Descolonizar los museos es la visión de la artista peruana Sandra Gamarra en la Bienal de Venecia
La artista peruana Sandra Gamarra desafía las narrativas coloniales en el Pabellón de España en Venecia, proponiendo una nueva perspectiva sobre las colecciones de arte histórico.
Rompiendo barreras: Sandra Gamarra Heshiki toma la iniciativa
En un movimiento innovador que significa un cambio fundamental en el compromiso del mundo del arte con los legados coloniales, Sandra Gamarra Heshiki se convierte en la primera artista no nacida en España en comisariar el Pabellón de España en la Bienal de Venecia. Su proyecto, “Pinacoteca Migrante”, es una exploración audaz del pasado colonial de España, que ofrece una nueva perspectiva de las obras de arte albergadas en los museos nacionales. Esta iniciativa marca un momento significativo en la carrera de Gamarra y simboliza la perspectiva de maduración de la sociedad española hacia su narrativa histórica.
Nacido en Lima, Perú, en 1972, el viaje de Gamarra al corazón del patrimonio artístico de España no fue sólo un movimiento geográfico sino una inmersión profunda en las complejas capas de jerarquías culturales arraigadas en la educación artística y las colecciones de los museos occidentales. Su proyecto en Venecia, comisariado por Agustín Pérez Rubio, subraya una tendencia creciente en la escena artística internacional hacia la descolonización. Este movimiento busca reevaluar y recontextualizar las narrativas perpetuadas por instituciones que históricamente han sido eurocéntricas en su perspectiva.
“Piacoteca Migrante” es un testimonio del enfoque innovador de Gamarra hacia el arte, donde reinterpreta, replica y reimagina obras existentes de museos españoles, creando un diálogo que desafía la mirada colonial. Al seleccionar piezas como “Grupo familiar ante un paisaje” de Frans Hals del Museo Thyssen Bornemisza y “Bodegón con cacharros” de Francisco de Zurbarán del Museo del Prado, Gamarra saca a la luz los elementos a menudo pasados por alto que dicen mucho sobre la época colonial. —como la presencia de un esclavo en el cuadro de Hals y un búcaro mexicano en el bodegón de Zurbarán.
Quitando capas de historia
El trabajo de Gamarra es un esfuerzo deliberado por eliminar las capas de la historia contada desde una perspectiva singular, fomentando una comprensión más inclusiva del pasado. “Este museo, más que mostrar, quita la venda”, explica Pérez Rubio, destacando la intención del proyecto de repensar cómo se presenta y percibe la historia en los espacios museísticos.
El Pabellón de España, bajo la visión de Gamarra, está organizado en cinco salas temáticas que culminan en un “Jardín del Migrante”, cada espacio dedicado a un género pictórico específico como el retrato, el paisaje y la naturaleza muerta. Títulos como “Tierra virgen”, “Gabinete de la extinción”, “Gabinete del racismo ilustrado”, “Máscaras mestizas” y “Retablo de la naturaleza moribunda” sugieren una narrativa que es a la vez una crítica y una reinvención de representaciones históricas. Gamarra pretende utilizar estas instalaciones como una lente a través de la cual los espectadores puedan examinar otras colecciones, fomentando un compromiso crítico con el papel del arte en la configuración de nuestra comprensión de la historia y la cultura.
El interés de Gamarra por la narrativa colonial se despertó a su llegada a España hace 15 años, cuando una visita al Museo de Antropología de Madrid reveló una presentación compartimentada de las culturas globales, omitiendo notoriamente la historia europea. Esta observación la impulsó a explorar las colecciones de los museos españoles en busca de rastros de influencia colonial, un viaje que culminó en la “Pinacoteca Migrante”.
Su proyecto llega en un momento en que la propia España está lidiando con su legado colonial. Los recientes anuncios del Ministro de Cultura español, Ernest Urtasun, sobre una revisión de las colecciones de los museos del país para abordar las narrativas coloniales y la selección de Adriano Pedrosa como curador de la Bienal, conocido por su enfoque inclusivo de las exposiciones de los museos de São Paulo. , subrayan un cambio más amplio hacia el reconocimiento y la rectificación de sesgos históricos.
El arte como catalizador del debate
La recepción de las exposiciones anteriores de Gamarra, particularmente su muestra “Buen Gobierno” en Madrid, que invocó términos como “racismo” y “restitución”, apunta al potencial de la “Pinacoteca Migrante” para generar debate y diálogo. Gamarra acoge con agrado esto, ya que ve el arte como un espacio seguro para la discusión y reflexión activas sobre temas apremiantes y complejos.
Con un presupuesto de 400.000 euros, apoyado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y Acción Cultural Española, la “Pinacoteca Migrante” representa no sólo una inversión financiera sino un compromiso para fomentar una comprensión más matizada del papel del arte en la sociedad. A través de su trabajo, Gamarra desafía a los espectadores a confrontar el pasado colonial y reconsiderar las narrativas que han dado forma a su conocimiento de la historia y la cultura.
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Mientras la Bienal de Venecia se prepara para albergar este ambicioso proyecto, el mundo del arte observa de cerca, anticipando el impacto de la “Pinacoteca Migrante” de Gamarra en el discurso actual en torno a la descolonización y la representación de la historia en el arte. A través de su enfoque visionario, Gamarra no sólo redefine los límites de la expresión artística sino que también invita a una audiencia global a involucrarse con la historia de una manera crítica y transformadora.