¿Cómo está lidiando la Ciudad de México con el caos de la basura?
Desde el pasado 8 de julio, la Ciudad de México tuvo que lidiar con una nueva ley para enfrentarse a un gran problema: la ley de la separación de basura
Orgánicos: martes, jueves y sábado.
Inorgánicos reciclables y no reciclables: lunes, miércoles y viernes.
Basura voluminosa: el domingo.
En una metrópoli donde la práctica de separar basura únicamente se había realizado por quienes tuvieran la iniciativa, ahora obliga, por ley, a sus ciudadanos a ser cooperar en el proceso de reciclaje, lo cual ha causado gran confusión.
El gobierno ha tapizado la ciudad con anuncios, pancartas y volantes para evitar esta confusión, pero los empleados públicos que recogen la basura siguen percibiendo la misma actitud por parte de la población. Incluso, perciben enojo en algunas casas si les piden que la separen. En entrevista con el diario El País, Samuel, un chófer de camión de basura que cubre la colonia Condesa, asegura que son ellos, los trabajadores no la administración de Enrique Peña Nieto, quienes terminan peleando con los ciudadanos para que estos cumplan con la nueva norma.
Estos también argumentan que deben revisar cada bolsa de basura, ya que es de suma importancia verificar que todo el contenido este debidamente separado. En el caso que no, los trabajadores se ven obligador a realizar el trabajo que el ciudadano mexicano está obligado a hacer. Además, quienes laboran en este gremio argumenta que de los tres o cuatro tripulantes a bordo de los cambiones de basura, únicamente uno o dos poseen sueldos fijos que no sobrepasan dos salarios mínimos vigentes.
En cuanto a la infraestructura dentro de Ciudad de México, también hay percances que deben ser solucionados. En los espacios públicos, hay pocas áreas designadas para la separación de basura y no hay recipientes suficientes en las vías públicas. Dentro de los camiones de basura, en sí, tampoco hay compartimentos para la separación básica entre orgánicos e inorgánicos.
Cada día la Ciudad de México genera 13 mil toneladas de basura, lo que es suficiente para llenar el Estadio Azteca, el más grande la ciudad. De esos residuos, la mitad se producen en hogares y casi el 90% termina en rellenos sanitarios, lo que implica un inmenso pasivo, afecta a las comunidades aledañas y al medio ambiente.
Las necesidades de basura de una ciudad con casi 9 millones de habitantes son insuficientes para esta nueva ley y así lo ha sido por décadas. Según las autoridades, en las primeras semanas del programa han notado una reducción de casi 2 mil toneladas de basura pero falta mucho por hacer. ¿Cuánto tiempo tomará resolver un problema fundamental?
Latin American Post | María Tinoco Rivera
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