Zero Waste: apuesta por un estilo de vida sostenible
El consumismo nos ha llevado a demandar de forma masiva productos perjudiciales para el planeta convirtiéndolo en un estilo de vida insostenible y además el problema no acaba allí. De los desperdicios que son recogidos más del 45% no recibe una disposición o tratamiento adecuado, es decir, casi la mitad va a vertederos controlados o a cielo abierto, algunos se queman, se arrojan al agua o se usan como alimento para animales, entre otras soluciones inapropiadas para el medio ambiente y la sanidad.
De la problemática nace una solución de filosofía de vida conocida como Zero Waste o en castellano Desperdicio cero. Es un movimiento de tendencia ecologista que va más allá del simple reciclaje y permite combatir el cambio climático de forma individual. El zero waste se basa en reducir al máximo la producción de residuos, reciclar, reutilizar y revalorizar la mayor cantidad posible de materiales, así como de promover la fabricación y el uso de productos que estén diseñados para ser reutilizados a largo plazo.
La realidad es que pocas veces tomamos en cuenta que utilizamos productos con una vida útil muy corta. Tan corta, que la mayoría de ellos son de un solo uso y acaban contaminando durante mucho tiempo terrenos y mares. Ya se estima que en 2025 habrá 1.1 toneladas de plástico por cada 3 toneladas de peces, es decir, en unos 35 años habrá más plástico que peces en el océano y esta no es la cifra más alarmante.
A nivel internacional el movimiento Zero Waste tiene dos grandes impulsoras como Bea Johnson, con su sitio web Zero Waste Home, y Lauren Singer, con su blog Trash is for Tossers (La basura es para inútiles). Ambas enfrentan al consumismo dentro de la cultura del usar y tirar al implementar en sus rutinas alternativas sostenibles, y en ocasiones, muy ingeniosas.
No cabe en duda que lo países en América Latina se están desarrollando y creciendo rápidamente y por lo tanto, la gestión de residuos se convirtió en una tarea cada vez más difícil. Sin embargo términos tales como ciudades verdes, reciclaje y medio ambiente se han vuelto recurrentes y es un indicador de que los gobiernos, junto con el sector privado y los ciudadanos son más conscientes de los problemas que generan los residuos.
230 kilos de basura al año genera en promedio una persona en América Latina lo que equivale a 16 millones de camiones llenos de basura aun cuando hasta el 90% de la basura se puede recuperar a través del reciclaje y compostaje. Ya son varios países de la región que han tomado conciencia y han empezado a implementar medidas en la mayoría de los casos con respecto a la regulación de las bolsas plásticas.
En todo el mundo, las bolsas plásticas representan 8 millones de toneladas de plástico que terminan en el océano cada año y su vida útil es solo de 15 a 30 minutos mientras que su proceso de biodegradación tarda 500 años. Por ejemplo en Chile, un país donde se utilizan 205 millones de bolsas al mes, según el Ministerio de Medio Ambiente, las ciudades de Punta Arenas y Chile Chico se sumaron a la prohibición de este tipo de recipientes para contribuir a vivir en un ambiente más sano. En Sao Paulo, Brasil, en 2012, bajo el lema "Vamos a sacar al planeta de su ahogo", el Gobierno estatal y la Asociación Paulista de Supermercados (APAS) decidieron sustituir todas las bolsas desechables por bolsas reutilizables.
La realidad es que las labores de las organizaciones y gobiernos no tendrán resultados si no cuentan con el apoyo y el aporte de cada uno de los ciudadanos que habitan en la tierra para así reducir al máximo la cantidad de basura que se genera y contribuir a la sostenibilidad y conservación del medio ambiente.
Lo que propone el movimiento Zero Waste es ayudar a ser más consciente de las pautas de consumo y de los bienes materiales adquiridos. Ayuda a emplear de una mejor manera los recursos a disposición y minimizar los posibles perjuicios de un estilo de insostenible le pueda provocar al medio ambiente.
Es un proceso de adaptación y cada persona lo lleva a su ritmo. Sin embargo, existen pequeños cambios que pueden empezar a hacer hoy y formar parte de la alternativa que busca reducir la generación de basura al estilo Zero Waste:
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Cambia los vasos desechables por botellas de vidrio y metal, y no olvides comprar envases de líquidos retornables.
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Evita las bolsas plásticas y empieza a utilizar las de género. Este pequeño paso ayudar a reducir la cifra de 160 mil bolsas plásticas en el mundo que son usadas cada segundo.
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Utiliza productos de limpieza hechos en casa con bicarbonato de sodio, vinagre blanco y alguna esencia natural de lavanda en vez de los industriales.
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Evitar los pitillos de plástico para tomar líquidos.
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Cambias las servilletas y toallas de papel por las de género.
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Usar cubiertos de metal y lavables en vez de los de plástico
Diana Ramos.