Las consecuencias ambientales del Brexit
La salida del Reino Unido de la Unión Europea puede afectar las emisiones de CO2 en todo el continente
Read in English: The environmental consequences of Brexit
La salida del Reino Unido de la Unión Europea aparente ser una de las noticias económicas y políticas más importantes. Es por esto por lo que economistas y políticos están preocupados por las consecuencias que puede traer el Brexit. Sin embargo, ambientalistas también están asustados por las implicaciones medioambientales que pueden dejar una fallida negociación de los británicos y el resto de Europa.
Desde el 2005, los miembros de la Unión Europea crearon un mercado de producción de CO2. El Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea (ETS, por sus siglas en inglés) controla la producción de dióxido de carbono de las empresas. Cada industria tiene que pagar por cada tonelada de CO2 que produzcan, lo que limita y reduce la emisión de gases de efecto invernadero.
La ETS busca reducir la producción de CO2 en un 21% para el año 2020 y 43% en 2030
Jos Delbeke, Director General de la Dirección para la Acción Climática de la Comisión Europea, declaró esta semana en un taller que “los Mercados de Carbono pueden jugar un papel importante en la reducción efectiva de la emisión global de gases de efecto invernadero”.
Si el Reino Unido y la Unión Europea no alcanzan un nuevo acuerdo en cada uno de los temas que se están negociando, existe la posibilidad de que ocurra un “Brexit duro” que pueda cancelar todos los pactos suscritos por ambas partes.
Eurostat: El Reino Unido (11,7%) es el segundo productor de gases de efecto invernadero en la Unión Europea, por detrás de Alemania (22,9%)
Si ocurriera este “Brexit duro”, 220 millones de permisos de emisión de las empresas británicas para el 2019 llegarían al mercado europeo. Inmediatamente crearía una sobreoferta de los permisos y esto desalentaría a las empresas a innovar en nuevas tecnologías que puedan reducir la producción de gases de efecto invernadero.
El Brexit duro también afectaría las emisiones de CO2 del Reino Unido. Si los británicos salen del ETS, sus compañías no tendrían un acuerdo que las limite o las restrinja en la producción de CO2. De acuerdo con Eurostat, el Reino Unido (11,7%) es el segundo productor de gases de efecto invernadero en la Unión Europea, por detrás de Alemania (22,9%).
Sin embargo, la Comisión Europea ya está trabajando en un plan B que evite la sobreoferta. De acuerdo con el organismo, “ya se presentó un borrador de enmienda de los Registros de Regulación del ETS europeo al Comité de Cambio Climático para asegurar la integridad ambiental del ETS de la Unión Europea”. Esta enmienda busca que en el caso en que el Reino Unido no logre llegar a un acuerdo para permanecer en el ETS, todos los permisos de emisión de las empresas británicas quedarán anulados para enero del 2018.
El Sistema de Comercio de Emisión crea unos límites máximos y comercio de derechos
El Sistema de Comercio de Emisión de la Unión Europea cubre el 45% de toda la producción de gases de efecto invernadero de sus miembros. De acuerdo con la Comisión Europea, la ETS controla la emisión de 11.000 instalaciones de elevado uso energético (centrales eléctricas y plantas industriales) y de las compañías aéreas que operan entre los países que hacen parte del acuerdo.
El ETS busca reducir la producción de CO2 en un 21% para el 2020 y 43% para el 2030. Este acuerdo opera en 31 países europeos, los 28 miembros de la UE, más Islandia, Liechtenstein y Noruega.
Latin American Post | Santiago Gómez Hernández
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