Los unicornios son reales y sí vagaron por la Tierra
El hallazgo de un cráneo confirma que estos animales vivieron hasta hace unos 29,000 años
Criaturas legendarias como sirenas, elfos, hadas y orcos han proporcionado mucho material para las historias de fantasía y ciencia ficción. Sin embargo, los unicornios, esas criaturas míticas que inicialmente se describían como caballos blancos con patas de antílope, barba de chivo y un único cuerno en el centro del cráneo, al parecer sí existieron.
El unicornio de verdad dista mucho del garbo de “My Little Pony and Friends” o de las versiones estilizadas de Harry Potter. El verdadero se asemeja más a un cruce entre rinoceronte y mamut lanudo y el nombre científico de esta especie de mamífero es Elasmotherium sibiricum
Los científicos describieron hace décadas este animal y se creía que caminó por las espetas siberianas hace aproximadamente 350 mil años. No obstante, un hallazgo realizado en Kazajstán por investigadores de la Universidad de Tomsk determinaron que tan sólo hace 29,000 años en la región de Pavlodar deambuló este enorme herbívoro. El hallazgo de un cráneo muy bien conservado y los análisis de radiocarbono practicadas por el equipo liderado por Andrey Shpanski hacen suponer que en esa región, sur de Siberia occidental, pudo existir un gran refugio que permitiera que esta especie perdurara unos miles de años más que en el resto del continente asiático.
Según las conclusiones a las que han llegado los investigadores, después de un análisis profundo del cráneo encontrado, se trataría de un macho adulto que seguramente vagaba por las estepas siberianas comiendo preferiblemente hierba y pastos. La imagen que arroja la reconstrucción de su apariencia a partir del cráneo es la de un animal que medía aproximadamente dos metros de altura por cuatro metros y medio de largo y con un peso aproximado de cuatro toneladas y media recubierto de una gruesa capa de pelo largo similar a la del mamut o el rinoceronte lanudo. La conformación de su mandíbula sus dientes, similares a las del caballo moderno no dejan lugar a dudas de que se trataba de una especie que se alimentaba principalmente de pastos tiernos presentes en las los territorios de las planicies asiáticas.
**Los estudios paleontológicos pretender determinar posibles causas de extinción, lo que puede ayudarnos a buscar formas de preservar especies en riesgo**
El hallazgo, según el paleontólogo e investigador Andrey Shpanski, líder del equipo que descubrió este fósil, “permite estudiar en profundidad los factores ambientales que tienen un papel importante en la extinción de esta especie en particular”, ya que este hallazgo sugiere las posibles rutas que seguía este enorme mamífero, las largas distancias de migración y los últimos sitios en los que se evitó su extinción por varios miles de años. Los estudios paleontológicos pretenden determinar las posibles causas de la extinción de las especies que desaparecieron de la faz de la tierra por factores ambientales, de tal manera que, al establecer estas causas, se pueda obtener información valiosa sobre factores ambientales alterantes sobre los cuales la especie humana pueda tomar decisiones informadas, oportunas y acertadas para evitar la extinción de otras tantas.
Latin American Post | Alberto Castaño
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