Descubrieron verdadera identidad del “abominable hombre de las nieves”
La ciencia descubre que el mítico Yeti son en verdad osos que habitan el Tíbet
Desde hace décadas se especula sobre la existencia del Yeti, extraña criatura humanoide que hace parte de las creencias y tradiciones de países como el Tíbet, Bután y Nepal, ubicados sobre el Himalaya.
Un animal de gran porte que camina erguido en dos patas ligeramente inclinado hacia adelante, con el cuerpo cubierto de pelo blanco como la nieve, con cabeza ovalada y puntiaguda ha sido descrito y bautizado como “el Yeti” por habitantes y viajeros en la gran cordillera del Himalaya.
Desde 1921, cuando la primera expedición Británica se dirigió al Everest al mando del coronel Howard-Bury, occidente conoció de la presunta presencia de esta extraña y escurridiza criatura, pues el Jefe de la misión describió unas excepcionales siluetas a más de 6.000 MSNM. Al llegar al lugar en el que había divisado la mística criatura, encontró grandes pisadas provenientes, presuntamente, de algún animal ‘plantígrado’, es decir, que para caminar apoya la totalidad de la planta de sus pies.
Posteriormente, en 1951, el montañista y escalador Erik Shipton fotografió unas misteriosas pisadas enormes que hasta el momento no podrían ser adjudicadas a ningún animal conocido en la región del oriente de Nepal o en el resto del planeta.
Desde entonces, la ciencia se ha planteado diversas hipótesis como la posibilidad de que el abominable hombre de las nieves sea un ejemplar de algún linaje humano desaparecido desde hace miles de años, como los Neandertales, o algún gran simio que se presumió extIGNORE INTO como el Gigantopithecus.
Muchos testimonios han surgido con los años sobre avistamientos no confirmados por la ciencia, evidencias recolectadas por montañistas, viajeros y residentes del Himalaya han incrementado la leyenda de este inmenso humanoide peludo; heces, pelos e incluso huesos como evidencias de su existencia ponen a prueba la credibilidad de las historias.
Con la ayuda del avance de la ciencia, un equipo de científicos liderado por Charlotte Lindqvist, bióloga evolutiva de la Universidad de Buffalo (en el estado de Nueva York) y PhD., de la Universidad de Copenhagen, decidió estudiar la identificación del ADN de estas muestras para determinar a qué especie pertenecían los obscuros hallazgos.
Un estudio en el año 2014 descubrió que las supuestas muestras del Yeti pertenecían en realidad a un híbrido entre osos pardo y polar. Anteriormente se han registrado cruces reales en otras partes del mundo entre estas dos especies, presuntamente como consecuencia del cambio climático, al verse obligados, los polares, a traspasar de ciertas latitudes antes vedadas para ellos.
Sin embargo, la doctora Lindqvist desestima que un oso híbrido entre estas dos especies deambulara por las montañas del Himalaya, por lo cual decidió hacerle seguimiento a dicho estudio analizando más muestras del supuesto Yeti llegando a descubrimientos concluyentes sobre la leyenda.
Dientes, pelos, piel, heces y huesos encontrados en cuevas y otros sitios del Himalaya fueron analizados bajo las más estrictas medidas para garantizar la rigurosidad de los resultados, al mismo tiempo recolectaron muestras de ADN de osos de la región y de otras partes del planeta para compararlas con las de la extraña criatura. En total fueron nueve muestras del “Yeti”, encontrando que ocho de ellas pertenecían a osos y la restante pertenecía a un perro común.
“Los resultados fueron axiomáticos sin dejar cabida a las dudas, pertenecen a osos pardos y negros asiáticos, propios de la región, no a extrañas criaturas híbridas”, afirmó Lindqvist. Efectivamente eran huellas de plantígrados, pues al igual que los grandes primates, entre los cuales se encuentra la especie humana, los osos también apoyan la totalidad de las plantas de sus pies para caminar.
Con la ayuda de la ciencia moderna no sólo se pudo develar el enigma del Yeti, también arrojó luces sobre la historia evolutiva de las especies nativas y aún presentes en las montañas del Himalaya. Por ejemplo, se descubrió que los osos pardos del Tíbet comparten un ancestro común con otros pardos en América, Europa del Norte y Asia. Los pardos del Himalaya pertenecen a un linaje totalmente independiente divergente hace unos 650.000 años atrás, mucho antes de que el hombre moderno hubiese salido de África.
Osos negros y pardos del Tíbet y del Himalaya son el verdadero Abominable Hombre de las Nieves que pisa fuerte y grande en la nieve mientras científicos e investigadores se dedican a generar conocimiento basado en la ciencia que puede ayudar a entenderlos de una manera más clara y permitir que se contribuya certeramente a su conservación.
Latin American Post | Alberto Castaño Camacho
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