La migración infantil récord a través del Darién Colombia-Panamá plantea preocupaciones humanitarias
Más de 30.000 menores han cruzado la peligrosa selva del Darién entre Panamá y Colombia de enero a abril de este año, marcando el rumbo hacia cifras migratorias sin precedentes en 2024, según informa Unicef.
En una inquietante revelación de UNICEF, más de 30.000 menores atravesaron la enorme selva del Darién, una barrera natural entre Panamá y Colombia, sólo en los primeros cuatro meses del año. Esta cifra representa un aumento del 40% en comparación con el mismo período del año anterior y proyecta una trayectoria grave que puede conducir a una migración infantil sin precedentes a través de esta ruta en 2024.
El Tapón del Darién es conocido por su terreno accidentado y su anarquía, lo que lo convierte en una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo. A pesar de estos peligros, sigue siendo una ruta popular para los migrantes que esperan llegar a América del Norte debido a los estrictos controles fronterizos en otros lugares. Históricamente, esta densa jungla ha sido un camino menos transitado, pero a medida que los paisajes geopolíticos cambian y otras rutas se vuelven más controladas, el Darién ha experimentado un aumento exponencial en su uso.
Escalada de niños migrantes
El aumento de niños migrantes, en particular de menores no acompañados, es alarmante. Casi 2.000 de los niños que cruzaron este año lo hicieron sin el acompañamiento de su familia, cifra que se ha triplicado respecto al año pasado. Este aumento apunta a una grave crisis humanitaria, ya que los niños son particularmente vulnerables a los innumerables peligros de un viaje tan difícil, incluida la violencia, la trata y las crisis de salud.
Ted Chaiban, Director Ejecutivo Adjunto de UNICEF, destacó la inadecuación de la selva para los niños, señalando las severas condiciones que enfrentan y las trágicas muertes que ocurren durante el cruce. La situación es tan grave que algunas mujeres se ven obligadas a dar a luz en el camino en las circunstancias más difíciles imaginables.
América Latina tiene una historia migratoria compleja impulsada por una combinación de disparidad económica, violencia e inestabilidad política. La selva del Darién ha sido una especie de anomalía geopolítica, en gran medida desgobernada e históricamente utilizada por contrabandistas y grupos armados. El reciente aumento de la migración a través de este pasaje refleja una dinámica regional más amplia, incluida la crisis en Venezuela y la violencia actual en partes de Centroamérica.
Respuesta internacional y escasez de financiación
A pesar de la escalada de la crisis, la financiación de la ayuda humanitaria todavía necesita mejorar. UNICEF informó que de los $7,64 millones solicitados para 2023 para atender las necesidades urgentes de niños y familias que transitan por Panamá, solo se ha conseguido el 10%. Esta falta de fondos obstaculiza gravemente la capacidad de proporcionar servicios esenciales como agua, saneamiento, higiene y atención de salud materna a lo largo de la ruta migratoria.
La ocupación de Panamá en el Darién ha provocado llamados de Panamá para obtener más asistencia internacional y un enfoque multinacional para esta crisis humanitaria. El país se ha visto abrumado por la afluencia de migrantes: más de 151.000 personas se desplazaron a través de Panamá a través del Darién sólo desde enero hasta mediados de mayo de este año. La escala de este movimiento no tiene precedentes y continúa creciendo.
El enfoque del nuevo gobierno
Con la elección del Gobierno Mulino como presidente de Panamá, que asumirá el cargo el primero de Panamá, hay promesas de un nuevo enfoque para el manejo de la migración. Mulino ha prometido repatriar a los migrantes con asistencia internacional, respetando los derechos humanos, lo que significa un cambio potencial en la forma en que Panamá maneja este complejo tema. Sin embargo, aún está por verse la eficacia de estos planes, particularmente ante cifras tan elevadas y el desafiante terreno del Darién.
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El dramático aumento de la migración infantil a través de la selva del Darién no es sólo una cuestión panameña sino una crisis humanitaria regional que requiere una respuesta internacional urgente y coordinada. El creciente número de niños vulnerables que realizan este peligroso cruce pone de relieve la necesidad de soluciones más integrales que aborden las causas fundamentales de la migración y proporcionen vías seguras y legales para quienes se ven obligados a huir de sus países de origen. A medida que la situación evoluciona, la comunidad internacional debe priorizar la seguridad y los derechos de estos jóvenes migrantes, cuyas vidas y futuros están en juego.