¿Sacrificar o no?: Dos posturas frente a los hipopótamos, especie invasora en Colombia
Recientemente se declaró que los hipopótamos son especie invasora en Colombia. Los ambientalistas se dividen entre quienes creen que deben sacrificarlos y los que no
Foto: Pixabay
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LatinAmerican Post | Vanesa López Romero
Pablo Escobar es recordado por muchas cosas. Fue uno de los criminales más importantes de todos los tiempos, fundó el Cartel de Medellín, aterrorizó a Colombia por años con secuestros, asesinatos y atentados con bombas y, al mismo tiempo, se hizo famoso en su comunidad por acercarse a los más vulnerables, tanto, que logró llegar a ser Miembro de la Cámara de Representantes de Colombia por Antioquia.
A Escobar también se le recuerda como un hombre excéntrico. En algún punto se llegó a creer que era el hombre más rico del mundo. Una de sus propiedades más reconocidas es la Hacienda Nápoles, en el Magdalena Medio, en donde metió a todo tipo de animales: camellos, jirafas, avestruces, delfines rosados, hipopótamos, entre otros.
Hoy, a casi 30 años de su muerte, el legado del capo más temido en la historia de Colombia sigue dando de qué hablar, y por estos días sobre todo se habla de ese último animal, los gigantes de Pablo Escobar.
¿Que pasó con los hipopótamos?
Tras su muerte, en 1993, todas las posesiones de Escobar fueron incautadas por las autoridades colombianas, entre esas estaba la Hacienda Nápoles. Esta llevaba varios años casi abandonada debido al deterioro que había tenido el poder el capo. Sin embargo, por las condiciones ambientales de la zona, los animales habían podido seguir subsistiendo.
Tras peleas legales por quién se quedaría con la hacienda, en 2004, esta pasó a estar bajo la Dirección Nacional de Estupefacientes (entidad que ya no existe), que decidió construir una cárcel y capturar y entregar a los animales a zoológicos locales y ajenos. Sin embargo, los hipopótamos eran otra cosa. Su captura, además de millonaria, era supremamente difícil, por lo que se quedaron en la hacienda. Años después incluso llegaron a acercarse a las poblaciones más cercanas, y causaron pánico.
Al día de hoy, y después de muchos ires y venires, hay más de 20 ejemplares de hipopótamos y recientemente fueron declarados una especie invasora en Colombia.
¿Sacrificar o no?: Las dos posturas
Según la publicación “Hipopótamos en Colombia: El proceso de invasión, avances desde la investigación y necesidades de gestión” del instituto Humboldt de Colombia, esta especie representa un riesgo ambiental debido a que el ecosistema no ha tenido la oportunidad de adaptarse a estos gigantes. La tasa poblacional de la especie ha ido en aumento desde la década de los 80, y debido a su gran tamaño han creado canales alternos “permitiendo la incorporación de nutrientes como materia orgánica y amoniaco, a los afluentes de agua”.
Por otro lado, el encuentro con humanos y especies domésticas ha generado preocupación entre los expertos, ya que este es muy común y puede acabar muy mal, con la muerte de un humano. En tanto a las especies silvestres, animales como los manatíes y nutrias han quedado relegados de sus territorios que ahora están bajo el poder de los hipopótamos.
Con la noticia de que la especie es considerada invasora en el país latinoamericano, entra a discusión cuál es la mejor opción. Se cree, que de no tomar acción, para 2050 la población de hipopótamos en Colombia puede llegar a 400, por lo que ahora las autoridades tiene dentro de su abanico de opciones, la caza.
Hasta el momento se ha buscado castrar a los machos para detener la reproducción. Pero al día de hoy se han logrado esterilizar quirúrgicamente a 11 machos. Otros 40 han sido esterilizados a partir de un medicamento llamado GonaCon, según Cornare, la entidad de protección ambiental en el país.
Pero este proceso es largo y, sobre todo, costoso. La población sigue creciendo y se está saliendo de las manos.
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Para expertos como Nataly Castelblanco, bióloga especialista en manatíes (una de las especies afectadas por los hipopótamos, como ya mencionamos), “Las especies nativas tienen prioridad de conservación sobre las especies invasoras” y “Se debe contemplar además, el control letal de algunos de los individuos”, según aclaró en Twitter.
Siempre regresamos a la misma conclusión: la castración y confinamiento son medidas posibles, pero no suficientes para la erradicación de los #hipopótamosinvasores en la Cuenca del Magdalena. Se debe contemplar además, el control letal de algunos de los individuos.
— Nataly Castelblanco (@N_CastelblancoM) February 6, 2022
Pero para animalistas, e incluso personas de las comunidades en las que pasean los hipopótamos, cazar a estas especies es crueldad animal y se está poniendo en riesgo la vida e integridad de una especie que sencillamente no tiene la culpa de haber terminado en Colombia.
En 2007, Pepe, uno de los hipopótamos nombrados por la comunidad, fue cazado por orden de la Corporación Regional de Antioquia. La comunidad se molestó por esto, y tras protestar, la autoridad regional suspendió la caza y en 2012 un juzgado falló una acción popular para prohibir la caza de estos animales.
Así que hoy en día, a pesar de ser una especie invasora, el hipopótamo está legalmente protegido. Sin embargo, con la declaración de especie invasora, habrá la posibilidad de crear acciones para detener el crecimiento de la población.