Medio ambiente

Los rumiantes y su influencia en la contaminación

Cuando se habla de contaminación se viene a la mente la imagen de grandes industrias emitiendo gases color gris a través de sus chimeneas, manchas de petróleo en las aguas o plásticos amenazando la vida de los animales, pero un estudio adelantado por la Universidad Politécnica de Madrid, España, demostró que la comida de las vacas también influye en los gases que afectan a la atmósfera.

¿Has pensado en una dieta para animales rumiantes? Bueno, eso parece ser a lo que los científicos quieren apuntar, toda vez que los alimentos que consumen intervienen en las emisiones de nitrógeno y metano que llegan al aire que respira la humanidad, por tal motivo, se busca que animales como las vacas u ovejas coman más ‘liviano’ para reducir esta contaminación.

“En los procesos digestivos de los rumiantes se genera metano, un gas con un efecto invernadero 23 veces mayor que el del CO2. La mitad de las emisiones antropogénicas de metano en España son producidos por los animales de granja, siendo los rumiantes los principales contribuidores”, explica María Dolores Carro, profesora de la  Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la UPM y una de las autoras del estudio.

Estudios demuestran que cerca del 15 por ciento de la producción global de metano se deriva de animales rumiantes y sus procesos digestivos. Por ejemplo, una vaca lechera puede originar 400 litros de metano a diario, mientras que un ternero de engorde más de 200 litros.

“El trabajo que hemos llevado a cabo pretende medir in vitro cómo contribuye la dieta de los rumiantes, especialmente su contenido en proteína, a la liberación de metano a la atmósfera y hasta qué punto esa contribución se puede disminuir haciendo cambios en la dieta sin perjudicar el bienestar y producción de los animales”, refiere la investigadora.

El estudio adelantado por la Universidad demuestra que las emisiones de metano de estos animales no solo están condicionadas por los aportes de fibra en su dieta, como se estimaba desde el principio, sino también por el aporte de proteína. Ello se debe a que en la digestión de este compuesto se produce una fermentación de las cadenas carbonadas que resultan de la desaminación de los aminoácidos, un proceso metabólico que se produce durante la fermentación de los rumiantes, que es a su vez una parte esencial de su proceso digestivo. 

Los resultados del trabajo indican que la conveniencia de intentar minimizar los contenidos de proteína de las dietas de los rumiantes, ajustándolo de forma precisa a sus necesidades nutritivas. Ello puede conseguirse mediante la sustitución parcial de la proteína por compuestos de nitrógeno no proteico, como por ejemplo la urea, o reduciendo la degradabilidad ruminal de la proteína mediante tratamientos apropiados. Además, se observó que en la fermentación ruminal de 100 gramos de proteína generaban cerca de tres litros de metano.

La científica concluye que la práctica de este conocimiento implicaría una mayor eficacia alimentaria en las vacas y una reducción en las emisiones de nitrógeno y metano, “con la consiguiente mitigación de sus efectos a nivel de la eutrofización y el cambio climático”.

Entre otras especies rumiantes que producen una significativa cantidad de gases contaminantes están los cerdos, cabras, canguros, caballos, caballos, camellos y elefantes, entre otros.

 

Latin American Post | Jorge Luis Hernández Sánchez

Copy edited by Susana Cicchetto

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