¡Miren a China! Cada día está menos contaminada
En cuatro años, el gigante asiático ha logrado una hazaña sin precedentes: reducir en un 32% sus niveles de polución
Read in english: China: Every day less polluted
Cuando China le apostó al desarrollo de su economía, lo hizo de manera rápida e imparable. Empujada por las grandes industrias, se convirtió en una de las principales potencias del mundo. Sin embargo, con el desarrollo de su economía, impulsada por fábricas como la del carbón, metal o cemento, también enfrentó un deterioro paulatino de la calidad del aire hasta el punto que sus niveles se volvieron perjudiciales para la salud de los ciudadanos.
Esto alcanzó un punto de quiebre en 2013, cuando el índice de Calidad en el Aire registró 800 puntos de contaminación en un medidor preparado para señalar hasta 500. En el noreste del país, se alcanzaron concentraciones superiores a 1.200. Un nivel que multiplicaba en 120 veces la recomendada por la Organización Mundial de la Salud.
Como consecuencia de esto, el 4 de marzo de 2014, el primer ministro de China, Li Keqiang, le declaró la guerra a la contaminación. Tres años después, según The New York Times, las cifras no solo muestran que cumplió su promesa, sino que lo hizo de una manera sin precedentes: las ciudades han reducido la concentración de partículas finas en el aire en un 32% en solo cuatro años.
“No existen ejemplos de un país que haya logrado una reducción tan rápida de la contaminación atmosférica. Es extraordinario”, dijo a la AFP Michael Greenstone, director del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago.
El plan nacional de calidad del aire
En marzo de 2014 se dio a conocer un plan nacional de la calidad del aire que determinó una serie de medidas para que en todas las zonas urbanas se redujeran entre un 10% y 25% (en el caso de Pekín) las concentraciones de contaminación de partículas finas.
Para esto, se ordenó en las ciudades más contaminadas el cierre de fábricas y centrales eléctricas que funcionaran con carbón; algunas de las existentes fueron obligadas a reducir sus emisiones al reemplazar con el gas natural. Además, se cerraron minas de carbón y se redujo la capacidad de producción de hierro y acero.
Además, el ministerio de protección ambiental estableció la eliminación de calentadores de carbón que casas y negocios usaban para calentarse en invierno, aunque no otorgó todos los reemplazos oportunamente. Con esta medida, se marcó una reducción del 15% de los niveles de contaminación en el invierno. De igual forma, en ciudades como Pekín, Shanghái y Cantón se restringió la cantidad de carros por las calles.
Así, China logró que en tiempo record la mayoría de las regiones alcanzaran los objetivos e, incluso, las superaran de manera asombrosa, como en el caso de Hebei que logró recortar su concentración en un 39%.
“Estos cuatro años demuestran que las cosas pueden cambiar, incluso rápidamente, gracias a la voluntad política”, señaló Greenstone.
Estas mejoras, según un estudio de The New York Times, implicarían una mejora en la esperanza de vida de 204 prefecturas en un incremento de la expectativa de vida de 2,4 años.
Un largo camino por recorrer
“Calificar a China de economía verde sería exagerar, pero sí es cierto que el país y su Gobierno han visto el potencial de la alta tecnología y gran parte de los recursos van destinados a este campo (…). Centrarse en las nuevas tecnologías en lugar del metal o el cemento tendrá, sin duda, un impacto medioambiental muy positivo”, aseguró Chang Longwei, economista, para El Confidencial.
La contaminación en el aire en China, aún con las increíbles reducciones, multiplica casi seis veces el nivel óptimo recomendado por la OMS. De igual forma, el alcalde de Pekín, Chen Jining, aseguró que seguir mejorando desde la situación actual será “enormemente complicado”. Además, es importante señalar que las medidas se han concentrado en reducir el porcentaje de las partículas en el aire, pero este no es el único elemento en la contaminación.
Sin embargo, el gobierno sigue implementando medidas para proteger el medio ambiente. Cabe recordar que el 1 de enero de este año. Se prohibió la importación de 24 categorías de residuos sólidos y el primer ministro aseguró que buscan prohibir que la basura foránea ingrese al gigante asiático.
¿Qué puede aprender el mundo?
Los rápidos resultados de China no se pueden ignorar. Es importante tener en cuenta que estos resultados se obtuvieron mediante medidas específicas determinados por un gobierno que ha decidido darle un espacio primordial al ambiente en su plan de Gobierno.
Aún más, es importante resaltar que China decidió no limitarse a compromisos específicos como el del Acuerdo de París, sino que implementó las medidas por cuenta propia, esperando superar los estipulados en el acuerdo.
Esto implicó que, debido a la crítica situación, China no esperara soluciones amigables con el mercado o determinaciones con efectos controlados y previsibles. En cambio, el país asiático asumió grandes costos económicos y sociales para obtener resultados rápidos, declarándole la guerra al carbón y apostando por las nuevas tecnologías. De igual forma, convirtió la lucha contra la contaminación en una bandera en sus nuevas políticas económicas e internacionales. Sin embargo, para que eso se vuelva un mecanismo a largo plazo, debe comenzar a tener en cuenta las consecuencias sociales y la dinámica económica global.
Latin American Post | Dayana Martínez
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