Medio ambiente

¿Por qué China busca prohibir la basura extranjera?

Una nueva ley se encuentra en período de adaptación y a partir del 1 de marzo se aplicará con vigor

¿Por qué China busca prohibir la basura extranjera?

Con el fin de proteger el medio ambiente, el gobierno chino ha decidido fortalecer los controles en los materiales de reciclado que importa de todo el mundo, generando una oleada de preocupación en gran parte de los países desarrollados. 

La prohibición de China implica un mayor control en las regulaciones de calidad que llevará a la prohibición de las importaciones de 24 categorías de material reciclable y desechos sólidos, entre papel, cartón, plástico, textiles, metales férricos y no férricos. El gobierno afirmó que pretenden frenar la contaminación del país y proteger el ambiente de “la basura sucia o incluso peligrosa” que llega al país por medio de las importaciones. Además, aseguran que la producción nacional de basura es suficiente para proteger la manufactura. 

Anteriormente, el país asiático importaba materiales secundarios para cubrir sus propias necesidades de producción de envases y embalaje, lo que lo ayudó en su crecimiento económico durante décadas. 

Este proceso comenzó en la década de los 80 para compensar la escasez doméstica de recursos, y desde entonces se convirtió en el importador de basura más grande del mundo. Sin embargo, esto también ha generado que otras compañías han contrabandeado de forma ilegal basura, lo que ha generado grandes afectaciones medioambientales y sociales. De hecho, el rápido crecimiento del país ha generado altos niveles de smog, agua contaminada y suelos contaminados. Además, China tiene una de las peores calidades de aire en algunas zonas urbanas debido a la contaminación.

Con el fin de contrarrestar esto, China ha decidido que ahora la basura que llegue al país debe cumplir con ciertos requisitos, como un límite de estériles, impurezas, del 0.3% para aceptar residuos extranjeros cuando el límite anterior era del 1.5%. Asimismo, indicó que el cartón que se importe debe ser “mucho más limpio” y libre de grava, polvo y piedra.

La decisión del gobierno chino se dio a conocer en julio pasado y, desde entonces, los gobiernos han iniciado una cruzada para llegar a acuerdos con China y conseguir que la decisión se postergara y crear un periodo de transición que les permita generar una estrategia para enfrentar el nuevo panorama de los residuos en el mundo. “La industria no estaba preparada para el súbito anuncio del gobierno chino en julio para una prohibición total en las importaciones de papel mezclado, y una restricción en el peso máximo de desechos contaminados de 0,3% del contenido total del envío”, afirma Chinadialogue.com.

De hecho, la mayoría de residuos de los países desarrollados llegan a China. Según datos de Naciones Unidas, en 2016, China y Hong Kong importaron 7,3 millones de toneladas de desechos plásticos, el equivalente al 70% de todo el plástico que se desechó en el mundo. En total, más de un millón de toneladas de residuos fue importado desde regiones desarrolladas como la Unión Europea, Estados Unidos y Japón. 

Existe una gran dependencia por parte de países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Alemania, Japón, Corea del Sur, Canadá, entre otros, frente a la exportación de residuos de China. Por ello, se calcula que para estas economías, estas nuevas medidas de China pueden implicar la suspensión en la recogida y recuperación de entre un 20 y un 25% de residuos. Por ello, los gobiernos buscan un acuerdo con la potencia asiática, antes de que el 1 de marzo de este año entre definitivamente en vigor la nueva ley, que comenzó a aplicarse el 1 de enero pero se encuentra en un periodo de adaptación. Además, se busca convenir un período de transición de cinco años.

La situación es precaria para estos países que se han acostumbrado a mantenerse limpios sin tener que encargarse de la gran cantidad de desechos que se generan diariamente. De hecho, en Reino Unido ya comienzan a verse las consecuencias, al acumularse la basura en plantas de reciclaje sin poder enviarlas a China ni saber la mejor manera de disponer de ellas. Esta situación solo puede empeorar hasta que se encuentre una alternativa adecuada. 
 

Los países pueden optar por la incineración de materiales de reciclado para generación de energía, o colocarlos en vertederos, aunque no es lo ideal. Otra de las alternativas es incrementar las exportaciones a otras economías intensivas en el uso de materias primas, dado que Europa y los demás países no tienen la capacidad de absorber la nueva materia prima. Las nuevas alternativas, según el Buró Internacional de Reciclaje, serían Vietnam, Camboya, Malasia, la India y Pakistán. No obstante, ninguno tiene la capacidad de adquisición ni las regulaciones del país asiático. 

Al contrario, Greenpeace Asia asegura que la normativa china debería ser una llamada de atención para forzar un cambio del actual modelo de consumo. “En lugar de encontrar nuevos lugares para exportar desechos, los gobiernos y el sector privado deben encontrar formas de reducir la cantidad de residuos que se generan”, asegura la organización.

 

Latin American Post | Dayana Martínez

Copy edited by Laura Rocha Rueda

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