Productores de café colombianos promueven la protección del Oso Andino buscando conservación
En las verdes extensiones de los bosques andinos de Colombia, una improbable alianza entre productores de café y conservacionistas está gestando un sólido esfuerzo para salvar al oso andino en peligro de extinción. Conocida como la guardiana de los bosques y páramos, esta especie enfrenta amenazas que podrían convertirla en uno de los primeros animales carnívoros en desaparecer, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Sin embargo, a través de iniciativas innovadoras como ‘Café oso Andino’, los agricultores locales combinan la conservación con el cultivo.
Preservando al Oso Andino en Colombia
En Colombia, el oso andino, también conocido cariñosamente como oso de anteojos (Tremarctos ornatus), juega un papel crucial en su ecosistema. Sus hábitos de búsqueda de alimento, que incluyen derribar arbustos y esparcir semillas, son fundamentales en la proliferación de diversas especies de plantas, enriqueciendo la biodiversidad de los bosques andinos. A pesar de su importancia ecológica, estos osos están clasificados como vulnerables, y su número está disminuyendo debido a la rápida expansión agrícola, la caza y la destrucción del hábitat para el desarrollo económico, incluidos proyectos de infraestructura como líneas eléctricas, oleoductos y carreteras.
La difícil situación del oso de anteojos no es aislada y refleja desafíos de conservación más amplios en toda América Latina, donde los puntos críticos de biodiversidad en países como Ecuador, Perú y Venezuela también enfrentan presiones similares. Estas naciones, que comparten los majestuosos Andes y su biodiversidad única, enfrentan la difícil tarea de equilibrar el desarrollo con la conservación, un desafío magnificado para las especies que deambulan a través de fronteras y ecosistemas nacionales.
En respuesta, un grupo de productores de café en el Valle del Cauca, suroeste de Colombia, inspirados por la urgente necesidad de proteger a estos osos emblemáticos, forjaron la alianza ‘Conservemos la Vida en 2016. En 2019, lanzaron la iniciativa ‘Café Oso Andino, parte del programa más amplio ‘Amigo del Oso Andino, que certifica prácticas agrícolas sostenibles que salvaguardan a los osos y sus hábitats. Esta certificación trae innumerables beneficios, desde apoyo técnico para mejorar los procesos productivos y administrativos hasta asistencia para acceder a nuevos mercados que ofrezcan mejores precios, todo ello contribuyendo a la conservación del oso andino.
Un modelo de agricultura sostenible y conservación
Mauricio Vela, líder de grandes mamíferos de la ONG Wildlife Conservation Society (WCS) en Colombia, destaca las múltiples ventajas de esta certificación. Más allá del impacto directo en la conservación, fomenta un modelo de agricultura sostenible que puede servir como modelo para otras regiones de América Latina que enfrentan desafíos similares. Al entrelazar el destino del oso andino con los medios de vida de las comunidades locales, iniciativas como ‘Café Oso andino’ ejemplifican cómo la conservación y el desarrollo económico pueden coexistir armoniosamente.
Los esfuerzos en el Valle del Cauca son un rayo de esperanza, no sólo para el oso andino sino para preservar la rica biodiversidad de América Latina. Subraya el potencial de las iniciativas de conservación impulsadas por la comunidad para lograr avances significativos en la salvaguardia de especies en peligro de extinción. A medida que estas iniciativas ganan fuerza, allanan el camino para un futuro en el que el oso de anteojos continúe vagando libre y los bosques y páramos de los Andes prosperen, nutridos por las manos que alguna vez representaron una amenaza pero que ahora sirven como guardianes.
Lea también: Campeón Mundial de Latte Art utiliza café de Colombia en sus cafeterías de Asia
La historia de la conservación del oso andino es un testimonio del poder de la colaboración, la innovación y el compromiso compartido para proteger el patrimonio natural de nuestro planeta. Es un ejemplo convincente de cómo comunidades decididas pueden impulsar cambios positivos incluso frente a desafíos enormes, asegurando que el oso de anteojos y los ricos ecosistemas que habita perduren para las generaciones venideras.