Chile acelera construcción de prisión de máxima seguridad en medio de preocupaciones por la delincuencia
El presidente Gabriel Boric anunció la construcción acelerada de una nueva cárcel de máxima seguridad en Santiago para combatir el crimen organizado. La iniciativa de 95,4 millones de dólares tiene como objetivo reforzar la infraestructura penitenciaria de Chile y mejorar la seguridad pública.
Chile está tomando medidas importantes para abordar la creciente ola de crimen organizado, particularmente en el área metropolitana de Santiago. El anuncio del presidente Gabriel Boric de la construcción acelerada de una nueva prisión de máxima seguridad, diseñada para albergar a unos 500 reclusos, subraya la respuesta urgente del gobierno a la situación. Esta medida es parte de una estrategia más amplia para ampliar la capacidad del país para manejar a criminales de alto riesgo y evitar que el crimen organizado tome el control de las instalaciones penitenciarias.
La nueva prisión, cuyo costo estimado es de $95,4 millones (90 mil millones de pesos chilenos), tiene como objetivo aumentar el número total de lugares de máxima seguridad en 600, con 200 lugares adicionales agregados a las prisiones existentes en el norte de Chile. Esta región ha experimentado niveles elevados de crimen organizado. “En Chile no vamos a permitir lo que está pasando en otros países donde el crimen organizado se ha apoderado de las cárceles sin control estatal”, afirmó Boric en una conferencia de prensa tras una reunión del gabinete de seguridad. Hizo hincapié en un “sentido de urgencia” para abordar estas cuestiones y prometió enviar un proyecto de ley al Congreso para acelerar el proceso de construcción.
El impacto de la violencia reciente
El anuncio de la nueva prisión se produce tras dos tiroteos masivos en Santiago que dejaron nueve muertos, entre ellos cuatro adolescentes. Estos incidentes no sólo han aumentado la ansiedad pública sino que también han puesto de relieve la gravedad de la situación. Se ha detenido a sospechosos de ambos tiroteos, pero los acontecimientos han impulsado pedidos de medidas más enérgicas contra la delincuencia.
El crimen ha sido un tema persistente para la administración de Boric, dominando gran parte de su agenda desde que asumió el cargo. En respuesta al aumento de las tasas de criminalidad, el año pasado Boric anunció un aumento del gasto de 1.500 millones de dólares para mejorar las capacidades de aplicación de la ley después de que tres agentes de policía fueran asesinados. Además, el gasto privado en seguridad ha aumentado a medida que los ciudadanos buscan protegerse en medio de crecientes preocupaciones.
La ministra del Interior, Carolina Toha, señaló que si bien Chile no está adoptando la estrategia de las “megaprisiones” vista en El Salvador, que implica construir cárceles grandes y centralizadas para albergar a una porción significativa de la población criminal del país, el objetivo es lograr estándares penitenciarios similares a los los de Europa, centrándose en la seguridad y la rehabilitación.
Aumento del crimen y percepción pública
Una creciente percepción de inseguridad ha aumentado el apoyo público a las políticas de “mano dura” y a una postura más dura en materia de migración. A estas políticas, que implican una aplicación estricta de la ley y sanciones severas, se les atribuye la reducción de ciertos tipos de delitos. Según la Encuesta Nacional de Seguridad Ciudadana Urbana (ENUSC) publicada el mes pasado, el 90,6% de las personas creía que la criminalidad había aumentado en 2022. Este sentimiento fue particularmente fuerte en las regiones de Arica, Parinacota y Tarapacá, que reportan altas tasas de delitos comunes. como robos, lesiones y homicidios vinculados al crimen organizado.
Aunque la tasa general de delitos comunes en Chile experimentó un ligero aumento en 2022 en comparación con 2021, sigue siendo inferior a los niveles previos a la pandemia. Sin embargo, el país registró en 2022 la tasa de homicidios más alta de su historia, con un aumento del 46% respecto a 2021, alcanzando 6,7 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Las tasas fueron aún más altas en regiones específicas, como Arica, Parinacota y Tarapacá, con 17,1 y 13,4 por 100.000 habitantes, respectivamente. El área metropolitana de Santiago también experimentó un aumento preocupante, con una tasa de homicidios de 10,1 por 100.000 habitantes.
El Ministerio Público estima que el 57% de los homicidios en Chile están vinculados al crimen organizado. Este porcentaje es aún mayor en determinadas regiones, como Arica y Parinacota (82%), el sector oriente del Área Metropolitana de Santiago (71%) y Tarapacá (70%).
Prioridades gubernamentales y opinión pública
Desde principios de 2022, la mayoría de los chilenos ha priorizado consistentemente la lucha contra el crimen y el narcotráfico. Una encuesta de opinión pública de Cadem realizada a finales de marzo de 2023 reveló que el 71% de los encuestados creía que el gobierno del presidente Gabriel Boric debería centrarse principalmente en estas cuestiones. Sin embargo, también hay una porción importante de la población que siente que la respuesta del gobierno a la delincuencia ha sido inadecuada, como lo revela una encuesta publicada por el Centro de Estudios Públicos (CEP) el 20 de noviembre.
En respuesta a la preocupación pública, la administración de Boric no sólo ha reconocido sino que también se ha comprometido a realizar importantes inversiones en seguridad y aplicación de la ley. La nueva prisión de máxima seguridad es un componente crítico de esta estrategia, cuyo objetivo es mejorar la capacidad del país para detener de manera segura a criminales de alto riesgo y evitar que el crimen organizado gane influencia dentro del sistema penitenciario. Este compromiso debería tranquilizar al público sobre la dedicación del gobierno a su seguridad.
La decisión de Chile de acelerar la construcción de una nueva prisión de máxima seguridad refleja el compromiso del gobierno de abordar las crecientes amenazas que plantea el crimen organizado. Al ampliar la capacidad penitenciaria y mejorar las medidas de seguridad, la administración pretende garantizar que Chile siga siendo una sociedad segura y ordenada.
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A medida que el país enfrenta estos desafíos, el gobierno debe equilibrar la aplicación de la ley con la rehabilitación, basándose en modelos exitosos en todo el mundo. La inversión continua en seguridad y políticas sociales y económicas integrales será esencial para abordar las causas profundas del crimen y garantizar la seguridad pública a largo plazo.