaciones a media noche y sin previo aviso, sino además señalaron que todos esos árboles se encontraban en buen estado y disminuían los impactos de contaminación del sector ya que producen oxígeno y absorben CO2.
La respuesta del Distrito y del Jardín Botánico de Bogotá ha sido que, por un lado, “actualmente 56.000 árboles de Bogotá se encuentran enfermos y necesitan algún tipo de tratamiento para su recuperación” y además que, por otro lado, es necesaria una renovación y uniformidad paisajística por lo cual hay que remover miles de árboles.
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Esos dos argumentos han sido refutados por distIGNORE INTOs ambientalistas, ciudadanos y estudiosos del medio ambiente ya que señalan que además de las inconsistencias técnicas (también están siendo investigadas por la Fiscalía y por la Personería) todo se debe a un capricho “urbanístico” que impone un trato irracional con la naturaleza y que no mide las consecuencias eco-sistémicas de los árboles.
Por otra parte, según Celio Nieves, concejal de Bogotá, “resulta más económico plantar y mantener un árbol, que talarlo, pues según un informe emitido por el Jardín Botánico que presentó en el cabildo, mientras sembrar un árbol cuesta $192.554, talarlo cuesta $605.259”.
La respuesta del Distrito ha sido que dichos árboles “representaban un riesgo para la comunidad, porque tenían afectaciones como rebrotes, copas asimétricas, fustes torcidos, espacio insuficiente de emplazamiento, ramas secas, clorosis, necrosis y hasta peligro de volcamiento”.
Las cifras en Bogotá
Actualmente, la capital de Colombia tiene 1’2 millones árboles, según las estadísticas de Data Sketch. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud una ciudad debe tener un árbol por cada tres habitantes. Sin embargo, “en Bogotá la cifra es de 0.4 árboles públicos por cada tres habitantes”, según Data Sketch.
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El Jardín Botánico ha señalado que “entre enero y julio de este año fueron talados 2.604 árboles en el espacio público en Bogotá” y según la proyección de la Secretaría de Ambiente de la ciudad la cifra de árboles talados podría llegar a 10.000 a finales de este año.
Hay que resaltar que el Jardín Botánico ha indicado que “por cada árbol que cortan, siembran cinco”. Por lo anterior, según cifras del Jardín Botánico, han plantado aproximadamente 80.480 árboles donde ha existido constante socialización con la ciudadanía.
Algunas especies en Bogotá:
Las especies más sembradas en Bogotá, según un informe Árboles de Bogotá, son:
- Sauco con más de 86 mil individuos
- Acacia negra con casi 56 mil individuos
- Jazmín del cabo con más 53 mil individuos
- Acacia japonesa con más de 43 mil individuos
- Urapán con 41 mil ejemplares
- Ciprés con 36 mil árboles
- Eucalipto común con más de 34 mil árboles sembrados
- Holly liso con casi 33 mil árboles
- Acacia baracatinga con más de 31 mil individuos
- Chicalá con más de 30 mil árboles sembrados
Las ciudades del futuro
Más allá de la polémica por tala de árboles en la capital de Colombia y dejando a un lado el seguimiento a las responsabilidades legales, penales o disciplinarias por las irregularidades en la tala de miles de árboles en las localidades de Chapinero, Kennedy, Suba, Usaquen, Santa Fé y Rafael Uribe (según cifras del Distrito) lo importante es darse cuenta que lo que está en discusión es un modo de relación con la naturaleza.
Ese modo de retorno al contacto natural gesta prácticas de conservación y sostenibilidad de las ciudades. Esto no solo es importante de manera pragmática para mitigar el cambio climático o el calentamiento global (producido por las grandes concentraciones de CO2), sino a su vez es un nuevo modo de crear las ciudades y de vivirlas.
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Según ONU Hábitat, la inversión en el diseño y la creación espacios verdes públicos tiene un impacto positivo para las grandes poblaciones urbanas no solo a nivel de bienestar y salud de sus habitantes sino también en un registro económico. Estos espacios sin duda reducen el impacto del cambio climático pero también animan a las personas a caminar y a usar la bicicleta.
Las planificaciones de ciudades a largo plazo inciden en la definición entre espacio público y espacio privado, si el espacio público mejora el valor del espacio privado también incrementa. De este modo, las vías, los edificios públicos y los parques son el eje por donde fluye la comunicación, el desplazamiento físico, los intercambios, los saludos, los negocios, los encuentros, la construcción de espacios públicos verdes performativos.
Estas son algunas de las razones por las cuales los árboles no pueden reducirse a meros objetos decorativos de placer y gusto individual. Cuidar la fauna y la flora es un proyecto emergente con miras a una modificación política, que otros modos de interactuar, de moverse y de tener experiencia de la ciudad y de la vida.
LatinAmerican Post | Mateo Giraldo
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