Patrimonio

Perú presenta un templo ceremonial de 3.000 años de antigüedad como modelo de rituales antiguos

En Apurímac, Perú, arqueólogos han descubierto un recinto enlucido de blanco en un templo ceremonial de 3.000 años de antigüedad, lo que ofrece nuevos conocimientos sobre las antiguas prácticas rituales de la región y conecta al Perú con civilizaciones precolombinas más amplias en toda América Latina.

Revelando Antiguos Secretos: El Descubrimiento en Apurímac, Perú

En lo profundo del departamento andino sureño de Apurímac, Perú, un hallazgo arqueológico innovador ha surgido de las sombras de la historia, arrojando luz sobre las complejas prácticas rituales de las antiguas civilizaciones que alguna vez florecieron en América Latina. El descubrimiento, anunciado por el Ministerio de Cultura de Perú, involucra un espacio ceremonial revestido de blanco dentro del templo Rurupa en el distrito Anco Huallo-Uripa de la provincia de Chincheros. Este templo, que data de hace unos 3.000 años, es un testimonio de las prácticas espirituales y culturales duraderas que han impregnado la región andina, haciéndose eco de las tradiciones rituales que se encuentran en las antiguas sociedades latinoamericanas.

La ubicación estratégica del templo Rurupa sobre una plataforma ceremonial significa su importancia como centro para actividades rituales, atrayendo visitantes a pesar de su difícil accesibilidad. Este sitio revela una fase de construcción inicial alineada con el Período Formativo Medio (1000-800 a. C.), presentando una plataforma rectangular con una escalera de tres escalones que conduce a tres estructuras rectangulares. Estos edificios, que alguna vez fueron una sola unidad, luego evolucionaron hasta convertirse en dos entidades separadas, cada una marcada por entradas distintas y revestidas con una capa blanca vibrante adornada con tonos plomo, marrón y rojizo.

Influencias costeras en el altiplano andino: anomalías arquitectónicas inusuales

Lo que hace que la arquitectura de Rurupa sea particularmente intrigante son sus influencias costeras, que son inusuales en las tierras altas andinas. Esta anomalía sugiere que los habitantes de la costa viajaban a este templo sagrado de montaña para realizar sus rituales, destacando la interconexión de las culturas antiguas del Perú. Estas prácticas resuenan con las de las civilizaciones latinoamericanas vecinas, donde los intercambios entre la costa y las tierras altas eran comunes, lo que ilustra una tradición compartida de peregrinación y ritual a través de grandes distancias.

Un cráneo de conejillo de indias sobre un altar rectangular enfatiza aún más el papel del templo en las prácticas rituales, un elemento común en las ceremonias espirituales andinas que tiene un paralelo con otras culturas precolombinas en América Latina. Este hallazgo marca un momento significativo en la comprensión de la continuidad y diversidad de las tradiciones ceremoniales de la región.

A medida que el templo se expandió durante el Período Formativo Tardío (800 a. C.-400 a. C.), su transformación reflejó la introducción de nuevas ideologías, posiblemente influenciadas por intercambios culturales más amplios dentro de América Latina. El cambio a bloques de piedra más grandes y la construcción de una plaza cuadrada hundida conectada por escaleras de dos escalones significa una fase monumental en la historia del templo, que refleja avances arquitectónicos similares en Mesoamérica y otros sitios andinos.

Excavando el pasado del Perú: esfuerzos colaborativos y descubrimientos

La excavación, dirigida por el arqueólogo Edison Mendoza de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, con contribuciones del élder Sayago y estudiantes de Arqueología e Historia, subraya el esfuerzo colaborativo para desentrañar el pasado antiguo del Perú. Financiado por el municipio de Anco Huallo-Uripa, este proyecto tiene como objetivo preservar el legado del templo Rurupa y abrir sus puertas a los visitantes, permitiéndoles interactuar directamente con el rico tapiz de la historia andina.

Lea también: Descolonizar los museos es la visión de la artista peruana Sandra Gamarra en la Bienal de Venecia

Este descubrimiento en Apurímac es un recordatorio de las sociedades sofisticadas que existieron en América Latina mucho antes de la llegada de los exploradores europeos, y ofrece información valiosa sobre las complejidades ceremoniales y culturales de las antiguas civilizaciones andinas. Mientras Perú se prepara para dar la bienvenida a los visitantes al templo de Rurupa, éste se erige como un faro de rituales antiguos, uniendo el pasado con el presente y fomentando una apreciación más profunda de la herencia indígena que da forma al diverso paisaje cultural de América Latina.

Related Articles

Botón volver arriba