Pros y contras de los mosquitos genéticamente modificados
Un equipo de investigación de Reino Unido dice haber encontrado la forma de atacar efectivamente la transmisión de enfermedades como el zika, el chikungunya y la fiebre amarilla, con "mosquitos asesinos". ¿De qué se trata?.
Foto: Pixabay
LatinAmerican Post | Christopher Ramírez
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La alteración genética se puede considerar como la ciencia del futuro, teniendo en cuenta la cantidad de investigaciones y análisis que se han desarrollado en los últimos años, con la transformación a gusto y voluntaria del genoma, tanto humano como animal.
La alteración del ADN, en la mayoría de sus presentaciones, tiene como fin único la conservación de la especie humana por sobre la animal. Ejemplo de esto es la más reciente investigación realizada por Oxitec, una firma de biotecnología con sede en Abingdon, Reino Unido, que, según explica la revista Nature en uno de sus artículos, ha logrado alterar el ADN del mosquito Aedes aegypti para que sea este mismo el que se encargue de su propia destrucción.
Cabe recordar que este mosquito es el responsable de la transmisión de virus como el chikungunya, el dengue, el zika y la fiebre amarilla, por lo que acabar con la sobrepoblación de estos insectos se ha convertido en todo un reto y una necesidad para la ciencia médica en el mundo.
¿En qué consiste esta investigación?
De acuerdo con Nature, “los machos diseñados por Oxitec portan un gen que es letal para las crías hembras. Si todo va según lo planeado, cuando sean liberados en el medio ambiente, los machos manipulados deberían aparearse con hembras salvajes, y sus descendientes hembras morirán antes de que puedan reproducirse. La descendencia masculina portará el gen y lo transmitirá a la mitad de su descendencia. A medida que cada generación se aparea, mueren más hembras y la población de A. aegypti debería disminuir”.
Para saber la efectividad de esta modificación genética, los investigadores colocaron cajas con huevos de mosquitos y las liberaron en un espacio controlado en los Cayos de Florida. Al eclosionar, los machos alterados (los cuales no pueden picar) se reprodujeron con las hembras silvestres dejando la primera generación de huevos con el gen alterado dentro de su ADN.
Así, se logró hallar que las hembras que nacieron con el gen letal murieron antes de alcanzar la vida adulta, mientras que los machos continuaron reproduciéndose. Esta efectividad duró cerca de dos o tres generaciones de mosquitos, es decir, por dos o tres meses.
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¿Qué implicaciones puede traer?
Por supuesto, tras los resultados exitosos en los Cayos de Florida y la autorización de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) para liberar más de 2 mil millones de mosquitos en California y Florida, se podría pensar que de esta investigación solo se pueden esperar cosas buenas.
En caso de que esta liberación funcione como se espera, significaría dar un golpe importante en los programas sanitarios que buscan contrarrestar la propagación de las enfermedades transmitidas por Aedes aegypti en Estados Unidos, esto en una primera instancia.
Sin embargo, ya existe un antecedente protagonizado por Oxitec en Brasil, con una investigación que, aunque en un principio acabó con el 90 % de la población de este insecto en la ciudad de Jacobina, en la región de Bahía, al final terminó en un completo fracaso cuando se descubrió que parte de los mosquitos salvajes se adaptaron al gen alterado.
Esto derivó en un crecimiento exponencial de los mosquitos, haciéndolos, incluso, mucho más robustos que la generación anterior, esto según la explicación de un equipo de investigación de Yale que estudió a los mosquitos incluso 30 meses después de la liberación de los Aedes aegypti alterados por parte de Oxitec.
Aunque este resultado no se ha vislumbrado en la investigación desarrollada en los Cayos de Florida, lo cierto es que varios expertos han denotado temor a que la historia se repita y, en vez de contrarrestar la crisis sanitaria terminé afectándola más.
Sin embargo, también existe miedo entre la comunidad científica de que las investigaciones genéticas con mosquitos terminen afectando seriamente otras especies de mayor importancia para los ecosistemas en el mundo, como las abejas.
Así lo han explicado varios expertos, que critican, especialmente una investigación del Imperial College de Londres, en la que se logró emitir un impulso genético (mecanismo que obliga a que el gen alterado se herede a la descendencia total de un mismo organismo) que afecta principalmente el gen doble sexo encargado del desarrollo sexual del Anopheles gambiae, uno de los mosquitos responsables del paludismo en África.
De acuerdo con la investigación, cuyos resultados fueron publicados en la revista Nature Biotechnology, se logró alterar el gen doble sexo, para que, contrario a lo realizado por Oxitec, las hembras de estos mosquitos no mueran pero sí pierdan toda capacidad de reproducción, mientras que los machos son los encargados de ir transmitiendo el gen mutado entre las hembras salvajes de un territorio.
No obstante, soltar este tipo de insectos modificados genéticamente podría generar una catástrofe medioambiental, ya que los impulsos genéticos que liberarían los mosquitos no pueden deshabilitarse con facilidad, ni reducirse a un único territorio.
Por esto, es normal que la comunidad científica tema por otras especies que podrían verse impulsadas genéticamente a tener fallas en su gen doble sexo, y de esta forma acabar con ellas en el futuro.
Ante este problema ético, ambiental y moral, Andrea Crisanti, líder de esta investigación, dio un parte tranquilidad al asegurar que “eso no es posible”, ya que cada especie de insecto cuenta con su propia versión del gen doble sexo, por lo que, según Crisanti, la alteración de una especie no tendría por qué afectar a otra totalmente diferente.