Perú nada en Odebrecht
Los últimos 3 expresidentes están siendo investigados por posible corrupción con la empresa brasileña
Los sobornos de Odebrecht han salpicado varios países latinoamericanos, siendo el escándalo de corrupción más grande en la historia de la región. Desde la Patagonia, hasta el Río Grande. Son 10 países que están salpicados por el escándalo de la empresa brasileña. Sin embargo, el caso peruano es uno de los más relevantes, solo después de Brasil. Los últimos 3 expresidentes peruanos son investigados por supuestos nexos con la constructora.
El expresidente peruano Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, son acusados de recibir dineros ilegales del Gobierno venezolano y de las empresas Odebrecht y OAS para las campañas presidenciales de 2006 y 2011 (en donde eventualmente ganó).
Humala en estos momentos está en prisión preventiva por 18 meses en la cárcel la Diores (dónde cumple su pena Alberto Fujimori) por lavado de activos.
Alejandro Toledo, que gobernó entre 2001-2006, está prófugo de la justicia de su país por supuestamente recibir 20 millones de dólares de Odebrecht como sobornos. Toledo también tiene una orden de prisión preventiva por 18 meses.
Alan García, quién lideró al Perú en dos mandatos (1985-1990 y 2006-2011) también está siendo investigado por recibir sobornos de la empresa brasileña para la adjudicación de la construcción de la línea 1 del Metro de Lima.
Esto significa que de los presidentes que ha tenido el país inca desde 1985 hasta el momento, solo Valentín Paniagua Corazao (quién lideró la transición democrática luego de la dictadura de Fujimori y que falleció en 2001) y Pedro Pablo Kuczynski (actual mandatario) son los únicos que, hasta el momento, no tienen investigaciones pendientes.
Pero no solo son los expresidentes, muchos de los capturados son altos cargos de sus gobiernos. Estos son los casos de Juan Carlos Zevallos (ex viceministro del Interior de Toledo), Jorge Cuba (ex viceministro de Comunicaciones de García) y Félix Moreno presidente del puerto del Callao.
Esta serie de escándalos ha afectado la imagen internacional que tiene el Perú. Luego de ser un ejemplo en la región por su crecimiento económico y su apertura al mercado asiático, esta serie de acusaciones de corrupción que han llegado a lo más alto de la esfera política ha causado una desconfianza inversionista. Kuczysnki aseguró que “el impacto (económico) fuerte de Odebrecht ya pasó”.
Sin embargo, surge la duda: ¿es positivo que tantos expresidentes peruanos sean investigados judicialmente por el caso Odebrecht? Claramente es alarmante que Perú sea uno de los países con mayor número de expresidentes involucrados. Pero dentro de todas las malas noticias, hay algo que rescatar: es uno de los únicos países que no ha temido investigar figuras tan relevantes y tan importantes para su política interna.
Tan solo es necesario comparar la situación colombiana, en dónde las campañas presidenciales del presidente Juan Manuel Santos y su contendor Óscar Iván Zuluaga (del partido del expresidente Álvaro Uribe) fueron acusadas de recibir dinero de la constructora brasileña. A diferencia del Perú, lo más probable es que ambas investigaciones no avancen y queden impunes.
Latin American Post | Santiago Gómez Hernández
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