Huracanes, terremotos e incendios: América bajo amenaza
Los fenómenos naturales amenazan a niveles nunca antes vistos
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El continente americano sufre una de sus peores temporadas de fenómenos naturales. En Argentina, las lluvias han inundado cerca de 10 millones de hectáreas afectado la agricultura y la ganadería; en el caribe, las tormentas y huracanes amenazan las islas y los países continentales cercanos al océano atlántico; en el Pacífico, dos tormentas intiman a México. Por su parte, Estados Unidos, en la costa Este, sigue de cerca los movimientos de las tormentas y sus posibles trayectorias; en la costa Oeste, se vigila los incendios que azotan California y Oregón. El año 2017 se consolida como récord de fenómenos y desastres naturales para el continente americano.
La angustiosa situación argentina alcanza niveles sin precedentes, las fuertes lluvias de la temporada, que caen en zonas que ya se encontraban inundadas, han provocado que aproximadamente 10 millones de hectáreas queden bajo el agua, según fuentes oficiales. La situación es delicada, no solo desde el punto de vista ambiental o social, por la cantidad de personas afectadas, sino también por el factor económico; la mayoría de las zonas inundadas pertenecen a la denominada ‘Pampa húmeda’, el área agropecuaria que es el pilar del modelo productivo argentino donde las perdidas ya se calculan en alrededor de 1.500 millones de dólares
El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Miguel Etchevehere asegura que “debido a las lluvias, todas las localidades del interior se encuentran en estado de emergencia, además que por la afectación a las vías hay lugares incomunicados, lo que dificulta consolidar la información”. Etchevehere asegura que el ciclo productivo nacional se va a ver afectado por lo que las consecuencias pueden desembocar en una crisis económica.
La situación no mejora al dirigirse hacia el norte del continente. En el océano atlántico hay tres tormentas activas: José, María y Lee. La primera que ostenta un estatus de tormenta tropical logro amenazar una parte de las islas del caribe, pero al hacer un giro en su eje, se debilito y tomo un nuevo camino hacia el noreste. María es actualmente la mayor amenaza, ya que sigue un recorrido muy similar a Irma y ha logrado consolidarse en categoría 4. Para los habitantes de las islas del caribe, representa una amenaza mayor que Irma, ya que este último devastó los bienes físicos de la isla y no hay lugar para refugiarse adecuadamente. Lee, por su parte, aún lejos de las islas del caribe se mueve lentamente y con nivel de depresión tropical. No representa una amenaza en el momento, pero en Centro Nacional de Huracanes anunció que es muy pronto para eliminarlo de la lista de amenazas; podría aumentar de categoría en los próximos días.
El territorio estadounidense no se encuentra amenazado únicamente en la costa este. En la costa Oeste, los incendios de California siguen siendo una amenaza latente para la población. “Si bien han sido controlados la mayoría de los incendios, no se puede afirmar que se han extinguido. Las altas temperaturas y la sequedad son combustibles para los incendios”, asegura el Departamento de Fauna y Protección contra Incendios de California (CALFIRE) en un comunicado. Ya son más de 4.000 evacuados y cerca de 5.400 viviendas amenazadas, lo que llevaron a la declaración de Estado de Emergencia por parte del Gobernador Jerry Brown.
El Pacífico mexicano tiene latentes las amenazas de Norma y Otis como tormentas en el océano. El primero, que toco tierra en Baja California Sur. Este ha producido lluvias sobre 9 estados incluyendo la ciudad de México. Aunque no representa una amenaza extrema, las inundaciones por las altas precipitaciones sí han causado caos en el país. Otis, aunque lejos aún de tierra firme, amenaza con golpear las costas del sur de México, región azotada por dos terremotos.
Para las agencias estatales de desastres y protección, el año 2017 dejara secuelas en todo el territorio americano, ya que las afectaciones desembocas en problemas de producción, así como gastos de reconstrucción. Para Noah Diffenbaugh, investigador de Stanford, “los fenómenos naturales se están intensificando, aseverando las consecuencias del cambio climático”. Para este experto, si 2017 dejara secuelas, el 2018 tendrá que estudiarse desde ya y crear mejores sistemas de protección, así como mejores velocidades de respuesta.
Latin American Post | Carlos Eduardo Gómez Avella
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