Perú: ¿Cúal es la ruta del tráfico ilegal de fauna?
Puno y Juliaca son las ciudades sureñas de Perú donde principalmente se realiza el comercio ilegal de especies silvestres.
En el sur peruano existe una ruta especial del comercio ilegal de fauna silvestre. Puno y Juliaca son las ciudades más importantes por su posición estratégica de apertura al resto de ciudades importantes del país y por su cercanía a la frontera con Bolivia, de acuerdo al fiscal ambiental Óscar Jiménez.
Durante fechas especiales tales como los festivales y algunas fiestas costumbristas se lleva fauna ilegal desde Bolivia al Perú y durante el resto del año el tráfico continúa desde Puno y Juliaca al resto del país. Esto porque (Puno y Juliaca) son ciudades principales para el tráfico ilegal por su cercanía a la frontera donde existe poca fiscalización. Perú es el principal vendedor y comprador porque de allí parte una gran red del tráfico al resto del país, incluso a la capital. Además, de tener ciudades cercanas al mar para que las especies puedan ser exportadas como explicó el fiscal ambiental de Perú Oscar Jiménez.
De acuerdo a la Estrategia Nacional contra el Tráfico Ilegal de la Fauna Silvestre elaborada por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y Wildlife Conservation Society (WCS), las ciudades que forman parte de la ruta del comercio ilegal en el sur del Perú son calificadas de tres maneras: de tránsito, que sirven como parada para la mercancía ilegal; de acopio, donde se captura a las especies; y de destino, donde se vende la fauna.
Entre las especies que se encuentran con mayor frecuencia en los operativos policiales en la región Puno, según la ATFFS, están el suri, la rana del Titicaca (Telmatobius culeus), el mono machín negro (Cebus apella), la taruca o venado andino (Hippocamelus antisensis), el cóndor andino, el zorro andino, el quirquincho, el mono maquisapa (Ateles chamek), la vicuña (Vicugna vicugna), el caimán negro (Melanosuchus niger) y la parihuana (Phoenicoparrus andinus), especies en vía de extinción.
LatinAmerican Post | Manuela Pulido