Recuperar tesoros que están en otros países es una lucha por conservar la cultura y la historia

El caso colombiano

En 1893, el entonces presidente de Colombia, Carlos Holguín Mallarino, regaló una colección de 122 piezas quimbayas de aleaciones de oro, plata y cobre a la corona española. Desde el 2006, más de un siglo después, la Corte Constitucional colombiana inició el proceso legal para regresar el Tesoro Quimbaya que está en el Museo de América, en Madrid. El argumento para pedir que el tesoro retorne a territorio colombiano es la constitución de 1991, vigente hasta el momento, en la cual se declara que:

• Artículo 63: “Los bienes de uso público, los parques naturales, las tierras comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio arqueológico de la nación y los demás bienes que determine la ley, son inalienables, imprescriptibles e inembargables”.
• Artículo 72: “El patrimonio arqueológico y otros bienes culturales que conforman la identidad nacional, pertenecen a la nación y son inalienables, inembargables e imprescriptibles”.
• Artículo 88: “La ley regulará las acciones populares para la protección de los derechos e intereses colectivos, relacionados con el patrimonio, el espacio, la seguridad y la salubridad pública, la moral administrativa, el ambiente, la libre competencia económica y otros de similar naturaleza que se definen en ella”.

El pasado 19 de octubre la Corte Constitucional ordenó al poder Ejecutivo que iniciara el proceso para retornar el tesoro a Colombia. El órgano encargado de este proceso sería la Cancillería. Ese mismo día, la canciller María Ángela Holguín, sobrina bisnieta del presidente que regaló el tesoro a España, declaró que apoyaría la decisión de la Corte. Mientras tanto, el gobierno de España alega que no hay motivo legal para solicitar la devolución del tesoro, pues fue un regalo que se hizo bajo el marco de la ley de la época.

El caso mexicano

México busca repatriar la corona de oro y plumas del emperador mexica Moctezuma que se encuentra en Viena, Austria, y que salió de México en épocas de la Conquista. Hoy en día, después de años de considerarse desaparecida, la corona o “penacho” del emperador se encuentra exhibida en el Museo Etnológico de Viena.

En un Comunicado de Prensa sobre su libro “En busca de un imposible”, publicado en México el pasado 24 de octubre, el autor  Xokonoschtletl Gómora explica que: “Las más altas autoridades mexicanas y austriacas hablaron sobre su muy posible retorno, y no se consolido el regreso a México, porque un austriaco llamado: Johann Wassermann dijo que “la vibración del avión o barco lo destruiría”. El INAH y UNAM sin hacer sus propias investigaciones y creyendo ingenua y firmemente esta versión, regresaron a México con las manos vacías y la alegría de haber conocido Europa, dejando “lógicamente” en Viena, nuestra corona de Moctezuma, con la “gran promesa”, de que: “los mexicanos que visiten la corona no pagaran la entrada al museo””.

A diferencia del caso colombiano, en el mexicano aún no hay una pugna legal que busque la repatriación del penacho de Moctezuma, al menos que se conozca públicamente. Sin embargo, hay quienes consideran que el lugar adecuado para el penacho es México.

Latin American Post | Laura Rocha Rueda