Comisión del senado colombiano rechaza reforma sanitaria de Petro
En Colombia, la ambiciosa reforma sanitaria del presidente Gustavo Petro se topó con un obstáculo cuando un comité del Senado votó en contra, lo que generó debates sobre la accesibilidad a la atención médica, la influencia política y el futuro de la reforma en una región que enfrenta desafíos similares.
En un revés significativo para el presidente colombiano Gustavo Petro, un comité del Senado recientemente rechazó una propuesta clave de reforma de salud, destacando los desafíos que enfrenta el líder izquierdista al promulgar una legislación fundamental. La reforma rechazada, central en las promesas de campaña de Petro, tenía como objetivo desmantelar el poder de las aseguradoras privadas y ampliar el acceso a la atención médica en Colombia, lo que refleja una tendencia latinoamericana más amplia hacia reformas extensas del sistema de salud.
La respuesta de Petro y las reacciones del mercado
La decisión del comité, con la oposición de 9 a 5, no sólo subraya los obstáculos políticos de Petro sino que también señala un potencial alivio del mercado, dado el escepticismo que rodea a su agenda de reformas. Petro, expresando su decepción, recurrió a las redes sociales para criticar el dominio político de los intereses empresariales. Reafirmó su compromiso de llevar adelante la reforma sanitaria dentro de marcos democráticos, como se hizo eco el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco.
A pesar de esta derrota legislativa, el gobierno sigue dispuesto a introducir una versión enmendada de la reforma en la próxima sesión legislativa, lo que indica esfuerzos continuos para remodelar el panorama de la atención médica en Colombia. Esta narrativa política refleja una dinámica regional más amplia, donde los países de América Latina están luchando con reformas de salud en medio de diversas resistencias políticas y temores de los mercados.
Para complicar las cosas, la administración de Petro asumió recientemente el control de dos importantes aseguradoras de salud, alegando una prestación inadecuada de servicios. Si bien consolida la influencia del gobierno sobre la atención sanitaria, esta medida ha provocado temores en la oposición de un sistema demasiado centralizado.
Analistas, como Sergio Guzmán de Colombia Risk Analysis, especulan que el gobierno podría recurrir a intervenciones regulatorias para avanzar en sus objetivos de atención sanitaria, especialmente a la luz del retroceso legislativo. Más allá de la atención sanitaria, la agenda de reformas de Petro incluye revisiones de las leyes laborales y de pensiones, y el Senado está preparado para deliberar sobre la reforma de las pensiones de manera inminente.
Abordar las ineficiencias operativas
El proyecto de ley de salud proponía establecer una agencia estatal para centralizar y acelerar las transacciones financieras con los proveedores de atención médica, abordando los retrasos crónicos en los pagos que afectan al sistema de salud de Colombia. La deuda con los proveedores de atención médica, de magnitud cuestionada, subraya las tensiones económicas y las ineficiencias operativas que necesitan una reforma urgente.
Además, la reforma tenía como objetivo establecer centros de atención primaria para mejorar la puntualidad de la atención a los pacientes y aliviar la carga de los servicios de emergencia. Sin embargo, enfrentó críticas por limitar potencialmente las opciones de los pacientes, lo que refleja una tensión entre accesibilidad y autonomía que resuena en todos los debates de salud latinoamericanos.
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Mientras Colombia, y por extensión América Latina, lidia con estos complejos temas de reforma de salud, la intersección de maniobras políticas, reacciones del mercado y necesidades de salud pública continúa dando forma al discurso, influyendo en la trayectoria de las políticas de salud en la región.