“Consérvate cool y continúa”: Sigamos protegiendo la capa de ozono
No cuidar la capa de ozono pone en peligro la existencia de todo ser vivo en el planeta
Tomar un baño de sol y disfrutar de su calor es uno de los placeres más grandes de los que disfruta la mayoría. Poder recostarnos en la playa en un caluroso día de verano sin que haya mayores consecuencias en nuestra piel se debe a la protección que nos ofrece la capa de ozono. Ella es la encargada de protegernos de los rayos ultravioleta que producen cáncer de piel, melanomas, cataratas, entre otras enfermedades.
Read in english: "Keep cool and carry on": Let's continue protecting the ozone layer
Por esta razón, hoy 16 de septiembre celebramos el día internacional de la Preservación de la Capa de Ozono. De acuerdo con Naciones Unidas, “la capa de ozono es una franja frágil de gas que protege la Tierra de los efectos nocivos de los rayos solares, contribuyendo así a preservar la vida en el planeta. Sin embargo, la utilización durante años de ciertos productos químicos la dañaron”.
Durante la década de los 80, se descubrió un agujero en la capa de ozono en el Polo Sur. Según Sostenibilidad, investigadores del British Antarctic Survey alertaron la disminución del 50% de este gas en esa región. A partir de ese momento, empezó una lucha incansable para frenar el uso de químicos y productos que destruyen la capa de ozono.
“Consérvate cool y continúa”
Con el propósito de seguir cuidando la capa de ozono, se conmemora la protección de esta importante franja de gas. Este año el tema se llama “Consérvate cool y continúa” y busca seguir protegiendo la capa de ozono, ampliar sus objetivos hacia el cambio climático y mantener “cool” al planeta.
Para hacer parte de esta celebración, en tus redes sociales puedes utilizar los siguientes hashtags:
#diainternacionaldelacapadeozono
#díaozono
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¿Qué es lo que daña la capa de ozono?
La principal amenaza de la capa de ozono son químicos de uso diario y cotidiano conocidos como clorofluorocarbonos (CFC) e hidroclorofluorocarbonos (HCFC). Estos, de acuerdo con la ONU, son compuestos químicos en los que uno o más átomos de carbono están unidos a uno o más átomos de halógenos (flúor, cloro, bromo o yodo)”.
Esta organización explica que “los halocarbonos que contienen bromo por lo general tienen mucho mayor potencial de agotamiento del ozono (PAO) que aquellos que contienen cloro. Los productos químicos sintéticos que han proporcionado la mayor parte del cloro y bromo para el agotamiento del ozono son el bromuro de metilo, el metilcloroformo, el tetracloruro de carbono y las familias de productos químicos conocidos como los halones, los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarbonos (HCFC)”.
Dentro de los productos de uso diario que afectan la capa de ozono se encuentran:
- Aerosoles
- Lacas desodorantes
- Insecticidas
- Pinturas
- Sistemas de aire acondicionado
- Espumas sintéticas
- Neveras o frigoríficos
Sin embargo, el efecto de los CFC y los HCFC no solo se limitaba a la destrucción de la capa de ozono. El uso de estas sustancias producía gases invernadero que contribuyen al cambio climático.
¿Qué se ha hecho para protegerla?
La conservación de la capa de ozono se formalizó con el Protocolo de Montreal, un tratado internacional que “salvó la capa de ozono [y que] ha mantenido a nuestro planeta fresco durante años mediante la eliminación gradual de las sustancias agotadoras de la capa de ozono, que a su vez son potentes gases de calentamiento global (…) ayudando no solo a protegerla para la generación actual y las venideras, sino también a mejorar los resultados de las iniciativas dirigidas a afrontar al cambio climático. Esos esfuerzos han protegido asimismo la salud humana y los ecosistemas reduciendo la radiación ultravioleta del sol que llega a la Tierra”, afirma la secretaría del protocolo.
Gracias a la oportuna implementación del Protocolo de Montreal, la Secretaría del Protocolo espera haber reducido, para 2030, 2 millones de casos de cáncer de piel y seguir manteniendo “cool” (fresco) el planeta.
Seguimos avanzando para protegerla
El mundo ha avanzado desde la firma del Protocolo de Montreal en 1987. Por esta razón, en 2016, 200 naciones de todo el mundo firmaron la Enmienda Kigali para continuar con la eliminación de los HFC, usados principalmente en aires acondicionados y neveras. La enmienda pretende evitar que el planeta se caliente 0.5 grados durante este siglo.
Según el diario El Mundo, la enmienda es uno de los logros más grandes del Acuerdo de París. Por lo que el director ejecutivo del PNUMA, Erik Solheim, aseguró que en los Acuerdos de París “se prometió mantener el mundo a salvo de los peores efectos del cambio climático. Hoy en día estamos cumpliendo esa promesa".
De hecho, la secretaría del protocolo resalta que “las naciones que ratifican la Enmienda de Kigali se ha comprometido a reducir la producción y el consumo de los HFC en un 80 % en los próximos 30 años y reemplazarlos con alternativas ecológicas”. Esta enmienda entrará en vigor el próximo año, 2019.
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Agencias para la implementación de proyectos
De acuerdo con el Ministerio de Ambiente de Colombia, las agencias que implementan el Protocolo de Montreal son 4:
- ONUDI (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial)
- PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente)
- PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo)
- Banco Mundial
No es solo responsabilidad del gobierno
Es cierto que las acciones gubernamentales tienen mayor impacto que las acciones individuales. Sin embargo, como ciudadanos del mundo también podemos aportar a la reducción de estos gases y contribuir en la protección de la capa de ozono.
Por ejemplo, a la hora de comprar refrigeradores y aires acondicionados podemos infórmanos de si estos hacen uso de CFC y HCFC y en qué cantidades para comprar el que menos impacto negativo tenga.
Adicionalmente, una vez ya hayamos adquirido estos electrodomésticos debemos estar atentos a su mantenimiento y desecho adecuado para evitar la producción de químicos dañinos.
La ONU recomienda que los refrigeradores deban ser constantemente sometidos a limpieza, especialmente en la parte de atrás donde se encuentra el condensador y el evaporador.
Este organismo también aconseja que se utilicen otras alternativas para mantener frescas las habitaciones y los automóviles. Por ejemplo, dejar las ventanas abiertas en ambos espacios y controlar la temperatura del aire acondicionado ayuda a que se disminuyan las emisiones de CFC y HCFC.
LatinAmerican Post | Marcela Peñaloza
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